Fue el propio Fito Páez quien le pidió a Andy Chango que se convierta en Charly García para El amor después del amor, su serie autobiográfica. Entrevistado en los Premios Platino 2024 por Infobae, nominado por su rol debut en la actuación, contó cómo el papel le abrió una nueva faceta a su carrera en la que quiere seguir creciendo y reveló qué le dijo el gran músico sobre su interpretación
Andy compite en la categoría como Mejor interpretación masculina de reparto en miniserie o teleserie junto a figuras de larga experiencia como Daniel Hendler (División Palermo, Argentina), Manolo Solo (30 Monedas T2, España) y Emiliano Zurita ((La cabeza de Joaquín Murrieta, México). Una alegría más de las que le trajo el papel en la serie.
-¿Qué influencia tuvo Charly en tu arte como músico?
-La influencia de Charly en mi música fue muy bestial. Uno de los primeros conciertos que vi en mi vida fue Serú Girán en Obras. Después toda la juventud la viví en un entorno cercano a Charly. Me lo crucé muchas veces y siempre fue un referente hasta que me cansé del rock. Hubo un momento en el que tuve una hija y tomé otros senderos, pero entre los 11 y los 30 años Charly fue una influencia muy fuerte. Más siendo pianista, flaco y estando a tres cuadras de su casa.
-¿Cómo ha sido escuchar su música después de haberlo interpretado?
-Yo ya había dejado de escuchar no solo a Charly, sino rock en general. Todo el género completo. Mi último disco había sido de jazz y después estaba haciendo otras cosas. Escribí un libro, algunas cosas mediáticas y radio durante muchos años. El rock estaba alejado cuando llegó la serie. Tener que ver los videos para captar los gestos, las canciones, cantar las canciones... Mirá que no soy actor, pero me daba mucho más miedo tener que cantar a Charly por el respeto que le tengo. Me parecía una aberración, una falta de respeto. Como jugar al fútbol en el lugar de Maradona. ¿A quién vas a poner en lugar de Messi? Eso fue muy estresante para mí. Fue también muy enriquecedor porque fue un juego. Nunca había actuado en una superproducción bestia. Me ponían el bigote y yo hacía todo tipo de disparates y ya me creía que era Charly.
-¿Pudiste hablar con él respecto al papel? ¿Te dio algún consejo?
-Cuando salió la serie me llegó por Instagram un correo de su chica, de Mecha, diciendo que la habían visto y que estaba muy copado con la interpretación. Yo casi no uso las redes y estuve todo el año diciendo ‘¿qué debe pensar Charly de esto?’. Un año después lo llamé a Fito y me dijo ‘claro, Charly fue lo primero que me dijo’. Después Mecha me comentó ‘te escribimos hace un año’ y ahí vi lo que querría haber visto antes. Estuve un año sin saber que estaba todo bien con Charly, que era lo único que nos importaba a mí y a Fito. Más que la serie y más si le iba bien. Había que dejarlo bien por la admiración que Fito le tiene y por la que todos le tenemos.
-¿Cómo fue el reto actoral, siendo tu debut? ¿Qué aprendiste?
-Esta es la tercera nominación que tengo. Me gané un Premio Cóndor de Plata en Argentina. Me planteé ser actor, pero tardé estos dos años. Ahora con esta última nominación me fui a buscar un representante. Dije ‘ok, vamos para adelante’. La vida es sorprendente. Haber comenzado en el rock, el jazz, estar 20 años en España. Sentir que no pertenezco a nada. Escribir un libro y después dejar de escribir. Estas cosas mediáticas de las que también me siento ajeno y este mundo del que me siento ajeno. Al sentirse tan ajeno a todo, sos una hoja en blanco y eso es lo que se supone que es un actor. En cierta forma, quizás la vida me dio una capacitación que, otras personas, encontraron estudiando, cosa que respeto muchísimo. Acá hay actores formados de verdad y con trayectoria. Yo creo que por la situación de mi vida y por mi locura personal, puedo llegar a actuar bien.
-¿Piensas continuar en la actuación? ¿Vas a continuar paralelamente con tus proyectos musicales?
-Es muy aburrido esperar, pero cuando salís a rodar y es todo una ficción y vos sos un personaje de ficción, es un poco como yo me siento en la vida real, pero institucionalizado. Mis proyectos musicales los tengo semi abandonados. De vez en cuando estoy tocando con el mejor pianista de Argentina, para mí, que es Hernán Jacinto. Armamos un dúo donde también cuento historias, tocamos el piano a cuatro manos, pero ya eso lo toca él. Yo ya no estoy ejercitando el instrumento. Hace tiempo que vivo de hablar y ahora, voy a alquilar el cuerpo también.