Candelaria Tinelli y Coti Sorokin aprovechan cada instante para pasar tiempo juntos, y dividen sus días entre compromisos laborales y esparcimiento. En esta oportunidad, los recién casados partieron rumbo a Europa, desde donde iniciaron una recorrida por diferentes ciudades de una manera muy especial: en motorhome. La moda de “caravaning” (caravana) se volvió muy fuerte, en especial después de la pandemia y entre muchas celebridades. Jennifer López, Will Smith, Leonardo Di Caprio, Tom Hanks y María Carey, entre otros, aprovechan las ventajas de estos vehículos adaptados para trasladarse de un lugar a otro, en los cuales pueden dormir, cocinar y hasta higienizarse de la manera más cómoda.
Así, el músico y la influencer eligieron alquilar uno para tener la libertad de viajar a donde quieran, sin planearlo con demasiada antelación. A través de sus redes sociales, la hija de Marcelo Tinelli compartió un video en el que mostró a su esposo conduciendo el vehículo mientras lo estacionaba frente a la vereda. “No es un camión, es nuestra casa caracol”, escribió sobre la imagen.
Acto seguido, Coti mostró el interior del recinto en el que pasarán las próximas jornadas. Con cámara en mano, Cande registró a su pareja mientras daba cuentas de las comodidades del motorhome. “Esta es la caravana, por acá se entra”, comenzó presentando el artista al vehículo, mientras abría la puerta y se veían las escalinatas que aparecían con solo apretar un botón. “Ahora hace ruido porque está en marcha”, explicó. Luego, detalló cómo era el panel que se encontraba por encima de la puerta que permitía manejar los controles de toda la camioneta. “Con este botón se enciende la luz general, con este otro se enciende la bomba para abrir la canilla, y con estos vas viendo los depósitos de agua”. En ese momento, Cande lo interrumpió, y con tono gracioso, le preguntó: “¿Cuántos depósitos de agua hay?”, a lo que el músico respondió: “Tres, uno para el agua normal, que es el agua que usás, el agua gris, que es el agua usada, y después el agua negra, que todo el mundo se imaginará de qué se trata”.
Más adelante, mostraron el resto del ambiente. “Este es el sector comedor, nosotros trajimos una lucecita”, compartió Coti, y Cande acotó con el farol enfrente a la lente: “Muy aesthetic” (estético). Luego, se pudo ver la mesa y los sillones rebatibles que se hacían camas, aunque ellos no los pensaban usar, según dijeron. “Esto en realidad es para seis personas, así que dejamos como ropero el espacio de las dos camas que están allá”, explicó Sorokin señalando un lugar cubierto por una cortina hasta el piso. Enseguida, la pareja hablé del lugar donde estaba ubicada su cama. “Acá arriba está nuestra cama”, dijo el músico deslizándose por una escalerita hacia el sector superior del vehículo. “Tremenda cama, vení amor”, le pidió a Cande que lo siguiera con la cámara, mientras él mostraba la ventana que se encontraba en el techo y dejaba ver el cielo.
“Contame un poco del baño”, continuó Candelaria. “Porque la mayoría de las caravanas no tiene baño”, pero su esposo siguió con las alacenas de la cocina y la vajilla de plástico con la que venían “por si se mueve mucho y se rompen los platos. Pero nosotros compramos cosas de vidrio porque siempre fifí”, siguió la cantante. Minutos después, Coti contó que “la caravana tiene mucha autonomía en cuanto a luces y gas. Nosotros por ejemplo, no estuvimos en ningún camping, estuvimos siempre donde quisimos, ahora, paramos en medio del campo”.
Con una publicación en su feed de Instagram, el músico compartió sus sentimientos y la experiencia que estaba viviendo junto a su mujer. “Viajamos a Spain con mi amada Cande Tinelli. Bordeamos el Mediterráneo, empezando por Peñiscola al norte de Valencia. Luego fuimos hacia arriba hasta Cambrils, luego Sitges, Garraf. Seguimos subiendo hasta Sant Pol y luego llegamos casi hasta Francia. Figueres es el pueblo catalán donde nació Salvador Dalí. Después bajamos hacia Aragón , paramos en Zaragoza y así seguimos rumbo hacia Madrid. Es verdad que por trabajo viajamos mucho, pero este viaje fue distinto. La libertad de salir de casa sin rumbo fijo, improvisando todos los días y llevando con nosotros todo lo que necesitábamos para estar bien. Teníamos autonomía para no necesitar parar en campings sino que fuimos buscando lugares q nos gustaban y en los que estaba permitido aparcar nuestro “caracol”.Decidimos q era un viaje para nosotros y por eso compartimos poco y nada. Acá un poquito de cómo era la que fue nuestra casa rodante estos días”, concluyó entusiasmado.