La satisfacción por una prueba superada y el posterior premio a recibir colmaron de emoción a los participantes de Survivor, quienes en la isla se la rebuscan de cualquier manera con tal de conseguir los víveres para poder mantenerse sanos y fuertes a la espera de cada uno de los desafíos. Por ello, ante la promesa de un premio bien argentino, todos estaban de buen ánimo, pero la desilusión pronto llegaría.
El problema se desencadenó cuando tras la victoria fueron corriendo a buscar su premio, el que le habían prometido que sería un choripán para cada uno. En sus cabezas, la imagen de un chorizo bien argentino, el pan característico y la indispensable salda no se hicieron esperar, sin embargo, grande fue la desilusión cuando al llegar se encontraron con una escena totalmente distinta del creada en sus cabezas.
Iván comenzó a especular respecto de cuántos sándwiches le corresponderían a cada uno, imaginando que quizás sería dos por persona. Ante ello, Francisco no dudó en expresar: “Ojalá que sean dos por persona. Yo me voy a comer todo lo que haya. Si tengo que chupar el piso, voy a chupar el piso”. En el mismo sentido, Aixa explicó que “yo ya tenía hambre desde que me levanté, a la mañana fui al fuego con hambre, y después que tu mente y tu estómago sepan que vas a comer choripanes te agarra como una ansiedad y una necesidad más rápida de querer comer, una urgencia de querer comer ya”.
Tras la corrida de los participantes al campamento, la sorpresa se apoderó de ellos: Pan de Viena, estilo pancho, además de un clásico chorizo colombiano, más cercano a una salchicha alemana, completamente fríos, los estaban esperando. y fue entonces que las quejas no tardaron en llegar.
“¿Panchos?” “¡Estos no son choris!” “¡¿Me estás cargando?!” “¡Qué desilusión! ¡Nos cag...!”, fueron las primeras reacciones tras advertir lo que en teoría eran unos clásicos choripanes, al encontrase con los chorizos colombianos fríos y los panes por separado. De inmediato, al notar que faltaba cocción, todos se acercaron al fuego para disfrutar de su comida.
Fue en ese punto que Martín advirtió: “Todos en nuestras cabezas nos hacemos la idea cuando decís ‘choripán’ en la Argentina, de un chorizo mariposa, un pan tipo flauta y bien pulenta. Acá en Colombia se ve que tienen otro concepto y son más como salchichas y pan de pancho”. En la misma sintonía Mauro aseguró: “Algunos se desilusionaron porque pensaron que el choripán iba a ser como en la Argentina, que es con pan francés. Pero bueno, acá es otra cosa, es con un pan de pancho y una salchicha que es bastante grande”. Son embargo, el mismo participante reconoció: “Yo agradezco cada cosa de comida que nos dan, porque tengo mucha hambre. Así que no voy a desilusionarme con nada. Hoy por hoy estoy siendo agradecido con la comida y con todo lo que me pienso comer de acá en adelante”.
Todos tenían la necesidad de expresarse al respecto, y por caso, Martina, aclaró que “yo me esperaba el chori de cancha” además de dejar en claro que se mostraba desilusionada por lo vivido: “Imaginate jugar todo este juego por esta mierda”, no dudó en destacar.
Por su parte, Baltasar aclaró que “tenía tanto entusiasmo que pensamos que era un choripán argentino y medio como que me desilusioné un poco cuando vi que era como un pancho o algo así, como se hace acá en Colombia”.
En tanto, restaba saber cuál sería el premio para Fiorela, quien es vegana y mantiene una alimentación especial desde su ingreso a la isla. A diferencia del resto en vez de un sándwich recibió una torta de banana con palta de la que reconoció que “está buenísima”. Sin embargo, su estilo de vida estuvo cuestionado los últimos días, luego de que comiera un alimento prohibido.
Los últimos días, como premio, la tribu recibió una merienda conformada por mate, medialunas y dulce de leche. Fiorela, manteniéndose fiel a sus principios veganos, decidió no comer la parte que le tocaba. “Me parece que es una de las comidas más ricas que tenemos en nuestro país, pero cedí mis porciones, mis dos medialunas a mis compañeros, así que me quedo con el mate por ahora”, dijo a cámara en uno de los break que se dan para explicar lo que sucede dentro de la isla. “Sigo sin ingerir nada que provenga de un animal”, aclaró.
No obstante, lo que siguió provocó una ola de críticas en redes sociales. Según capturaron las cámaras de Survivor, la joven intentó ocultarse mientras tomaba el pote de dulce de leche y probaba con el dedo, pero una alerta de sus compañeros la puso en aviso. “¡Cuidado, la cámara!”, le gritó Malena para advertirle que la estaban filmando mientras rompía con hechos lo que venía sosteniendo con palabras.
Al descubrir que las cámaras habían captado su acción, Fiorela intentó disimular y esconder el pote de dulce de leche. Esta situación incrementó las tensiones tanto en el campamento como entre la audiencia del reality. Es que, durante la misma jornada, se había mostrado muy afectada por el cuidado desprolijo de la jaula de las gallinas y hasta lloró por ellas.