La relación entre Marcela Tinayre e Ignacio Viale del Carril transita por el camino de la amistad, como ella misma se encarga de aclararlo en cada oportunidad que se le presente. Si bien se casaron con una impactante boda en 1973 y fruto de esa relación nacieron Nacho y Juana, se divorciaron en 1987. Pese a los conflictos iniciales, tras varios años lograron limar las asperezas necesarias para que el vínculo sea lo más sano y ameno posible.
A tal punto es la unión que hoy existe entre ambos que en el marco de un nuevo festejo de cumpleaños del empresario, la presentadora compartió una serie de imágenes en sus redes sociales de distintos momento de su vida, acompañado de un emotivo texto: “¡Feliz cumple, Igna! Una bella vida rodeado de amor y buenos recuerdos. ¡y vamos por mucho más!”.
En las fotos (algunas en blanco y negro; otras en sepia) es posible encontrar momentos relajados en un sillón, un viaje en moto (vehículo del que es fanático), sin pasar por alto fotos del casamiento para el que ella lució un vestido de Gino Bogani que dejó a todos maravillados, además de haber sido una ceremonia que contó con la filmación de su padre, Daniel Tinayre, lo que deja a las claras la calidad de ese recuerdo que atesora. Sin dejar de lado, claro, algunas imágenes que reflejan la unión de padre e hijos, con abrazos a unos muy niños Nacho y Juana.
La conductora afirmó que es amiga de sus exparejas y que todos son invitados a sus cumpleaños, aunque admite que no le preocupa si conocen o no la presencia de los demás: “No sé si uno sabe del otro, pero eso es un problema de ellos. A mí me importa muy poco”, manifestó, a la vez que remarcó que “mi primer marido, el padre de mis dos hijos mayores, es mi mejor amigo” y reflexionó sobre la importancia de dejar atrás las cargas emocionales del pasado para vivir de manera más ligera, especialmente al entrar en la madurez. “Todos tenemos un muerto en el ropero. Todos tenemos cosas para echarnos en cara, pero hay que hacerlo en su momento. No envejecer con estigmas que te estén torturando el alma, el corazón y el cerebro”, expresó.
Marcela subrayó la relevancia de mantener relaciones sanas al crecer, al decir que vivir los años dorados debe implicar liberarse de disgustos y cuentas pendientes. “Hay que tener las cosas claras y ser amiga. Una, a medida que va creciendo, quiere vivir más liviana, y vivir años de oro significa sacar de lado los disgustos, las cuentas pendientes”, añadió.
Sobre el vínculo entre ambos en la actualidad, en varias oportunidad ella dejó en claro que “es un compañero mío, siempre está. Siempre hablamos, y a pesar de la edad de nuestros hijos, nos consultamos mucho todo, estamos mucho sobre ellos. Fue una pareja divina” e incluso, en charla con Luis Novaresio, recordó: “Fue muy atípico el casamiento porque nos casamos y no tenía auto de novia. Yo me iba de la iglesia y pensaba en qué nos íbamos. Y justo un amigo nos tiró las llaves y él las agarró en el aire y manejó, era un auto de porquería en el que llegamos a una fiesta que se iba a televisar para todo el país”.