Playlist, el ciclo que da voz a los artistas emergentes: hoy, Andrés Koi y la importancia de mirar hacia las raíces

En este ciclo audiovisual, Infobae busca darle espacio a los músicos ascendientes. Para esta decimoquinta entrega, el español -que es hijo de un argentino y una brasileña- presenta su nueva faceta luego de disolver la banda Dvicio

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Playlist Capítulo N° 15 - Andrés Koi

En esta nueva entrega de Playlist, el ciclo audiovisual en el que Infobae busca darle espacio a los artistas emergentes, el protagonista es Andrés Koi, el artista madrileño que emprendió su camino en solitario luego de haber sido el líder de la banda española de pop, Dvicio. Tras dejar el grupo, decidió darle un cambio significativo a su vida profesional y artística.

Nacido como Andrés Ceballos, su nuevo nombre artístico tiene un significado muy especial que habla de sus raíces: el “Koi” es un acrónimo que significa “Kids Of Immigrants”, dado que su padre es argentino y su madre, brasileña. Y justamente buceando en esos orígenes es que empezó a dar con el concepto y los contenidos para AIJAG (las siglas de “Andrés Is Just A Game”), su álbum debut como solista.

“En esta búsqueda nueva, yo sabía que quería mantener el ‘Andrés’ porque es mi nombre. Pero ‘Ceballos’ es el apellido de mi padre y la rama artística viene mucho por el lado de mi madre y de mis abuelos también. Entonces, mirando un poco mi árbol genealógico, mis raíces y de dónde vengo, toda mi familia son inmigrantes. Me gusta abrazar eso y poner ‘Hijo de inmigrantes’ en inglés. Me gustó mucho esa idea”, cuenta acerca de su reinicio artístico que lo encuentra entregando un disco de pop fresco, desenfadado y cargado de estribillos.

María Figueiras: —¿Cuándo y por qué decidiste lanzarte como solista?

Andrés Koi: —Tomé la decisión de compartir la noticia a finales de 2022, pero la fui tomando poquito a poco. Creo que la última gira yo ya la sentí como una despedida. No la quisimos anunciar como una gira de despedida, pero fue como tantas cosas en la vida: un ciclo que termina y otro ciclo que empieza. Fue difícil, al principio, la verdad. Porque llevaba tocando con ellos desde que tengo 16 o 17 años. Ahora tengo 31, ha sido media vida. Para mí se completó el ciclo, necesitaba volar solo, hacer mi álbum y arrancar toda una carrera que comienza ahora y que se construye a base de canciones, de trabajo y de algo muy importante que es estar a gusto donde estás. Porque sino, es insostenible. Me tuve que reconstruir un poquito, ¿no? O sea, agarrar las piezas y volverme a formar hasta mi propia identidad. Es muy curioso, uno a veces pone mucho de la identidad de uno mismo y de la autoestima de uno mismo en el trabajo.

Andrés Koi en Playlist (Fotos/Candela
Andrés Koi en Playlist (Fotos/Candela Teicheira)

María Figueiras: —En Japón una de las cosas que aprendiste es esta filosofía de vida, de que las cosas cuando se rompen, las agarrás y las recomponés con oro. ¿Cuál fue tu oro para recomponerte y volver a empezar?

Andrés Koi: —La terapia. El autoconocimiento, el preguntarse las cosas, el no dar las cosas por hecho, el empujar tú el barco para saber lo que pesa, eso es muy importante. Hablar, trabajar, escribir mucho. Yo escribo mucho, todos los días. No solo canciones, es mi forma de sacar las cosas, de frenar ese cerebro más lógico, más analítico. El escribir un disco también fue muy terapéutico para mí. Cada canción representa una etapa de mi vida.

María Figueiras: —En tu canción “La buena vida”, vos hablás de que las cosas buenas de la vida son más sencillas de lo que uno cree, y contás que antes le dabas mucho valor a lo material y no tanto a lo que sentías...

Andrés Koi: —Sí, todo engloba un poquito ese mensaje: del ser, del tener, el hacer, de todo eso. De la identidad, de lo que soy y de lo que me agarro para sentirme como soy. Es un disco bastante reflexivo, pero que llega en un momento de mi vida que he estado pasando ahí. Ya estoy escribiendo canciones nuevas y tengo cosas nuevas que contar, pero este disco refleja esa etapa en la que he transicionado.

María Figueiras: —Arrancaste muy chico, ¿en algún momento se te subió la fama a la cabeza?

Andrés Koi: —Pasan cosas que yo creo que tu cerebro no está preparado para que pasen. Y pasa demasiado rápido. Yo creo que nunca he sido un gillipollas (NdR.: necio o estúpido). Me gusta tratar bien a todo el mundo, nunca he sido una persona maleducada ni nada de eso. Me gusta generar un buen ambiente, es una prioridad, pero creo que muchas veces no he valorado lo que hay alrededor. Lamentablemente, uno aprende equivocándose. Lo bueno de haber empezado joven es que sigo siendo joven. Tal vez no tan joven, pero relativamente sí. Y ya me ha dado una experiencia haber estado en una banda que se ha movido mucho por bastantes países. Puedo seguir equivocándome, pero ya conozco algunas cosas.

La buena vida - Andrés Koi

María Figueiras: —¿Pensás que dejaste pasar alguna oportunidad con esto de no tener experiencia?

Andrés Koi: —¡Qué va! Al revés, me he subido a todas. Me ha costado dejar pasar oportunidades. Es esto del FOMO (NdR: del inglés, Fear of missing out o temor a perderse algo), sufría más de eso, de no querer perderme nada. Y eso hace que no mires nunca hacia adentro y no estés tan conectado con lo tuyo. Al final, el ejercicio del artista tiene muchísimo que ver con frenar y tener una parte muy reflexiva para saber qué quieres proyectar.

María Figueiras: —Ahora que sos solista, ¿cuáles han sido los mayores desafíos y oportunidades?

Andrés Koi: —Yo siempre he escrito mis canciones, desde que tengo 16 años. Sigo siendo yo, contando mi vida, pero es verdad que la vestimenta, la producción, el estilo, la estética, el nombre... Todo eso ha sido un reto. He tenido que confiar muchísimo en mí, que lo íbamos a lograr, sacar ese disco adelante. Había muchas dudas, mucha incertidumbre, mucha gente que desapareció, que decidió mirar hacia otro lado. Cuando tú más necesitas ayuda, hay mucha gente que desaparece. Eso sirve para filtrar, para saber quién quiere estar contigo y quién quiere solamente pegarse al éxito cuando aparece. Había muchos aprendizajes en el camino.

María Figueiras: —¿Qué esperás que descubran tus nuevos y tus viejos fans con tu reciente música?

Andrés Koi: —Es empezar otra vez. Es tener una mentalidad de cinturón blanco, de volver a arrancar... Es verdad que mucha gente sí está ahí, que estaba ahí porque conectó con mi voz, con mi forma de escribir. Hay gente nueva que se suma, todos los días, gente que va descubriendo el mensaje, la identidad. Pero entiendo que lleva tiempo. Hay que ser insistente, seguir sacando música y encontrar esos huecos en los que pueda decir y transmitir algo. Habrá gente que venga de la época pasada, gente que no. Y también mucha gente que no sepa ni qué es Dvicio y que me conozca recién ahora. Y eso me gusta.

"No me quedo con ganas
"No me quedo con ganas de hacer nada", dijo Andrés Koi

María Figueiras: —¿Sentís que hay una presión por adaptarte a las tendencias musicales?

Andrés Koi: —Pues, lo sentía más antes. Ahora no me afecta tanto. Quizás hace 5 años sentía más esa presión. Pero este álbum ha sido de hacer lo que necesitaba contar, de ir hacia adelante y el que se lo crea y me quiera apoyar, vamos con todo. Pero no ha habido ninguna presión sobre estilos musicales ni nada de eso.

María Figueiras: —¿Cómo buscás tu sonido?

Andrés Koi: —Haciendo muchas canciones, la verdad. No me quedo con ganas de hacer nada. Con ellas fui disipando las dudas.

María Figueiras: —¿Cuál es la diferencia más grande que ves en la música que hacías antes y la que hacés ahora?

Andrés Koi: —A nivel musical, lo noto en los arreglos. La banda de ahora he metido metales, hay saxo, hay trompeta... Luego, la banda son casi todas mujeres, entonces hemos hecho una mezcla musical muy interesante. Siento que todavía, a día de hoy, la música que hago es más autobiográfica todavía. Yo cuento mi vida para conectar con la vida de la gente. Una señora me dijo una vez: “Te has convertido en ‘Yo, yo y yo’”. Y le dije: “No, no es por ahí. Yo estoy contando mi historia porque todo el mundo vive una transición en su vida. Y es para intentar inspirar”. Yo contando lo mío me autoayudo, pero también puedo inspirar a gente que está pasando por su proceso. Y eso es lo bonito.

Fotos/Candela Teicheira.

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