En un nuevo episodio de Playlist, el ciclo audiovisual en el que Infobae busca darle espacio a los artistas emergentes, la protagonista es Fiorella Acosta, artísticamente conocida como Tuli, bailarina, cantante y streamer. Nació el 20 de junio de 2001 en Río Ceballos, Córdoba, y desde los tres años siguió su pasión por la danza y la expresión corporal. A los 15 años decidió abandonar la escuela y viajar hacia los Estados Unidos, con el objetivo de estudiar danza hip-hop.
De vuelta en el país y en plena pandemia, se lanzó a la virtualidad para convertirse en streamer pero también para impartir clases de baile de manera online. De a poco empezó a crecer en cuanto a audiencia y a acumular seguidores de a millones, tanto en Instagram como TikTok. Esto le permitió hacerse visible para artistas como Nicki Nicole, Tini Stoessel y María Becerra, quienes la convocaron para que coreografiara algunos de sus videoclips.
En diciembre de 2021 despuntó como cantante al participar de la canción “Qué casualidad”, de Luck Ra. En 2023 editó su primer ep titulado Crisálida, integrado por cuatro canciones. En paralelo a esto, dio a conocer su relación con el rapero Lit Killah. A comienzos de este año tomó más notoriedad en su faceta como bailarina al resultar campeona del Bailando (América).
María Figueiras: —¿Soñaste alguna vez estar viviendo este momento?
Tuli Acosta: —Lo loco de todo esto que está pasando, que junto con mi equipo estamos trabajando para que suceda, es que el sueño concreto no fue decir: “Quiero mi música”, sino encontrar una ventana de todo lo que le gusta a Tuli. En consecuencia, cayó en la música y lo disfruto porque es algo que me interesa aprender. Pero no es algo que me dije y que me imaginé ser cantante algún día. Me pasaba que admiraba muchos los vivos de artistas como Beyoncé y Shakira, que creí que mi sueño era ser bailarina de una artista. En la pandemia me encontré en un blanco, porque todos recapacitamos un poco en ese momento y me dije: “Che, ¿estoy admirando al bailarín o al artista? Estoy mirando al artista siempre, ¿por qué me estoy encasillando en una cosa?”. Cuando, de repente, me gustaba también cantar, actuar, todo lo que hace un artista, estar arriba del escenario… Fue como de rebote, quería tener la canción perfecta para bailar. Eso fue alimentando a la Tuli artista, a todas mis otras pasiones.
María Figueiras: —¿Sabés qué es lo que te distingue y lo que te hizo llegar a acá?
Tuli Acosta: —Es muy fuerte, porque siento que es muy personal. Hay muchos pilares que crean los valores de uno como artista, en donde vas a poner tu arte. Siento que lo que me hizo llegar hasta acá 100% fueron mis papás, siempre tuve su apoyo y siempre me dijeron: “Dale para adelante, siempre te vamos a apoyar, hagas lo que hagas, no importa si no tenemos las herramientas, se consiguen”. Esos valores son claves y siento que lo que me hizo tener hoy en día lo que tengo es la perseverancia. Y sobre todo la pasión por las cosas, nunca hice algo que no me apasione. Esa hambre de hacer algo con pasión es lo que hace que los frutos sean de esta magnitud.
María Figueiras: —Sé que sos muy disciplinada, que trabajás mucho para conseguir tus objetivos.
Tuli Acosta: —Sé muy bien que cuando uno trabaja, las cosas se le tienen que dar y si no se te dan, es porque te vas transformando en otra cosa. Pero siento que el saber no ocupa lugar, así que en todo ese proyecto en el que aprendés la disciplina y estás trabajando duro, vas aprendiendo, por más que después no se te dé, para lo que estés trabajando. Por eso tampoco me frustro cuando las cosas no se me dan porque entendí que si capaz no se me dan, tengo que cambiar a otra cosa y abrazar esos procesos. Jamás vamos a llegar a ese todo que queremos. Siempre nos pasa que: “Ah, pero me gusta esto...”. Lo clave es saber que todo se consigue con la disciplina, con la paciencia.
María Figueiras: —¿Tratás de mostrarte lo más genuina en las redes o te autocensurás?
Tuli Acosta: —Nunca fui tímida, jamás. De hecho, hubo una etapa en la adolescencia en la que uno dice: “Che, pará, la gente habla de esto…”. Cuando sos más niño no te importa nada. La adolescencia es clave para hacer ese clic, mantener eso y mantenerlo hasta que uno se hace adulto. En la adolescencia me pasó que decía: “Eu, no. Pará. No subo esto”, y no subía videos bailando. De repente subí uno, empecé a tener unos poquitos seguidores, a tener contacto con gente que le gustaba lo que hacía, me devolvía ese amor, y retroalimentaba esa relación con esas personas que te siguen. Eso es clave. Y dije: “Flasheé en tener miedo con esto, en tener miedo, en mostrarme, no subir esto, en mostrarme en esto, en lo que sea”. Uno siempre se encuentra con ese límite en donde uno sale de esa zona de confort.
María Figueiras: —El amor con tu novio traspasa la pantalla, se siente. Te veo muy enamorada, se nota que se quieren, se nota el apoyo. ¿En qué momento dijiste: “Estoy en una relación sana, con alguien que me quiere bien”?
Tuli Acosta: —Todos los días. Es algo que yo siento y digo: “Guau. Lo busqué y llegó. ¡Mi hombre ideal!” Yo creo que es algo que llega cuando estás preparado. Yo creo que él se merece todo lo que me da y yo estoy tan bien para entregárselo, ¿se entiende? Es mi pareja donde siento que es el tiempo y el momento correcto y todo está bien. Es muy loco porque es algo que me doy cuenta todos los días de lo importante que es estar bien con uno mismo para entregarse al 100% y hacerle bien a la otra persona. Estoy muy contenta con él. Me demuestra todos los días lo que es estar en una relación sana. El típico mensaje de que uno tiene que estar bien para amar a otro, es así. Creo que hice una sanación en la que pude construir. Apareció esa persona para decirme de nuevo lo que soy, de lo que me había olvidado. Me sacó de un montón de cosas como: “Tuli, no es así esto”. Pero sí, fue un proceso mío. Podés tener un montón de personas a tu alrededor, pero si no haces el clic y no vas hasta el lugar donde más te duele, no vas a sanarlo. Vas a seguir tomando cosas para taparlo. Hay que estar sano para construir una relación sana.