Hoy se presenta la cuarta entrega del segmento #VivaLaFamilia, el espacio que reúne a diferentes familias de figuras públicas para explorar algunos momentos que compartieron, repasar sus trayectorias desde la perspectiva de cada integrante y mostrar sus diferencias. A partir de una serie de preguntas, los participantes también tienen la oportunidad de jugar y divertirse; y, el público, de conocerlos un poco más.
En esta oportunidad, se presentaron Amalia Yuyito González y su hija menor Brenda Di Aloy, fruto de su vínculo con César Di Aloy, con quien también tuvo a Stefano. Juntas detallaron algunas intimidades ante la cámara y repasaron cuestiones universales que le pasan tanto a los famosos como a los comunes. La actriz también es madre de Bárbara, de su relación anterior y mucho más mediática con Guillermo Coppola, y esa parte de su vida también se charló ante las cámaras. Ninguna de las dos esquivó las versiones que vinculan a la exvedette con el presidente Javier Milei. En definitiva, Amalia y Brenda se divirtieron, se emocionaron y en algunas cosas no se pusieron de acuerdo. Como en las mejores familias.
“Soy Brenda y en esta nota me quemaste con cosas que no quería que hables”, protestó la joven al terminar la entrevista. “Pará un poco. Vos me preguntaste de qué íbamos a hablar y yo te dije. Y en otro momento, empezaste a hablar de algo que dijiste que no ibas a hablar”, se defendió la actriz. Y en esa complicidad transcurrió la charla, que había comenzado un rato antes con un elogio de madre -”Me encantan tus uñas”-, y un reproche de hija -”Me gusta tu blazer, que de hecho, es mi blazer”.
“¿En qué momento dijiste: ‘Aguante mi vieja’?”, preguntó Yuyito. Belén hizo una pausa y recordó una época de dificultades. “Cuando fui consciente de que estábamos medio en la lona económicamente y vi tu cambio para manejar la economía. Vi cómo nos empezaste a decir que ‘No’ en un montón de cosas, que para una madre siempre es difícil”, recordó la influencer y periodista, quien reconoció que a medida que fue creciendo tuvo la perspectiva necesaria para darse cuenta. “Pude ver cómo te ordenaste, cómo evolucionaste, cómo pusiste límites y cómo saliste adelante. Y ahí dije: ‘Qué grande que es mi vieja’”, sentenció.
Amalia escuchó atentamente y devolvió el cumplido. “Fue un momento en que decidí hacer cambios fuertes, entre ellos, en la economía, y fue un reaprendizaje enorme porque me di cuenta que vos y tus hermanos son unos genios para administrarse, trabajar y triunfar”.
El itinerario siguió con un juego a través del tiempo. “¿Cómo te imaginás que era yo cuando tenía tu edad?”, indagó Yuyito, que a los 27 que hoy tiene su hija ya era mamá de Bárbara. “No lo puedo creer. Yo no me imagino como madre, a mi edad me siento como bastante niña comparando con 27″, admitió Brenda. “Siento que vos a tus 27 ya eras como una supermujer. Yo también me siento una supermujer, pero son dos historias completamente distintas. Vos estabas criando a un ser humano y yo recién ahora me fui a vivir sola y estoy empezando a descubrir un montón de cosas de la vida adulta que antes no sabía”.
Aquí, Amalia hizo un alto y marcó otra diferencia, que también es una marca de época: “Yo nunca viví sola hasta el día de hoy. Primero viví con mi familia, después con mis parejas y luego con mis hijos”, rememoró. “Lo que te perdiste...”, la desafió Brenda, aunque su madre la corrigió: “Ahora capaz empiezo a vivir mi vida de soltera, real”, afirmó, antes de retomar el tema de la maternidad .”A mí me cambió totalmente tener una hija. Aparte me parece que los veintialgo de aquellos años no son los de ahora. Siento que la adolescencia se estiró”, razonó, y su hija avaló, con conocimiento de causa. “Yo me siento adolescente todavía. Si bien soy súper independiente, vivo sola, trabajo y me independicé a los 18, siento que tengo alma de adolescente todavía”.
“Cuando uno tiene un hijo, deja de ser el eje de su propia vida”, continuó Amalia, apoyada en su experiencia. “Vos sos el eje de su propia vida, manejás tus horarios, tus uñas, tu pelo, a qué hora te dormís, cuándo te levantás, si salís o no salís, qué trabajo agarrar...”, enumeró. Y Brenda aprovechó para preguntarle si por haber sido mamá se había dejado de hacer algunas cosas. “No me privé de las cosas habituales, como tomar diferentes trabajos. Pero sí tuve que aprender a pensar no de a una ni de a dos, sino de a tres. Después, con Barbie me fui a vivir un año a México y había que generar esa dinámica nueva, buscar a alguien que me ayudara. No es que me privé, pero sí se multiplicaron las responsabilidades. Y de pronto sentí que cierta dinámica que tenía la relación, con una hija ya no iba más”, señaló.
“¿Cambió la dinámica de pareja entre vos y Guillermo?”, indagó Brenda. “Sí, tal vez me volví más responsable de lo que correspondía y me llevó a tomar decisiones de si seguía o no con la relación. No digo que fue la responsable, sí que me cambió la cabeza y la perspectiva sobre mi nueva responsabilidad”. Recordar aquel momento de su vida puso especialmente sensible a Yuyito. “La maternidad es como mi identidad. Soy madre, ahora soy abuela. Es como que tengo esa cosa servicial, soy muy madre, me identifico mucho con eso”, reconoció la conductora, mientras su hija asentía cada una de sus palabras.
Para cortar con la dulzura, llegaron las preguntas que ponían a prueba las barreras generacionales. “¿Qué es lo que más te avergüenza de mí?”, quiso saber Yuyito. Las dudas de Brenda no parecían la mejor respuesta. “Lárgalo, ahora es el momento”, insistió su madre y la joven trajo un recuerdo de su infancia. “De chica me daba mucha vergüenza... estábamos en clase de computación, recién empezaba el tema de Google y mis amigos jugaban a googlearte a vos. Yo por adentro pedía por favor que no lo hicieran, porque sabía que aparecían las fotos en topless en Playboy... ¡En medio del colegio!”, señaló Brenda, que, más allá de ponerse colorada ante sus amigos, estaba orgullosa de su mamá. “Yo no era una acomplejada de tu trabajo. Te veía como una súper estrella, pero de repente que mis compañeritos lo estén viendo en el colegio y riéndose entre ellos me daba vergüenza”.
Esas fotos fueron previas a tu nacimiento”, se defendió Amalia, antes de escuchar algún asunto más actual. “Tal vez hay ciertas decisiones personales que repercuten en los hijos. Entonces, honestamente pienso cinco veces antes de subir una foto con vos porque sé que tal vez me dejen algún comentario y no quiero estar involucrada con decisiones ajenas a mí”, argumentó Brenda. “Lo bien que hacés”, suscribió su madre.
“Somos dos personas totalmente distintas”, continuó la joven y de a poco empezó a entrar en el terreno de las parejas de Yuyito. “Desde que me fui a vivir sola ya no sé más cuando mi mamá tiene una cita. Lo que sé, es que desde que te divorciaste con papá, hace 24 años, nunca más volviste a formar una pareja formal, que presentes en casa. Y siento que perseveraste por muchos años para en algún momento formar vínculo con una persona que cumpla con todo lo que esperaste durante mucho tiempo”, interpretó la joven.
Sin dar más rodeos, Brenda hizo alusión a los rumores que vinculan a su madre con el presidente. “A mí me preguntan por Javier Milei y yo digo que solo espero que el hombre que formalice con mi mamá, ahora o en un futuro, sea quien sea, sea el compañero de vida por el que perseveraste durante este tiempo. Yo sé que no estás para un touch and go, y ojalá que el hombre que te acompañe el resto de su vida, sea un hombre que refleje los frutos de esta espera”, anheló Brenda. “Y de muchos no, y de poner límites”, sumó Yuyito.
A la hora de hablar de lo que el pueblo quiere saber, si efectivamente pasa algo entre el Presidente y su mamá, elige mantenerse al margen: “Yo no sé nada y vos lo sabés. Lo vamos a dejar claro acá”, se puso seria Brenda. “Me escriben al celular, me preguntan todo y yo no sé nada”, afirmó la joven, que dio su visión de hija ante el posible romance del año: “Yo quiero verte feliz y vamos a decir algo: vos estás muy bien sola. Entonces, si va a venir una persona que realmente amerite incluirlo en tu vida, en tu rutina, en tu trabajo, y que se pueda amoldar a esto que construiste sola, que sea una persona que te sume...”, siguió Brenda, y frenó de golpe, con una humorada. “Y repente esto se volvió una sesión de psicología”.
“La situación que se presentó, es atípica. No es fácil conocerte con una persona, se llame como se llame, con todas las limitaciones de este caso y entiendo que eso genera un ruido en la familia”, intervino Yuyito. “Después de tantos años soltera, creo que hubiese generado un ruido con cualquier persona”, analizó Brenda, pero su madre no estuvo de acuerdo. “No, porque gente más convencional ha pasado, y le daban más chance. Pero bueno, la vida es así”, corrigió la exvedette.
“Yo si te veo feliz a vos, luz verde”, insistió Brenda, dejando en claro cuáles son sus prioridades. “No hay otra que conocerse, es como cualquier relación y lleva tiempo”, completó Amalia. “Y no importa lo que haga o deje de hacer, lo único que cuenta es conocerse y que humanamente haya una coincidencia y surja un sentimiento para que sea sano, saludable y prospere. En definitiva, para poder lograr lo que una se enfocó en la vida”, dijo para cerrar el tema.
Para el final, la conductora quiso saber qué tan presente estuvo en la vida de su hija. “10, 11, 12, mil”, exageró la joven. Y siguió: “Muy presente, por momentos demasiado. Si bien siempre fuiste una mujer súper trabajadora, y hacías mucho teatro, presencias y capaz llegabas tarde, siempre me llevaste al colegio, siempre me esperaste con la comida, siempre estuviste presente en las vacaciones...”. “Y las noches sin dormir esperando que vuelvan de los boliches, y llamando a todas las madres a las 7 de la mañana”, aportó Yuyito, y Brenda resumió la pregunta, en este nuevo capítulo de #VivaLaFamilia y su vida junto a su mamá: “Estuviste siempre muy presente en todas las etapas de la vida. Así que puedo decir que te pongo más que un diez”, cerró.
Fotos/Candela Teicheira.