Antes de que los participantes de las dos tribus de Survivor Expedición Robinson se junten en la unificación, etapa en donde ambos grupos tendrán que emprender un nuevo juego en una isla diferente, todos juntos pero ya participando individualmente, hubo una última sorpresa. Los dos últimos eliminados de la Tribu Norte, Agustín Monzón y Colli tuvieron una última oportunidad de volver a la competencia. Las caras de sus excompañeros al ver volver a uno de ellos, a quien creían ya fuera, fueron tremendas.
Los últimos en ser despedidos del programa habían recibido una invitación para ir a la Isla del Muerto, en donde tuvieron que estar solos por su cuenta. La definición la tuvieron este domingo cuando ambos se enfrentaron en un juego que consistía en intentar armar una torre con fichas, mientras su contrincante le arrojaba pelotas para derribársela. Al final, agobiado y aturdido, el nieto de Carlos Monzón tiró la toalla y se dejó ganar por su rival.
Al borde del llanto, reconoció que no tenía intenciones de continuar y que veía en Martín Colli alguien que estaba dispuesto a dar todo para llegar al final del programa. “El premio más grande no está acá si no en Santa Fe y es el abrazo de toda mi familia. Con la experiencia ya me siento realizado, y prefiero dejar esto acá antes del egocentrismo de decir que gano y sigo porque no me importa”, aseguró, conmovido unos minutos después tras entregarle la victoria a su compañero.
Así el empleado de farmacia, que había sido traicionado en el último consejo tribal en el que quedó eliminado cuando creía que sus compañeros iban a votar a Inés, la participante que más viene dando que hablar en el reality show, pudo reaparecer justo cuando todos los competidores estaban listos para brindar. Fue en un asado que se realizó para festejar la unificación para que, como en las mejores películas de venganza, el “renacido” vuelva a la vida frente a quienes lo creían parte del pasado.
“Quiero brindar por estos 14 participantes que llegaron a la unificación”, comenzó Marley el anuncio, con la copa en la mano. En ese momento, los concursantes Rojos como los Amarillos lo corrigieron. “Ah, me olvidé de contarles”, comenzó, momento en el que las risas por su supuesta equivocación del conductor cambiaban a caras serias. El momento del día fue cuando Colli, con gesto tímido irrumpía con el cráneo de un caballo, que simbolizaba su triunfo en la Isla del Muerto, para que el animador le sirva vino y termine haciendo chin chin con todos.
Los gestos parecían decirlo todo. Entre sus excompañeros aparecieron las risas nerviosas de Fiorela y Malena, el gesto duro de Agustín P. y una carcajada de Juan Pablo que parecía más por la sorpresa por un giro que no calculaba en su cuidada estrategia.
Por otro lado, los del Sur fueron un festival de reacciones. “Colli apareció de nuevo. A muchos del Rojo les cambió la cara”, expresó con molestia Goldi. “No lo podía creer”, se lamentó Francisco, más enfocado en tener a un adversario más que no contaba. “Cuando los que lo había echado vieron entrar a Colli fue un poema para mí”, arrojó Mauro con malicia, encantado por lo sucedido.
“Este juego de la ‘Isla del terror’, no. No me lo esperaba. No sabía”, comentó Malena, en una entrevista posterior sobre lo sucedido intentado reírse, ¿para no llorar? “A menos de 24 horas de haberlo eliminado, regresó”, se lamentó Fiorela, amargada, como si se tratara de un mal chiste. “Bienvenido, Kosh”, exclamó Inés, en medio de la euforia del brindis, tal vez la única que se alegró de su grupo original por su vuelta. Un regreso que le pone un condimento más a la escalada de traiciones, alianzas y conspiraciones en el reality de Telefe.