En un momento de enojo, tras la dura derrota de su equipo, una jugadora de Survivor Expedición Robinson hizo un polémico comentario sobre la identidad de género de una participante rival. En un intento por explicar el mal desempeño de su grupo, Malvina apuntó contra Inés.
Todo sucedió este jueves cuando ambas tribus afrontaron el quinto desafío de inmunidad. En medio de un clima húmedo y caluroso, los equipos debieron trasladarse a la costa de la isla del Tapón de Darién, ubicada en la zona norte de Colombia. Allí, los jugadores debían asumir distintos roles para rescatar una serie de bloques del mar, trasladarlos por un riel de madera y formar un rompecabezas.
“Los chicos decían que los otros llevaban de a un bloque, por la chica que es trans, Inés. Pero bueno, es trans, convengamos. No nos vamos a engañar entre gitanos. Tiene más fuerza, tiene la fuerza de un hombre, de un varón”, comenzó diciendo la integrante del equipo amarillo a cámara. Luego, la participante continuó hablando e hizo una comparación con su rival: “Es como si yo me vistiera de hombre, tengo la sensibilidad de una mujer. Por más que me la dé de hombrecito. Es una realidad”.
De la otra vereda, Fiorela comentó cómo había sido la división de tareas en el grupo rojo: “Pusimos a Julia armar al rompecabezas. Ella es ideal, mental y súper práctica para eso. Y la pusimos a Ine, que individualmente hace las cosas muy bien, para que lleve y traiga las piezas. Salió redondo, increíble”.
Hasta el momento, el equipo sur mostraba supremacía sobre el norte, ya que había ganado las últimas tres competencias. La diferencia se veía reflejada en la cantidad de integrantes que cada tribu mantenía después de casi dos semanas de supervivencia: 12 personas del grupo amarillo contra 9 del rojo.
Sin embargo, tras este último desafío, la seguidilla finalizó y la tribu norte logró quebrar la tendencia. Ahora, el sur deberá enfrentarse al concejo tribal para eliminar un integrante. Tras perder las últimas dos pruebas, la del beneficio y la de la inmunidad, hay dos jugadoras que se encuentran en el ojo de la tormenta. Una de ellas es Janet, quien perjudicó a sus compañeros al “congelarse” del miedo en uno de los desafíos y no saltar al agua. La otra participante que se encuentra en la cuerda floja en la propia Malvina, quien tampoco fue de mucha ayuda en la última prueba en el mar y también entorpeció el desempeño de los demás.
Como si fuera poco, ninguna de las dos encontró el ídolo de inmunidad, la nueva herramienta que anunció Marley. En grupo del sur, Eugenia, la ingeniera de química de 32 años, fue quien ubicó el beneficio. En la tribu norte, Inés fue la afortunada de hayar el talismán de protección. Así las cosas, una de las integrantes del equipo amarillo tiene las horas contadas.
Inés relató cómo vivió su cambio de género
La concursante oriunda de Río Grande, Tierra del Fuego, y residente actual del barrio porteño de Recoleta, compartió aspectos personales de su vida y su proceso de transición. Lucero explicó durante el reality que su transición de género comenzó en su adolescencia, cuando se mudó sola a Buenos Aires. “Yo hice mi cambio en Buenos Aires mientras mis viejos estaban en el sur”, reveló en medio de la charla, ante la atenta mirada de sus compañeros. Tras ello, en el ciclo se ahondó más en la historia de la participante, en sus propias palabras.
“Después de ir encontrándome acá en Buenos Aires, me fui dando cuenta de que no era yo. El cambio de género es un proceso bastante amplio, con muchos matices. Siempre llega el momento ese en qe ya te consolidás con tu autoestima y con tu identidad y ya podés vivir la vida de una forma más amena y más feliz. Así que hoy en día puedo decir que soy feliz”. expresó.
En la charla con sus compañeros, en tanto, comenzó a explicar cuándo sintió la necesidad de cambiar de género: “Cuando te empezás a desarrollar, en la adolescencia, que te empiezan a crecer los tegobis. Lo hice todo sola, me vine a vivir a Buenos Aires, no les conté nada a mis viejos y empecé a tomar hormonas con ayuda de médicos, de equipos médicos que me iban controlando las medidas hormonales”, relató. Añadió que, tiempo después, sintió la necesidad de comunicarle a su familia su situación, ya que no podía continuar viviendo una doble vida.