El “Tucu” López, tenía ocho años y recuerda con nostalgia cuando caminaba por las calles de su barrio en la provincia de Tucumán, y cada vez que pasaba por el cuartel de bomberos miraba con mucha curiosidad, y soñaba algún día ser parte de unos de ellos. “Yo vivía muy cerca de un destacamento, todas las tardes que iba para ir al club, siempre pasaba y miraba con mucha intriga y hubo algo que me quedó dando vueltas en mi cabeza. Pensaba que iba a arrancar a más temprana edad, pero luego vino el estudio y a trabajar, la vida que te va llevando por diferentes caminos.”
—¿Finalmente lograste convertirte en bombero?
—El año pasado dije: es ahora. Yo siempre tengo una lista de cosas que me gustaría hacer antes de delegarla. Y la verdad que me puse las pilas, hice el curso. No es sencillo el curso, realmente es muy difícil, nosotros arrancamos 28 y terminamos 8. Desde chico tengo mucha vocación de servicio y ayudar me genera satisfacción a nivel personal. Creo que es necesario que la gente vaya caminando y mirando para los costados y ver qué le está pasando al otro, que ir solo mirando hacia adelante. Siendo bombero puedo materializar esa ayuda. Hacemos de todo, desde apagar un incendio, sacar una persona clavada en una reja o por ejemplo sacar a una chica que se quiso suicidar de abajo de un tren. No es solo ocuparse de los incendios, hay muchas tareas que se hacen para colaborar con Defensa Civil, tenemos jurisdicción en La Cava también y a veces ellos no dan abasto con todo.
Hace unos días con el tema del temporal, había techos que se volaban, en la zona de San Isidro, trabajamos mucho para asistir a las personas que tenían desbordada su casa, fue muy difícil toda la situación, además justo estuve en el momento que un ladrón que se quedó enganchado en una reja y bueno me tocó cortar la reja para poder sacarlo. No es solo ocuparse de los incendios, hay muchas tareas que se hacen para colaborar con Defensa Civil, tenemos jurisdicción en La Cava también y a veces ellos no dan abasto con todo.
—¿Cuánto tiempo le dedicaste para ser bombero?
—Un año en total, son tres instancias de eliminación antes de recibirte, pasas por pruebas físicas, teóricas y prácticas. Y si no llegas a un puntaje determinado, te quedas afuera. Vemos muchísima teoría, hay todo tipo de clases de fuego, cómo se apagan, las estrategias de ataque, cómo se saca una persona de un lugar, cómo se hace una explicación que es sacar una persona de un auto, el manejo de las herramientas que tenemos, un sinfín de herramientas distintas y todo eso lo ves en la teoría y después en la práctica. Entonces, claro, está bastante cargado. San Isidro tiene un buen departamento de instructores.
—Físicamente, tienen que estar impecables, ¿no?
— Conviene que estés bien, porque la verdad es que algunos servicios son muy largos. Además, en un incendio entras con equipo completo y con tu oxígeno, tienes 70 kilos más encima tuyo, entre las mangueras que lleva, las herramientas, es por eso que tienes que estar bien físicamente, porque si no, no puedes ponerte un traje.
—¿Y cómo compatibilizas tus horarios, con el teatro y otras actividades?
—En el cuartel nos piden son 52 horas mensuales mínimas de guardia. Son voluntarias, vas en el momento que uno puede al cuartel y vas cumpliendo las horas. También tengo guardias, de 12 horas los fines de semana, sábado o domingo, de 8 a 20 o de 20 a 8. Aparte de eso, me tengo que quedar a dormir una vez por semana.
Se llama pernocte obligatorio. Tenés que ir a la central por más de 72 horas. Por eso con la gira teatral del verano pedí una licencia y por trabajo saqué una licencia extraordinaria Voy mucho durante el día y bueno, viernes, sábado y domingo tengo teatro, entonces voy menos capaz, a la mañana un ratito y después ya me preparo para ir a la obra. En breve empezamos, probablemente me tenga que sacar una licencia para Semana Santa. Hacemos una gira por Tucumán, Córdoba, Entre Ríos, cuando no estoy laburando estoy casi siempre con los bomberos.
—No estás agotado, o te estimula, qué te provoca?
—Yo soy recontra manija tengo mucha vocación puesta ahí, en el servicio, y lo disfruto mucho. Es cansador porque es físicamente agotador también. Todo esto más el teatro. Pero bueno, trabajo mucho, si tengo mucho tiempo de ocio la paso mal.
—¿No disfrutas de un rato de ocio?
—No, me cuesta un montón, se me dificulta. Desde chico tengo muy inculcada la cultura del laburo, no me he ido mucho en mi vida de vacaciones. Y cuando me voy, a los cinco o seis días, digo listo y me vuelvo.
—¿Qué fue lo más difícil que te tocó hasta ahora? ¿Lo más riesgoso o triste?
—La situación de desesperación de la otra persona es lo que más me angustia a mí. Mientras más servicios haces, más te curtís. Cuando estás enfocado al menos yo me concentro mucho en el trabajo. Lo que pasa es que cuando ya termina el servicio, apagamos y enfriamos el incendio y te toca ver a la familia que se quedó sin nada, o que se le quemó la mitad de la casa, te da mucha angustia. Estás dentro de la casa apagando el fuego y ves que está la habitación de la nena y es un desastre, porque si bien no le llegó el fuego, o la arruinó el humo o el agua que tiramos nosotros. Me quedo pensando, que hasta dos horas atrás esta casa era un hogar, donde había una familia feliz. Ese contraste, me angustia muchísimo.
—¿Y si no hubiera sido bombero? ¿Qué otra actividad hubieses elegido?
—El de Guardavidas me gusta también, pero bueno, para eso hay que irse a vivir a la costa. Igual en Bomberos hacemos rescate acuático también. Te recibís, pero nunca dejas de estudiar, jamás. Es como los médicos. Entonces si yo quiero especializarme en rescate vehicular, tengo que hacer cursos que tienen una homologación, una duración y vas subiendo de grado y te vas especializando. Por ejemplo del rescate acuático, ves algo súper básico en el curso, pero después si quieres te especializas.
—“Sinvergüenzas” viene funcionando muy bien...
—Y la verdad que bien. Se está generando un boca a boca que está buenísimo. La temporada fue complicada para todos los elencos. A nosotros, dentro de esa crisis nos fue bien. Había plazas más fuertes que otras, obviamente, recorrimos toda la costa de martes a viernes y también hicimos capital en el Metropolitan los sábados y domingos. Ahora arrancamos la gira por Gran Buenos Aires y por todo el país. También tenemos fechas cerradas en Uruguay y Paraguay.
—Fue Sabrina Rojas a verte ¿Todo bien?
—Sí, fue. Yo fui a verla a Carlos Paz, además ella nunca me vio actuar, sí me vio en Sex, pero es una cosa muy distinta y diferente. Este es un personaje que tiene sus características, que lo recontra laburé, Me daba un poco de pudor que me viera. Aunque no parezca, soy muy vergonzoso. Cuando viene alguien que conozco a verme me genera una cosita... que a veces prefiero no saber que viene.
—¿La relación ya terminó?
—Estamos separados. Pero hablamos siempre. Con Sabrina terminó todo bien, no sé qué puede pasar en el futuro. Nadie sabe. No hubo nada grave entre nosotros, no terminamos mal. Ella es espectacular. No funcionó, hay momentos.
—¿Por qué no funcionó?
—Bueno, los seres humanos a veces tenemos desconexiones y a veces tenemos momentos en los cuales no le encontramos la vuelta. Es así de simple, no hay rencores, no hay nada de eso. Son solo un momento en el cual, nuestros caminos están por lugares distintos. En un momento ella arrancó a laburar fuerte en Villa Carlos Paz y yo arranqué a laburar fuerte en la costa. A veces peleábamos sin sentido y seguido. Teníamos caras largas y poco diálogo como en cualquier otro vínculo.
Nos pasó también en Sinvergüenzas, somos seis actores en el escenario, cada uno con su personalidad, cada uno con su ego, súmale la convivencia, desayunar, almorzar, merendar, cenar, hacer función y verle la cara a esta gente de vuelta.
—¿Entonces cómo se convive?
—Soy súper sociable y gracias a Dios tengo buen trato laboral, me llevo bien con todo el equipo. La verdad que este grupo es lindo, pero llega un momento donde yo necesito mi individualidad. En una gira la convivencia no es fácil. Y yo con Benjamín Alfonso, tuve mis chispazos, fue de público conocimiento. Pero así como tuve mi chispazo, me arreglé y chau, lo charlamos y se solucionó. Ya está. Pero bueno, es lógico que en este tipo de laburos sucedan cortocircuitos.
—Si pongo en el chat de inteligencia artificial tu nombre...¿ qué va a salir?
—(Risas) Va a salir, locutor tucumano, actor, bombero, carpintero y ninja. —¿Ninja? —Claro, hice toda mi vida artes marciales, y carpintero, porque desde la pandemia tengo un taller de carpintería que lo puse en mi casa, empecé por hobby. Soy autodidacta y también muy inquieto.