Después de un domingo a pura tensión en Gran Hermano 2023, la gala del lunes arrancó con Santiago del Moro anunciando que en el uno contra uno en la placa entre Furia y Cata se había batido el récord del año pasado de votos en la final que consagró a Marcos Ginocchio como ganador.
En un clima de casi de cancha, con muchísima gente en el estudio gritando para una y otra, el conductor ingresó en la casa y comentó sus sensaciones sobre la posibilidad de que cualquiera de ellas se vaya del juego. También aprovechó para despejar algunas dudas que tenían los participantes al contarles que la decisión de dividir en dos galas la votación había sido una decisión que se había tomado previamente a la del domingo.
“Les quería decir adelante de todos los compañeros, frente a los que están ahí en la casa, que hoy Gran Hermano pierde, salga quien salga, a una jugadora muy importante. Ni Juliana ni Catalina han pasado desapercibidas ante el ojo de Gran Hermano. Ya es una pérdida para el programa. Y pienso cuando dicen que está todo arreglado, todo... Si hubiera estado arreglado, ninguno de ustedes dos hubiera estado en esta instancia, porque han sido jugadoras que con virtudes y defectos, con luces y sombras como todos tenemos, han dejado huella en este programa”, destacó.
En ese momento las sorprendió. “Les voy a pedir que vayan hasta el espejo, así les puedo sacar una foto porque va a ser la última vez que estén juntas en la en la casa. No sé cómo estarán ahora, pero por lo menos por lo que fue este repaso y por los que se van a quedar, quiero una foto de ustedes en el espejo. Ahora las invito a que pasen a ese lugar que es donde mejor se ven”, les solicitó. Algo sorprendidas, las jugadoras aceptaron. Se pararon y fueron hacia la zona del baño para ser tomadas por una cámara en especial.
Juliana, que estaba vestida con un bikini y un short, caminó por el pasillo junto a la médica, que lucía un atuendo de jean, y accedieron al pedido
no sin antes expresar su asombro. “¡Qué bizarro!”, lanzó la pediatra, mientras algunos de sus compañeros pedían que se dieran un piquito, a modo de chiste como tantas famosas solían resolver sus problemas después de mediáticas peleas donde podían decirse cualquier barbaridad. “Nunca le pude dar un pico a Cata, imagínate si me lo va a dar ahora”, reaccionó la entrenadora personal, risueña ante la posibilidad.
En ese momento, Furia dio el primer paso y le pasó el brazo a Cata sobre los hombros y ella, la tomó de la cintura. “¿Beso, no?”, preguntó, momento en el que ambas se besaron, pero justo no tomaron el momento porque mostraron al conductor fotografiándolas con su celular en una pantalla enorme que hay en el estudio. Lejos de toda la guerra que venían manteniendo, el momento se sintió genuino.
La cara de la rosarina parecía expresar emoción, mientras que Juliana sonreía y lanzó una frase que parecería buscar la paz después de tanta guerra. “¡Sabés que la quiero, boludo!”, le lanzó al animador, mientras su ¿examiga? parecía disfrutar ese momento donde, por un rato, dejaban de estar en veredas opuestas. “¿Se quieren? ¿En serio?”, insistió el conductor, mientras ambas soltaban un “sí”, para luego soltarse y volver al sillón del living. En ese instante, sus expresiones ya eran otras y parecían volver a los lugares que el juego, el propio reality, las ubicó.