A mediados de 2021 las imágenes recorrieron el país: Flor de la V y Cristina Kirchner se mostraron juntas, exultantes y abrazadas, luego de que el Senado convirtiera en ley el cupo laboral travesti-trans. Una ley que estipula que el Estado nacional debe garantizar un mínimo del 1 por ciento de su planta laboral para personas travestis, transexuales y transgénero. Además, exige respetar el proceso en el acceso a los puestos de trabajo y ofrece incentivos económicos para contrataciones en el sector privado. Se trata de un proyecto que obtuvo en total 55 votos a favor y solo 1 en contra, con 6 abstenciones.
“Algunas postales de un día histórico para nuestra sociedad. Esta Ley no solo es un orgullo nacional, hoy es una referencia mundial. Lo que durante años fue un reclamo histórico hoy al fin se convirtió en Ley”, indicaría la actual conductora de Intrusos en aquel momento, para luego completar: “Esta Ley es posible gracias la lucha de las travestis que pusieron el cuerpo y dejaron la vida en esta causa. Diana Sacayán, Lohana Berkins y Claudia Pia Baudracco presentes”.
Mucha agua pasó bajo el puente y los cambios en las políticas dispuestas por el gabinete del presidente Javier Milei llevaron a la presentadora a mostrarse cada vez más preocupado por la realidad social actual, de la que no duda en hacer comentarios en su ciclo de América cada vez que la oportunidad se presenta. Sobre ello se refirió en una charla con Rolando Graña, quien todos los domingos se encuentra al frente de su ciclo #GPS.
Según expresó Flor: “Lo que nosotros vivimos en Capital Federal en general es una burbuja, uno sale un poco de Capital Federal y la verdad lo que vive en general el colectivo y las disidencias es muchísima agresión. Y ni siquiera, hablemos del conurbano, no nos vayamos al Chaco ni a ninguna otra provincia, pero hablar en general, la verdad es que se vive mucha violencia a pesar de que tenemos leyes que ampliaron muchísimo”, ejemplificó.
Sin embargo, se mostró cauta respecto del futuro al ser consultada sobre si estamos ante un retroceso en las leyes: “No creo, pero sí siento que este retroceso va con lo que sucede en el cambio cultural, que en realidad para mí viene lento. Tenemos que calcular que el matrimonio igualitario tiene 15 años, después tenemos la ley de Identidad de Género, la ley de Cupo Laboral Trans, y la verdad es que a pesar de todo eso, mucha gente te dice ‘ay, hablan ahora’, y no, yo hablo hace un montón de tiempo”.
Según explicó, uno de los cambios necesarios debería darse en la Ley Antidiscriminación “que es una ley de 1988 y que no contempla la discriminación por orientación sexual”. Entonces Graña quiso saber cuál era, a fines prácticos, el rol del INADI en estas cuestiones,. La conductora fue clara: “No podía hacer mucho más porque no contaba con herramientas. Te podía citar, podía citar a la otra persona y explicarle que estaba violentando a una comunidad. El INADI no tenía herramientas porque la ley no contemplaba la discriminación por identidad de género, entonces era difícil articular”.
“Siempre hay otras prioridades, pero nosotros también formamos parte del Estado”, defendió De la V, quién destacó políticas públicas como por ejemplo el cupo laboral trans al aclarar que “la gente se piensa que las travestis quieren estar en la calle y prostituirse porque les gusta, porque lo disfrutan, y se prostituyen en realidad porque no tiene otra posibilidad de trabajo, eso es lo que nadie piensa”.
Ahí puso entonces el foco en el rol del Estado, al destacar “cuando está presente y articula políticas públicas para que otras personas que no tiene posibilidad de salir, de sobrevivir, que no sea la prostitución, de vender su cuerpo y exponerse a todo tipo de violencia y enfermedades”, en contraposición a lo ocurrido en los últimos días: “Echaron a más de 200 chicas que habían ingresado al Estado por el cupo laboral trans, entonces no contemplar eso, no tener sensibilidad ante un colectivo que tiene un promedio de vida de 35, 40 años, la verdad que es vergonzoso”.
Mostrándose contraria a lo que asegura estar viviendo, explicó que desde el Gobierno se intenta instalar “cierto tipo de pensamiento, esta cosa de ‘no quieren laburar’, ‘con la mía no’”, además de sentirse sorprendida tanto por las reacciones que le llegan tanto a sus cuentas de redes sociales como lo que observa en ese universo en general: “El tema de cuando echan a la gente de los trabajos, ¿quién no puede empatizar con eso? Y hay en algunos una especie de goce”.