Hoy comienza un nuevo segmento de la mano de Infobae, llamado #VivaLaFamilia. Este espacio reúne a familias de figuras públicas que buscan explorar los momentos clave que compartieron, develar sus trayectorias desde ambas perspectivas y mostrar sus diferencias. A través de diversas preguntas, los participantes también tendrán la oportunidad de jugar y divertirse en un ámbito público.
#VivaLaFamilia planea abordar las vivencias importantes de las relaciones, al mostrar cómo cada miembro las percibe, enriqueciendo así la narrativa con distintos puntos de vista. Este enfoque busca no solo subrayar las diferencias, sino también potenciar momentos de esparcimiento y juego.
En esta primera entrega, Sergio Lapegüe y su hija, Micaela, desandan los pensamientos sobre el otro a través una serie de preguntas. Después de un abrazo, el primero en preguntar fue él: “En qué momento dijiste: ‘Aguante mi viejo’?”. “Cada vez que alguien me habla de vos o lo que sea, yo “orgullo”. “Siempre digo ‘Aguante mi viejo’”, dijo ella y luego retrucó: “¿Qué te da orgullo de mí?”.
Emocionado, Sergio no pudo evitar rememorar instancias del pasado. “Todo. De chiquita, a los dos años, ya tenía en mente que querías ser actriz y bailarina. Eso es lo bueno, que apuntaste y fuiste caminando hacia ese lugar. Y el orgullo es porque a pesar de tener un apellido conocido, la peleaste desde abajo y te esforzaste. Salís a golpear las puertas, tal vez con más ímpetu y talento que yo. Yo no soy talentoso, soy perseverante”, dijo Lapegüe. “Sos mi orgullo porque sos una buena persona, que es lo importante. Al margen de ser una buena actriz”, sumó
“Del 1 al 10, ¿qué tan presente estuve en tu vida?”, fue otra de las preguntas que Sergio le hizo a su hija, en el que ella dejó en claro que debido a cuestiones laborales, no estuvo tan presente como hubiera querido y lo calificó como un 8. “No es que no te importó nunca. Te ibas a trabajar y te pesaba a vos no estar en un cumpleaños, o lo que sea, o llegar tarde”, dijo. “Siempre tuviste horarios difíciles”, agregó.
El periodista recogió el guante e hizo un mea culpa. “Cuando venía acá a la entrevista me puse a pensar y la verdad es que tenía un poco de bronca porque pensaba qué poco tiempo estuve con vos y con los nenes. Pero yo mismo me golpeo, pero al menos este encuentro lo tengo que disfrutar. Porque cuando vos eras chica, no te podía llevar al colegio, ni llevar al club. Cuando llegaba y estabas dormida. Cuando me levantaba vos ya no estabas”, rememoró él.
Ella entonces trajo a colación una anécdota de cuando jugaban al ping-pong al mediodía: “El tiempo que compartíamos, por más que era corto, era de calidad”. Él siguió: “Igual, yo me siento mal conmigo por ese motivo. Aunque la calidad te la di de otra manera, porque laburaba para que ustedes estén bien. Y ahora que tengo tiempo, no te veo tanto porque vos tenés tus actividades”, dijo para luego recordar, con pena, un cumpleaños de Micaela al que llegó muy tarde porque tuvo que cubrir “una toma de rehenes”. “Me dio una bronca. Me peleé con los productores porque no me dejaban ir”, contó.
Micaela se mostró comprensiva: “Hay un mantra que tenés que repetir: ‘Yo me perdono, yo te perdono, perdón’. Lo que importa es el interés, las ganas. Si no se puede, no se puede. Hay que entender. Igual nunca te reclamé nada”.
“¿En qué cosas nos parecemos?”, fue otro de los disparadores de la charla. “En todo”, coincidieron a las carcajadas. “Yo me enojo un minuto y medio y enseguida se me pasa; vos te enojás un minuto y medio y enseguida se te pasa”, dijo él. Y siguió: “Somos desesperados por la comida y los dos somos estrellas. Nos encanta el deporte. Somos muy manijas. Tenemos una risa muy parecida, muy fuerte”.
“Cada vez que yo digo algo, mamá dice: ‘Eso lo diría tu papá'. Tenemos hasta la misma forma de caminar”, agregó Micaela y destacó que a los dos les cuesta decir que “No”.
La pregunta: “¿Qué es lo que más vas a extrañar de mí el día que yo esté?”, disparó la emoción de los Lapegüe. “Tu risa”, aseguró Micaela. “Te la voy a dejar grabada”, siguió Sergio y luego se fundieron en un abrazo. “Es que justo lo pensaba el otro día en el teatro. Como que dije: ‘Qué lindo tenerte en el público, ¿viste?”, explicó ella en referencia a la risa de su papá. Enseguida Sergio sumó: “No hay que pensar en eso. A mí me emocionan tus abrazos. Es lo que me llena de energía”, dijo Sergio.