Pese a su exitosa trayectoria en el mundo del espectáculo, Marta González se encuentra atravesando un duro momento económico. Este miércoles por la mañana, la actriz de 79 años le contó al equipo de Socios del Espectáculo (El Trece) la situación que afronta y cómo la asiste su círculo cercano. “Me pude jubilar con la mínima de ama de casa”, aseguró la artista a la hora de plantear su situación.
La charla surgió luego de que Rodrigo Lussich mencionara la marcha multitudinaria hacia el Congreso durante la sesión por las jubilaciones. “¿Cómo están haciendo nuestros actores, nuestras actrices, que si bien no están retiradas, porque vos estás en plena actividad, pero viven la falta de trabajo y dependen del PAMI para tener los medicamentos y servicios? ¿Cómo estás vos con eso?”. A corazón abierto, ella respondió: “Yo tengo la jubilación mínima. Se van a cumplir 75 años desde que se estrenó mi película. Hace más de siete décadas que Armando Discépolo me hizo subir al escenario como actriz y 50 desde que participé en Boquitas Pintadas. Son todos números redondos…”.
“¿Cómo te las arreglas?”, preguntó, sorprendido, Lussich. “Tengo a mi hija y a mi yerno que me ayudan. Si no, no podría llegar a fin de mes. De verdad”, admitió la actriz. “Igual, no estoy llorando porque vivo en un edificio divino, pero me lo compré laburando. No le debo nada a nadie, excepto a la gente que me siguió toda la vida. Me jubilé a los 60 años y, si Dios y la Virgen quieren, en dos meses cumplo los 80″, señaló Marta, quien se encuentra batallando contra la última etapa el cáncer de mama.
“¿Siempre sentiste que no alcanzaba la jubilación?”, le preguntó Mariana Brey, y la actriz respondió: “Antes trabajaba más y eso era un aporte aportecito extra”. Además, hizo alusión a la dificultad para acceder a sus medicamentos. “Soy socia de una entidad de medicina prepaga y los remedios que tengo que tomar por la presión alta, la tiroides, para descansar, o estar más o menos eufórica, los tengo que pagar”, aseguró Marta.
Ante esta situación, contó cómo intentó solucionarlo: “Ayer me hice socia de PAMI. Los (medicamentos) oncológicos por ley los tienen que dar, pero el resto me otorgan un 40% de descuento”, afirmó, respecto a los altos precios que debe afrontar para cuidar de su salud. Y, una vez más, reflexionó sobre la situación: “Claro, no alcanza. Si no tuviera a mi familia, no podría pagar las expensas de este lugar donde vivo. ¿Me tengo que mudar de acá, a mis casi 80 años? Si esto lo pagué con el laburo de toda mi vida. Incluso con un ACV, o cuando terminaba mi sesión de quimioterapia, yo salía a trabajar. No me parece justo”, concluyó.
Previamente, la actriz habló de su salud durante su visita al programa de Mirtha Legrand el sábado pasado. “Estoy luchando contra una metástasis, pero con alegría. Estoy medicada, ¿no se me nota? Estoy un poquito gordita”, contó a los presentes en el piso.
Minutos más tarde, la conversación tomó otro rumbo y ella se refirió a su visión de la muerte. Luego de perder a su hijo Leandro, a raíz de un accidente de auto en 2001, y a su amiga Selva Alemán, ella comentó: “Todo lo que he sufrido, que fue mucho... yo le dije a Arturo (Puig) que la muerte no existe”. También se enfocó en el gran significado que tiene para ella el fallecimiento del joven: “Cuando lo nombro a Leandro, cuando lo necesito, él está acá”. Ante sus palabras, otra de las invitadas del ciclo, Betiana Blum, coincidió con ella: “La muerte es un paso, la vida no termina ahí, sino que continúa. Este es un lugar de aprendizaje, como una escuelita, y por eso pasan tantas cosas”.