La salida de Juliana Furia Scaglione de la casa de Gran Hermano marca recién el segundo capítulo de la historia, con el reencuentro con los exparticipantes, varios con los que tuvo algún encontronazo en el momento de la convivencia, por lo que resta ver cómo se desenvolverán en los próximos debates y cómo será el trato entre ellos. Por caso, en la última gala, se produjo el esperado cruce entre la doble de riesgo y Catalina.
Este particular momento se dio casi al final de la emisión cuando el conductor Santiago del Moro le preguntó a Catalina quién pensaba que sería eliminado, a lo que ella sin dudar aclaró que “mi ganador es el Chino, yo quiero que él gane Gran Hermano, obvio”. Fue en ese entonces que Furia aprovechó la ocasión para comenzar a gritar desde su asiento: “Te amo, Cata. Sé que me amás”.
La receptora del mensaje, en tanto, rechazó el gesto con un cortante. “Yo no, perdón. Te saludo, pero no”, manteniendo su postura distante. No obstante, la doble de riesgo insistió con sus muestras de afecto, lo cual causó tensión entre los presentes. Agostina, otra participante de la edición, observaba sonriente, aunque con nerviosismo.
Tras pararse, Furia consultó si podía abrazar a Cata ya que “yo sé que me ama”, a lo que la aludida aclaró: “Yo a Furia la amo, no como los panelistas que son ‘Bebé Reno’, pero no generalizo”. Ese comentario fue el disparador para que la última mujer eliminada del juego lance otra declaración controvertida diciendo: “Te amo, si no fueras hétero serías mi mujer”. Y así, para sorpresa de todos, se lanzó hacia la tribuna y la abrazó, a la vez que le dio un beso. La reacción de Catalina, con una amplia sonrisa, dejó en evidencia una relación compleja y cambiante entre ambas participantes.
Cabe recordar que en un principio ambas funcionaban en bloque dentro de la casa, pero el ingreso de Alfa fue el detonante para que las jugadoras pasen a una guerra. El motivo: Catalina y Walter se habían peleado cuando ella estaba fuera de la casa y la aparición de él en el juego consiguió reflotar su enemistad.
“Qué boluda”, se había despachado el exconcursante de 62 años, cuando se enojó por una burla que le hicieron Martín y ella. “Nena, la verdad que me llenás las pelotas. ¡Me estás llenando las pelotas, pelotuda!”, se despachó, en uno de los encontronazos que tuvieron. Ese momento disparó la angustia de la médica, quien no pudo tolerar que su amiga no la apoye como quería.
“Pero ni molesta Alfa. Le prestás mucha atención”, le dijo Juliana a Cata, pero no quedó conforme. “La estaba pasando bien. Vos no te das cuenta de las cosas que hace. Me rompe las pelotas todo el tiempo. Cuando te quedes sin Alfa y sin mí, ahí te vas a dar cuenta”, comentó la pediatra, haciendo que Furia la frene en seco.
“Puedo estar sola, no necesito a nadie. A mí no me amaneces porque acá vine sola. No tengo ni mamá, ni papá. No necesito a nadie. Yo no me voy a pelear con nadie por el chabón, para que te quede claro. Me parece que es un invitado de lujo”, se despachó, mientras Catalina le daba una punta de por qué no lo quiere al participante que más dio que hablar en la temporada pasada. “Disfrutalo porque es tu personaje favorito. Cuando salgas vas a entender porque yo estoy así”, lanzó.
Ya a solas en el confesionario, entre la indignación y la sensibilidad, Catalina se explayó sobre sus sensaciones. “Estoy decepcionada. Entré para ayudarla a Furia, como lo prometí antes de entrar, y ella me terminó fallando. Puedo ser muy fiel, muy buena amiga, pero cuando alguien me falla sin ningún tipo de sentido… Yo tengo una personalidad muy fuerte también y muy dura con la gente que me traiciona”, arrojó, durísima. “Claramente no le importa un carajo nadie”, finalizó, rotunda.