Estaba en el barrio porteño de Saavedra, en el living de la casa de su abuela paterna, ubicada en Conesa 3627, cuando descubrió que había una guitarra arriba de un ropero. La bajó con mezcla de picardía y curiosidad. Luego escuchó una frase que, sin saberlo, marcaría un antes y un después en su vida: “Vení que te enseño los acordes”. Desde ese momento el instrumento se convirtió en una extensión suya: se la pasaba tocando, hasta que sacó su primera canción: un tema de Elvis Presley.
Alberto Felipe Soria, más conocido como, Johnny Tedesco, no lo olvidó jamás. “Mis diez tíos y todos mis primos fueron mi primer público. Ahí empecé a preparar algo que después se convirtió en Johnny Tedesco”, contó en Radio Rivadavia y rememoró el origen del personaje que lo catapultó a la fama.
No fue algo aislado. En su casa la música se respiraba: su madre era cantante de boleros; su padre, cantante de Tango; y, uno de sus tantos tíos, coreógrafo de en un programa de televisión llamado Estampas y variedades (Canal 7). Sabiendo que el joven ya tocaba el bombo, la armónica y la guitarra, le propuso presentarse en el estudio. “Y qué voy a hacer, ¿bailar un malambo?”, preguntó Johnny, sin tener noción de lo que realmente sucedería. Bailó y brilló.
Tas su debut televisivo volvieron a llamarlo, pero para que cantara. Emocionado, el joven se calzó la guitarra e interpretó un tema en inglés. Volvió a brillar. Días más tarde, se presentó en la casa de su abuela, un vecino, Ricardo Chao, que trabajaba en la discográfica RCA. Desde la compañía estaban interesados en Johnny. Es que, el programa donde cantó llegó a Ricardo Mejía, director de la discográfica, y el hombre quería volver a escucharlo.
Con algo de negación, Tedesco llegó a Riobamba y Bartolomé Mitre en compañía de un amigo. No estaba solo: había una fila de más de 100 personas que esperaban su turno para ser escuchados.
Pasados 10 minutos se acercó un señor bajito y le pidió que lo acompañara. Era Víctor Buccino, director musical de la RCA, que lo llevó hasta el estudio para que realizara la soñada audición. Tras interpretar en inglés Zapatos de gamuza azul (Blue Suede Shoes), le pidieron que cantara otro tema. Entonces hizo sonar, también en inglés, Hard headed woman (Mujer de cabeza dura). “¿Usted no sabe cantar en castellano?”, le consultaron. Así fue como los allí presentes escucharon por primera vez el Rock del Tom Tom, que Johnny había compuesto años antes “en un papel de esos que se usan para envolver facturas”. El resultado: le entregaron un disco de acetato y le pidieron que se aprendiera la canción que estaba grabada ahí. El tema en cuestión era Vuelve Primavera, original de la agrupación mexicana Los Blue Caps.
Menos de una semana después, grabó el cover mexicano y el compuesto por él mismo. A los días, su voz comenzó a sonar en todas las emisoras. Los locutores lo presentaban como “el último éxito de la RCA”, ya que no tenía siquiera un nombre con el cual identificarse. En medio del proceso de selección de su identidad musical, le consultaron por los diferentes apellidos de la familia y cuáles eran los apodos. De ese interrogatorio nació Johnny Tedesco, apellido de su madre.
El disco simple se editó el 18 de abril de 1961, con Vuelve Primavera en el lado A y el Rock del Tom Tom en el lado B. Se trató de la primera canción compuesta por un argentino, hecha en español, y que sonaba a ritmo de rock. Sin dudas un hito musical. Incluso, es considerada como la primera pieza de rockabilly -mezcla de estilos de música negra con música country- grabada fuera de los Estados Unidos. Y pese a que en la Argentina el lado A fue el que más sonó; en el resto del mundo se sintieron atraídos por la composición original de Tedesco. En apenas semanas, ya se habían vendido más de medio millón de copias.
Su llegada a la televisión fue inmediata, ya que el propio Ricardo Mejía tenía un programa en el recientemente inaugurado Canal 11. Era el ciclo Ritmo y Juventud en la cantina de la guardia nueva (1961), que conducía el cantante y humorista Dino Ramos. Allí comenzaron a sonar jóvenes figuras como Lalo Fransen, Palito Ortega, Raúl Lavié y Jolly Land, entre otros. Para Tedesco había un pedido especial: que se presente con los suéteres que solía utilizar en cada encuentro en la compañía, esos que le tejía la madre y él amaba.
Así nació “El rey del suéter” y así se formó el primer club de fans de un artista argentino. Lo conformaba un grupo de mujeres que lo amaban e, incluso, se tomaron el trabajo de comenzar a tejer prendas para que pudiera utilizar en cada una de sus presentaciones.
Un año después, y ya con más de 2 millones de discos vendidos, fue parte de El Club del Clan (Canal 13), en el que también fueron parte Palito Ortega, Violeta Rivas, Nicky Jones, Chico Novarro, Jolly Land, Lalo Fransen y Raúl Lavié, entre otros. El programa llegó a tener más de 50 puntos de rating y se convirtió en el centro de la escena de lo que se denominaría como Nueva Ola musical.
Dos años después, en 1963, Tedesco colaboró con la reconocida actriz Niní Marshall en la película Cleopatra era Cándida, dirigida por Julio Saraceni y basada en guiones de Abel Santa Cruz. En este film no solo actuó, sino que también interpretó varios temas musicales. Estrenó el 23 de abril de 1964.
A finales de ese año, dio un paso significativo en su carrera televisiva al conducir su propio programa, Un chico llamado Johnny, donde contó con la colaboración de la cantante Mónica Lander. Posteriormente, volvió a Canal 13 para participar en Escala musical, que obtuvo tanto éxito que fue adaptado al cine en 1966.
En busca de expandir su influencia en la televisión, se integró a Canal 7, donde acompañó a Antonio Carrizo en el programa Bienvenido sábado. Durante años, no dejó de lado su carrera musical: editó discos con nuevos temas y mantuvo así su relevancia en la escena artística.
Incluso, acompañó a Los Gatos durante más de 30 shows, en los clásicos carnavales de fines de los 60. Tras ello, llegó una impactante gira por América, con actuaciones en países como Venezuela, México, Colombia y Ecuador, donde grabó un disco junto al grupo local Los Supersónicos. Posteriormente, se radicó en los Estados Unidos y brilló en lugares como Los Ángeles, Chicago y Nueva York.
En 1977, Johnny grabó el disco Rock en castellano, donde recorrió clásicos del género. Casi una década después, en 1986, saco para la CBS el disco Johnny y Fuga, con sonidos típicos de los años 80, pero sin dejar de lado las canciones rockeras.
En 1995 condujo en el histórico canal Music21 un programa musical y de entrevistas con invitados como Babasónicos, Fabiana Cantilo, Javier Martínez y Horacio Fontova. Un año después, en 1996, integró el elenco de un film inédito dirigido por Raúl Perrone y en septiembre de 2009 presentó un nuevo disco denominado El Regreso. Para 2011 editó 50 años de Rock and Roll, un material de blues y rock and roll conmemorando sus cinco décadas con la música, producido por su hijo, Alan Vega.
En 2016, encabezó uno de los festivales más importantes de Europa de rockabilly, el Rockin Race Jamboree, en Torremolinos, Málaga. Un año después editó junto a Fernando Goin, gran exponente del blues y el country en la Argentina, un disco a dúo llamado Andando y Andando. Como adelanto de su próximo disco, en 2020 lanzó un EP y un video con rock del más puro llamado Voy a lo simple.
Sin dudas, Tedesco es y será un vanguardista y uno de los pilares del rock, en cuya figura el paso del tiempo no hizo mella. Esto quedó claro en los últimos días, cuando fue declarado personalidad destacada en el ámbito de la Cultura en la Legislatura Porteña.
El acto se llevó a cabo en el Salón Dorado y contó con la presencia de la diputada y autora del proyecto, María Luisa González Estevarena, además de su gran amigo, Palito Ortega, y Lalo Fransen, además de familiares y gente querida, e incluso las mujeres que hace más de 60 años eran parte del club de fans y tejían sus suéteres.
Durante la ceremonia, Palito tomó el micrófono y reveló: “Estuve viviendo un año largo en Mendoza. Tenía un amigo que trabajaba de discotecario, en la discoteca de una radio, y cada vez que llegaba un disco de Johnny Tedesco me avisaba. Entonces yo iba y lo ponía hasta que lograba sacar la letra y cantaba los temas de Johnny. Pero bueno, no tenía la pinta de Johnny. Si me teñía el pelo, igual me quedaban los ojos muy negros”.
Luego dio detalles de cuando se conocieron. “Yo lo miraba y me temblaban las piernas, porque este es el pibe que yo crecí imitando (...) Cuando comencé a grabar mi primer disco, necesitaba un coro y en el pasillo encontré a Johnny, a Lalo y no sé quién más. Les dije: ‘Muchachos, me tienen que ayudar’. Yo no había grabado todavía, no me conocían. ‘Estoy grabando y me falta un coro’. Y me quedé sorprendido porque el ‘Sí' fue inmediato”. La amistad estaba en marcha.
A su turno, visiblemente emocionado, Tedesco aseguró: “Yo soy un agradecido a la vida. Dios ha estado siempre muy presente en mí, me ha acompañado en los momentos más dichosos y en los más difíciles. Este premio, que para mí, es un premio, un elogio, una honra, quiero dedicárselo a los dos seres más amados en mi vida desde que nací, que son mi madre, Nélida Tedesco y mi padre Ramón”.
“También quiero agradecer muy especialmente a mi familia, con la capitana a la cabeza. Nilda Vega, mi esposa. A mis hijos, a mis nietos y a Catalina que está por venir. Sí, voy a volver a ser abuelo. La verdad es un día para mí muy feliz”, cerró, para luego sumar a la banda sobre el escenario y entonar los temas que por más de 60 años acompañaron a la historia de la música argentina.