A mediados de abril, Eduardo de la Puente fue hospitalizado a raíz de un ACV. En aquel momento, el periodista, de 60 años, decidió compartir la noticia desde la clínica para asegurar que, a pesar del incidente, su salud no corría peligro. “La saqué bastante barata. Pero bueno, por unos días voy a estar fuera del juego”, manifestó y destacó tanto la atención médica, como el apoyo de familiares y amigos en aquel difícil momento.
A pesar del episodio, el exintegrante de Caiga quien caiga se recuperó y pudo continuar con sus trabajos. Así la cosa, este miércoles, visitó a los Socios del espectáculo (El Trece), ciclo que conducen Adrián Pallares y Rodrigo Lussich, y recordó este episodio. También contó que le ayudó para reencontrarse con su hijo, Martín.
“Vino a verme. Hacía un par de años que no nos veíamos, estábamos distanciados. Hemos retomado el diálogo, pero tampoco es que salimos todos los sábados ni nada por el estilo, pero tenemos una charla fluida que era algo que habíamos perdido y, en ese sentido, me vino muy bien el tema de la ACV porque empecé a recuperar un montón de vínculos que había abandonado”, afirmó el periodista.
“Yo soy un tipo cero familiar y me di cuenta de que está bueno. Los De la Puente somos medio deformes en este sentido, parece que hay como una larga tradición familiar de desapegarse, pero digamos que se volvió a retomar el diálogo”, agregó y recordó que vivió algo similar con su padre.
“A mí me pasó de haberme distanciado mucho de mi viejo en su momento, yo estuve nueve años sin hablar con él. Entonces, por eso puedo entenderlo tranquilamente a Martín. Todavía no tuvimos esa charla, en algún momento, habrá que dirimir ese tipo de cosas, pero, por ahora, la tendencia y con todo el mundo con quien retomé el vínculo es borrón y cuenta nueva”, cerró el conductor.
Su paso por CQC
Durante la entrevista también le consultaron por su paso por el ciclo Caiga quien caiga. “¿Cómo fue esa relación de amor y de odio en un momento de enojo (con Mario Pergolini)? Ustedes eran Los Stones en su momento la rompían toda. Hacían un muy buen producto ¿Qué pasó ahí?”, quiso saber Paula Varela, una de las panelistas del ciclo.
De la Puente aclaró: “Sí, es como esos matrimonios que se conocen, se enamoran perdidamente y se aman, se ponen de novios y se casan. Pero un día se dan cuenta de que, bueno, el otro no era la persona indicada o todo eso que te había enamorado ya no te enamoraba más”, reconoció.
En tanto, Adrián Pallares comentó: “Él se convirtió en jefe. Por lo menos yo viéndolo desde afuera, pienso que eso pudo haber afectado, que dejaron de ser pares“. “No, es que nunca fuimos pares. Siempre había una autoridad”, dijo Eduardo.
Luego se sumó el periodista Matías Vázquez. “Pero había también una cuestión económica. Cuando él vendió el formato los dejó afuera a ustedes, que también eran parte de esa creatividad, traicionándolos”. ”Buenos sí, eso sí, ni hablar, es cierto, pero seguramente estaba en un contrato chiquito que habíamos firmado y que no lo habíamos leído“.
Por último, con respecto al debate que se instaló sobre los programas de streaming y el tipo de lenguaje que se utiliza o los chistes que se hacen, Eduardo reflexionó: “Le estuve prestando mucha atención a ese análisis y de hecho el streaming lo que está haciendo son cosas que hemos hecho en la tele que antes estaban permitidas. Ahora ha cambiado mucho culturalmente el asunto. Todo se ha vuelto menos permisivo“, comentó.
“Se está manejando un nivel de hipersensibilidad que es terrible. El humor necesita víctimas. Si vos hacés humor amplio, respetuoso o políticamente incorrecto, tenés que estar preparado para que ese mismo humor te vuelva. O sea, de la misma manera que yo te bardeo a vos, vos mañana me lo podés devolver, es parte del asunto. El tema que no estamos dispuestos a eso”, concluyó el periodista.