Furia y Mauro D’Alessio supieron destacarse debido a sus idas y vueltas dentro de la casa más famosa del país. Luego de pelearse ferozmente, los participantes se declararon la guerra e hicieron hasta lo imposible para eliminarse de Gran Hermano (Telefe). Pero, días antes de la gala, la expareja se dio cuenta de lo cerca que estaban de perderse y no dudaron en hacer las paces.
Las últimas horas dentro del reality estuvieron teñidas de angustia e indecisión por parte de ambos jugadores, quienes no se imaginaban la competencia sin la presencia del otro. En especial por parte de Juliana, quien pareció olvidarse del fuerte enojo que le tenía al exrugbier. Fiel a su instinto, la deportista de alto rendimiento sabía que uno de los dos iba a cruzar el umbral de la salida y no dudó en pedirle que pasen el mayor tiempo posible juntos.
“Bueno, dormí conmigo, ¿qué te jode? Dale, vení, capaz que me voy yo o vos”, le señaló mientras lo seguía por el pasillo de la casa. Por su parte, D’Alessio fue contundente y le respondió: “No, bol…me voy a ir yo”. Al ver que su expareja se mostraba reacio a irse a la habitación, ella decidió perseguirlo hasta conseguir una respuesta afirmativa: “Te voy a perseguir hasta que vengas a dormir conmigo”. Dentro del baño, la atleta volvió a insistirle, pero el estudiante de Marketing volvió a explicarle que quería dormir tranquilo y estar a solas.
Como era de esperarse, Scaglione no fue a dormirse sin conseguir que su plan resultara bien y lo acompañó al comedor. Cara a cara, ambos jugadores se dijeron lo que necesitaban para intentar dejar atrás la pelea de la semana pasada. “Ya está, bol…, hay que pasar la página, es lo que te dije el otro día”, comentó el joven, quien recibió como respuesta de su compañera que el origen de todo era por parte de Emmanuel. “Yo tengo angustia por haberle creído a alguien que me quiso separar de alguien que capaz me gustaba mucho y siempre me está mirando para atrás”, confesó la doble de riesgo, quien marcó al estilista como su próxima víctima dentro de la casa, luego de la feroz discusión que protagonizó con su exnovio.
Esta conversación no logró convencer lo suficiente al competidor para irse a dormir con ella, pero ante la insistencia decidió cumplirle un “último deseo”. Este gesto fue uno de los primeros que dejaron ver ante las cámaras los días previos a la eliminación, siendo otros durante la fiesta del viernes. En esta, la pareja no solo tuvo su último baile dentro del reality, sino que también compartieron un sinfín de besos ante la mirada atenta de sus compañeros, quienes no salían del asombro por el cambio de actitud por parte de ella.
La despedida de Furia y Mauro previo el resultado de la eliminación de Gran Hermano
Pero los gestos no se terminaron rápidamente, sino que continuaron a minutos de que el conductor, Santiago del Moro, les revelara quién era el próximo en dejar la casa. “Bueno, vení y dame un abrazo enorme. Gracias por todo lo lindo que vivimos y no te vas a ir”, le señaló la mujer llena de tatuajes, quien recibió comentarios ininteligibles por parte de su exnovio mientras se acercaba a ella en la habitación, donde terminaban de organizar sus valijas. Fundidos entre sus brazos, ambos señalaron que no querían que ninguno se fuera del reality, lo cual causó que las lágrimas aparecieran.
“La cena estuvo armada para que nadie lo toque a él, pero yo me di cuenta tarde”, lanzó en un momento, Juliana respecto al peluquero cordobés, a quien apuntó como el culpable de separarlos y señaló como su próximo objetivo. Debido a su altura, la deportista le pidió que se sentara en una de las cámaras para acceder a él más fácilmente y le siguió dando palabras de apoyo: “Tratá de llegar a la final que tanto lo querés”. Esto solo causó angustia en el joven de Villa Urquiza, quien le dejó en claro que su paso por la casa había finalizado hace rato.
“Bueno, pero déjame decirte cosas lindas”, le señaló al exrugbier mientras lo miraba a los ojos, aunque sus respuestas le dejaron en claro que ya no le importaba lo que había sucedido entre ambos. “Ya está”, expresó el joven mientras la tenía apoyada contra su pecho en medio de comentarios que no se lograron discernir ante el micrófono