Isabel Sarli, ícono del cine argentino y pionera del cine erótico en América Latina, vivió sus últimos días con la misma dignidad y discreción que caracterizaron gran parte de su vida personal. La actriz, famosa por sus colaboraciones con el director Armando Bó y por su audaz carrera cinematográfica, falleció el 25 de junio de 2019 a los 83 años.
La influencia de Sarli en la pantalla grande y su papel en la apertura de debates sobre la libertad artística y la representación del erotismo fueron reconocidos tiempo después, ya que inicialmente fue muy criticada y censurada. Su valentía al enfrentar estas imposiciones y su capacidad para mantener una carrera exitosa en un entorno adverso fueron algunos de los aspectos más destacados de su personalidad. Isabel fue bautizada artísticamente como La Coca, sobrenombre inspirado en la botella de Coca-Cola por sus curvas.
En los años 50, la actriz, vedette y Miss Argentina conoció a Armando Bó y, además de convertirse en la estrella de sus películas eróticas, también fue el gran amor de su vida. Según contó Sarli en una entrevista, durante el rodaje de El trueno entre las hojas (1958), cinta en la que hizo el primer desnudo total de la historia del cine argentino, el director le prometió una malla color carne que nunca apareció. Ella se sintió traicionada y le respondió con un cenicerazo en su escritorio de vidrio, comenzando una relación que se mantuvo hasta el último día de vida de aquel hombre que le abrió las puertas del mundo artístico.
La relación entre ellos no fue solo la de director y actriz, sino que el amor los sorprendió en el camino. “Yo era su amor y las películas, como decía él, eran nuestros hijos”, confesó Sarli. Pero la pareja no tuvo hijos y ella reconoció tiempo después que él le decía: “Una sexy con panza no es buena”.
A causa de sus películas eróticas, mantuvo permanentes conflictos con los sistemas de censura de los gobiernos argentinos y las dictaduras militares que las interrumpieron cuando sus cintas eran estrenadas. En ese tiempo, Ramiro de la Fuente, catalogado como el “señor de la censura”, dirigió el Ente de Calificación Cinematográfica (desde su creación en 1969) y lo puso al servicio de varias dictaduras.
De las 28 películas que protagonizó Isabel Sarli, solo dos pasaron sin ser recortadas. Algunas fueron mutiladas y otras solo se exhibieron años después, con la llegada de la democracia en 1983. “El artículo segundo establece seis temas de prohibición. Por ejemplo, la justificación del adulterio y todo lo que atente contra el matrimonio y la familia, la prostitución y perversiones sexuales, la apología del delito, las que nieguen el deber de defender a la Patria y el derecho de sus autoridades a exigirlo, y las que comprometan la seguridad nacional, afecten las relaciones con países amigos, o lesionen el interés de las instituciones fundamentales del Estado”, sostenía De la Fuente cuando tenía que explicar los criterios con los que se juzgaba si una película era apta para ser exhibida.
Durante los últimos años de su vida, Isabel enfrentó varios problemas de salud que deterioraron su estado físico. En marzo de 2019, la actriz fue ingresada en el Hospital Central de San Isidro debido a una fractura de cadera. La intervención quirúrgica a la que fue sometida se complicó debido a su avanzada edad y a sus problemas de salud preexistentes.
Tras la operación, La Coca sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) que complicó su recuperación aún más. A pesar de los esfuerzos médicos, su estado continuó siendo crítico. Durante estos meses, su hija Isabelita Sarli estuvo constantemente a su lado, brindándole apoyo y acompañándola en ese difícil momento.
Sobre los minutos finales de Isabel con vida, su hija Isabelita contó en una entrevista: “A ella le sacaban la sedación y se ponía muy nerviosa. Más, si me veía. Se quería arrancar todo y tenían que volver a sedarla. El último día, que fue un lunes, nos llamaron a la medianoche para decirnos si podíamos ir y nos comunicaron que le habían agarrado tres paros cardíacos. Cuando la estabilizaron, entré junto a mi marido. Nos dijeron que nos fuéramos a descansar. Dormimos cuatro horas y cuando volvimos nos dijeron que había hecho un cuarto paro cardíaco y que no podían salvarla”.
El 25 de junio de 2019, la noticia de la muerte de Isabel Sarli conmocionó al país. La actriz falleció en el Hospital Central de San Isidro, rodeada de su familia y seres queridos. Su partida fue profundamente sentida tanto en el mundo del espectáculo como entre sus admiradores, quienes la recordaron no solo por su carrera en el cine, sino también por su personalidad carismática y su valentía para desafiar las normas de su tiempo.
Su muerte dejó un vacío en la cultura argentina. Diversas personalidades del mundo de la cultura expresaron su pesar y rindieron homenaje a la actriz. Se organizaron eventos conmemorativos y se proyectaron algunas de sus películas más emblemáticas en cines y canales de televisión. Sus últimos días estuvieron marcados por el amor y el apoyo de los suyos, así como por el reconocimiento y el cariño de sus admiradores. Su partida significó el adiós a una era del cine argentino, pero su influencia y su audacia continúan inspirando a nuevas generaciones de artistas y cineastas.
“Siento que heredé de ella muchas cosas. Imagínate que estuve con ella desde bebé. A veces, la gente me dice que tengo hasta sus gestos, o que me manejo como ella. Yo soy más tranquila, ella tenía un carácter más fuerte. Soy más ‘agua de tanque’, pero si me hacés enojar, saco todo el carácter de ella”, afirmó Isabelita en una entrevista. Además, se sorprendió con la ola de homenajes y reivindicaciones que despertó la partida de Sarli. “El día que falleció prendí la tele para ver si alguien decía algo y en todos los programas hablaban maravillas sobre mi mamá. Me sentí muy orgullosa. Para todos ustedes era ‘La Coca’, pero para mí es mi mamá, la que vivía las 24 horas conmigo de los 365 días del año”, indicó.
A la hora de resaltar alguna cualidad de su madre, no lo dudó: “Destaco su amor hacia mí. No podía verme triste; enseguida quería consolarme para que esté feliz. Fue hiperpermisiva; después de mis 18 años, porque antes era un sargento”, aseguró en diferentes entrevistas.
Isabel Sarli será recordada como una pionera que rompió barreras y dejó una marca indeleble en la cultura argentina. Su vida y su obra son testimonio de una mujer que vivió y trabajó con pasión, dejando un legado que perdurará en el tiempo.