Este lunes, Survivor Expedición Robinson (Telefe) se despidió de uno de sus integrantes más queridos, Martín Lobo. El exbombero del barrio porteño de Caballito se convirtió en el tercer eliminado en dejar el certamen por la votación del equipo rojo. En medio de un vaivén de emociones, el líder nato del grupo se despidió de la isla para darle inicio a una nueva etapa de su vida. En diálogo con Teleshow, el hombre de 53 años compartió todos los detalles de su experiencia.
Una vez que dejó atrás a sus compañeros, Martín le contó a este medio cómo surgió la idea de sumarse a esta experiencia fuera de lo común. Con un gran interés por la naturaleza, el exparticipante mostró sus habilidades para sobrevivir a lo desconocido.
—¿Qué te llevó a anotarte en el certamen? ¿Pensaste en participar en Gran Hermano?
—Me anotaron mi señora y mi nena, a todo me anotan. Ellas me dicen ‘bueno, está Gran hermano, ahora esto, te anotamos’. Me mandaron para hacer el video, lo mandé y así se dio. Yo siempre tengo las puertas abiertas, digamos el corazón contento, no tengo problema. Voy a donde sea.
—¿Cómo lidiaste con las condiciones extremas? ¿Y la convivencia?
—No me hice ningún problema, tanto en el tema social como con la isla. Estaba muy contento porque es algo que me apasiona, de chico me críe en la montaña, así que no tuve inconvenientes. Por suerte, me tocó un grupo que me tengo que sacar el sombrero, de diez.
—¿Cómo fue el tema de la comida y el clima?
— Me costó mucho no comer nada y tanta lluvia. Después de, no sé si siete, ocho días, el cuerpo me jugó en contra. Pero, más allá de eso, muy contento.
—¿Repetirías la experiencia?
—Sí, yo creo que sí. No, es que estaba preparándome en el gimnasio y me había tomado como unos meses, eh, digamos, para descansar. Pero sí, si mañana me dicen ‘prepárate que vas a volver a la isla’, yo volvería. No tengo drama en eso.
—Fuiste parte del cuerpo de Bomberos de la Ciudad, ¿crees que esa experiencia te preparó para hacerle frente a este reality?
—Sí. De los 12 años, hasta los 20 años fui bombero voluntario en la provincia de Córdoba en incendios forestales, y después me capacité porque la idea era ir por todo. Todo bombero tiene esa idea, llegar a lo máximo en el país, que es entrar a bomberos de acá, de Buenos Aires y bueno, se me dio. Luego de eso fue un traspaso, que pasaron la mayoría, es decir el 90%, de todo lo que era Bomberos y Policía Federal la pasaron al cuerpo de la Ciudad y ahí tuve mis últimos tres años como instructor en la Escuela de Cadetes del Instituto Superior de Seguridad Pública, que es donde se forman los nuevos cadetes del cuerpo. Así que, en definitiva, sí.
— ¿Cómo fue tu encuentro con Giselle Margorani, quien sobrevivió a la tragedia de Cromañón de la que fuiste parte del operativo de rescate?
— No me lo esperaba, menos en la isla. Es como encontrarte un pariente en Japón, más o menos. Fue muy emotivo, ella me agradeció y, más allá que los bomberos nunca esperamos algo a cambio ya que nosotros vivimos de esto, tenemos un sueldo, eso te llena el corazón. El tema de agradecer en vida, como esta chica que me dice ‘capaz que vos me sacaste de Cromañón’ y bueno, eso fue muy lindo, se agradece encontrarse con esas personas.
— ¿A qué te dedicas tras dejar la isla?
— Me puse una empresa donde realizo travesías por todo el país. Lo organizo en camionetas 4x4 y llevo a gente por diferentes provincias, voy a La Rioja, San Juan, Mendoza, Córdoba, a todos lados. Llevo a la gente, o ellos vienen con sus vehículos o con los nuestros, y de paso les doy talleres de primeros auxilios ante una emergencia, sea en sus hogares o donde estén.
— ¿Qué te llevas del programa? ¿Algo que te gustaría cambiar?
— No cambiaría nada. Está muy bueno como está. Sí, tal vez, tener un poco más de comida que es como combustible al cuerpo después de competir. Quizás hacerlo a los 20 años no pasa nada, pero yo con un poquito más de años se siente más. En cuanto a experiencia, me dejó algo muy lindo, conocer gente y pasarla sin nada en un clima totalmente hostil.