Desde hace unos años, Victoria Vannucci y sus hijos, Napoleón e Indiana, abandonaron Argentina y se instalaron en los Estados Unidos para comenzar una etapa diferente de sus vidas. Allí también vive el empresario Matías Garfunkel, ex pareja de la chef y padre de los pequeños. En la actualidad, están en tratativas para realizar el divorcio, pero todavía no han llegado a un acuerdo respecto a cuestiones relacionadas a la crianza de los niños y a temas económicos.
Desde que comenzaron los trámites, hubo varios escándalos, como cuando Victoria pasó la noche en una cárcel del estado de Utah, luego de que Matías presentara una falsa demanda por agresión. Algunas fuentes que consultó Teleshow con el entorno familiar explicaron que, al parecer, ambos llegaron a un acuerdo. El empresario es quien se encarga de estar al frente de la educación de los hijos, pero la empresaria también es parte de esta dinámica ya que es quien los ayuda especialmente en la realización de los trabajos prácticos, entre otras tareas. De esta manera, se reparten las responsabilidades respecto a la crianza y estudios de sus herederos.
Sin embargo, tienen posiciones económicas diferentes y por este motivo hubo un pedido de que Victoria se hiciera cargo de la obra social de su ex pareja. En estos últimos años, la chef ha logrado un buen pasar económico gracias a su trabajo en la gastronomía. A diferencia de Matías, quien ya no tendría una posición como la que mantenía durante su residencia en Argentina.
Allegados a Victoria Vannucci aseguran que no hay ningún bien para repartir. Además, ella confesó a mucha gente de confianza que salió a trabajar para mantener a sus hijos y que realmente es una fantasía de la gente de que Matías sigue siendo millonario. Ella se declara como una mujer independiente ya que vendió el restaurante que fundó, Pachamama, a un grupo de empresarios de California y ese dinero lo reinvirtió. Hoy, gracias a ese negocio, puede ser el sostén de sus hijos y manejarse sola con su propio dinero. Además, lo que muchos no saben es que se mudó con sus hijos al estado de Utah, que es mucho más económico para vivir. Paso a paso, tomó las riendas de su vida y la de sus hijos.
Ya se lo repitió varias veces a su círculo íntimo: “No quiero nada de Matías, además no tiene un peso”. Después de muchos años logró reinventarse, aprendió a cocinar, se involucró con los secretos del oficio, tiene una consultora para asesorar a aquellos interesados en abrir un restaurante con cada uno de los detalles que se necesita y que ella misma fue aprendiendo.
En este proceso, la modelo y el empresario buscan mantener una relación cordial y de respeto por el bien de sus hijos, y ella prefiere no hablar de las batallas legales de su ex marido. En la actualidad, Vannucci le pidió a Garfunkel que firme los papeles del divorcio tal cual están redactados. “Lo que quiero es la tenencia de mis hijos y no necesito ni un peso tuyo”, habría sido una de las últimas frases que le dijo. Él habría aceptado los términos que ella le impuso, pero le habría pedido, como única condición, que le mantenga la obra social. Ella quiere una relación lo más normal y cordial posible frente a sus hijos y que si aceptó la manutención médica fue por los chicos.
“Es una persona que la metió presa, no hay relación de buena onda”, relató una amiga que contiene mucho a Victoria.