Julieta Ortega finalmente se sumergió en las luces y sombras que propone “Sex, experiencia renovada”, a los cuerpos sensuales y salvajes que se rozan con toda la fuerza erótica. Un elenco que junto a la actriz, que oficia de presentadora, se entregan a los juegos del placer que brindan cada uno de los que están participando, tanto en el escenario como en el público. La idea es que nadie se quede afuera, igualmente no hay obligación de entrar, pero seguramente la curiosidad, y la tentación sea más fuerte para entregarse al entretenimiento.
—¿Por qué era tu momento de estar en Sex?
—Yo trabajé con José, esta es la tercera obra que hacemos juntos, él me trajo dos veces y después vine sola. Cuando salí le dije: Yo reharía esto y pensé que en algún momento si se daba, me iba a tener en cuenta y me iba a llamar. Bueno, el año pasado a principios de este año, cuando me enteré que terminaba La fuerza del cariño, me llamó y no lo dudé ni un minuto y ahí ya la vi cuatro veces más, o sea que la vi seis veces. Cuando yo hacía Perdidamente me hablaba todo el tiempo de Sex, y me decía, es un éxito, no sabés, tres funciones los sábados... José hace esas cosas de malvado, y a mí me daba mucha envidia. Es como que te va preparando como el terreno. Igual no sé si ese era el momento. Hay gente que entra y sale todo el tiempo, Diego Ramos está hace cinco años, las dos chicas que hicieron este personaje, que fueron Romina Ricci y Gloria Carrá, lo hicieron mucho tiempo, pero después el cuerpo de baile, por ejemplo, se renueva constantemente, los cantantes, también los bailarines.
—Y siempre fue pensado el personaje para vos de presentadora, ¿Qué quería él de vos?
—No, yo creo que. No, porque yo soy actriz y en general esto lo hace una actriz. Para todo lo demás hay otra gente que lo puede hacer mucho mejor que yo. Yo no bailo, no canto tan bien, no tengo ese manejo del cuerpo que tienen estas bestias que están acá. O sea que, yo creo que era esto o nada.
—¿Te gusta el juego de ser una mujer completamente distinta?
—A mí me siempre me divirtió hacer eso. O sea, yo vengo acá en jogging y zapatillas y de repente me transformo por completo y me parece divertidísimo. Y aparte es el código del espectáculo. El espectáculo derrocha sensualidad y sexualidad y talento. Y me parece que te montás a eso o o te quedas afuera.
—¿No tenés límites para el pudor...?
—No tengo límite para el... No, no te creas. Cuando empecé a leer los textos dije “¡Ay, Dios mío!” No eran cosas que yo había dicho antes, digo arriba de un escenario. Pero cuando empecé a venir a verlo más y más entendí que es parte de un todo lo que se dice, lo que se dice es muy explícito, lo que se ve también, pero está puesto en un contexto en donde no solo no es molesto, sino que es envolvente, es fantástico y funciona. Es un espectáculo que es pura energía. De hecho no se puede poner en ningún lado, ¿viste? No es teatro y no es un musical y no es un recital, tampoco comedia y no es un cabaret. Y sin embargo es todo eso junto. Tiene todos esos condimentos.
—¿Y tus padres van a venir?
—No, imposible. Tal vez mi mamá, creo que para ella sería realmente un momentazo. Tal vez cuando pasen los meses, un día le diga que venga, por las dudas le empecé a mandar videítos, porque estuvo amagando para venir y le dije “mirá, te voy a mostrar”. Mi amiga Caro Marafioti, que me ayudó con todo el vestuario, me filmó en el debut y le dije mirá, yo te envío un parte, como para que veas, para que después no te asustes, ni me digas nada. Al rato me dijo por ahí voy a esperar un poco porque va a ser fuerte, hija. Si ve esto y lo dice, cualquier otra persona pasa totalmente desapercibido, porque además realmente es un espectáculo donde hay tanto talento que cualquier persona como mi mamá que lo aprecia el talento saldría maravillada. Pero yo supongo que ver a tu hija... De hecho, la mamá de Diego tampoco vino.
Julieta Ortega habló sobre su desafió en “Sex, experiencia renovada”
Julieta sabe perfectamente el tipo de público que va a disfrutar el espectáculo: “Es realmente muy variado, viene gente grande, gente joven, vienen parejas, también chicas solas a gritar y a gritar por Diego Ramos, hacen despedidas de solteros. Vienen pibes solos que se van. O sea, imagínate, yo lo traje a mi hijo. Creo que no podía creer lo que estaba viendo”.
—¿Qué edad tiene tu hijo?
—Él tiene 18, el espectáculo es para mayores de 16 ahora, cuando vino se quedó encantado. Y me dijo: “Bueno, mejor que vaya ahora, porque después va a ser raro.” Le dije: “Sí, sí, vení ahora.” Vino dos veces antes de que yo estrene. Vino conmigo y después vino con el primo. Sí, los pendejos... Olvidate. Yo hubiera flasheado si hubiera visto esto a esa edad. Aparte, es recontra bisexual el espectáculo. No es que hay minas en bolas, hay minas y tipos en bolas, que a la vez empiezan a cantar como los dioses y que a la vez dan una voltereta y te das cuenta que son acróbatas. Entonces desde ese lugar el espectáculo para mí no tiene fisuras.
Julieta Ortega, sabe y aclara que se siente muy afortunada de poder trabajar: “Más allá de este espectáculo, este es un momento muy difícil del país. Están rajando gente de todos lados. La cultura está pasando por un momento terrible y tener trabajo en este momento es bendecido. De hecho, lo viví con la obra anterior. Arrancamos en verano, y fue dificilísimo. El teatro está pasando por, para mí, uno de los momentos de mayores crisis, en los últimos años. Para el teatro, que siempre funcionó muy bien en Argentina pero hoy está muy jodido, hacer tres funciones los sábados, dos los viernes y jueves y el domingo una, es para festejar porque no le está pasando a casi nadie. Son realmente contados con los dedos de las manos los espectáculos que convocan a tanta gente” remarcó la actriz.