Cada vez que Silvia Suller aparece al aire de algún programa de televisión siempre da que hablar. Y esta vez no fue la excepción. Invitada a LAM, la mediática se sentó con Ángel de Brito y las panelistas para abrir su corazón. Con la espontaneidad que la caracteriza. Silvia contó cómo es su vida en la actualidad. “Estoy jubilada, pero vivo bien, no me da verguenza decir que estoy jubilada”, arrancó diciendo, con coquetería.
Luego, las preguntas fueron para el lado de su expareja, Silvio Soldán. Entonces Suller se sinceró entre risas: “Con Soldán nunca me fui de viaje. Él decía que si viajaba afuera no lo conocía nadie y tenía que pagar”.
“Acá en Buenos Aires soy muy querida, cuando cruzo una avenida miro para otro lado porque si no todos empiezan a tocarme bocina, los colectiveros, todos. Quieren que venga a la tele, y yo digo que no vengo porque no me pagan, salvo hoy”, confesó con su clásica carcajada. “¿Compartieron algún amor con Marixa Balli?”, les preguntó De Brito a las dos excompañeras. En ese instante, Marixa respondió que no de inmediato, pero Silvia se quedó pensando. “Porque yo salí con medio país. Entre Marixa y yo salimos con un país entero”, afirmó.
Después, habló sobre las viejas peleas que despertaban polémica con Alejandra Pradón, cuando las dos eran vedettes y trabajaban en el mismo teatro de revistas. “Es hueca, pero para los negocios es rápida”, reconoció. “Cuando mi hijo Cristian tenía 16 años fue conmigo a un programa de Marley y cuando la vio a Pradón me pidió el teléfono de ella. Hace 15 años que no lo veo, no sé por qué se fue pero está todo bien. Hasta los 18 años estuvo conmigo y un día se cortó la relación. Lloré mucho pero ya está. La vida continúa. ¿De qué te sirve llorar mientras la otra persona se está divirtiendo?. Si quiere volver, que vuelva, soy la madre, pero si no no. Con Marylin tampoco nos vemos mucho, tengo nietos a los que veo de vez en cuando. Ella no quiere que los vea a mis nietos. Siempre le mando mensaje, a veces contesta, a veces no”, admitió con gesto serio.
Acto seguido continuó, de manera sentida: “Con él, nada, como si estuviera muerto. Pero ya lo asumí. Estuve 28 años de mi vida llorando. No sé por qué fue. Yo me considero que aunque no existe la perfección soy una buena persona, una buena mina, nunca les dije que no a nada, nunca les puse un castigo, demasiado tuvieron conmigo. Porque si fuera uno solo de mis hijos, pero Marylin también. Ya mi familia es muy disfuncional. Mi hermano adoptivo Marcelo nunca trabajó, nunca nada y le llenaba la cabeza a mi mamá en contra mía. Fue el preferido, pero él dijo que no estuvo en ninguno de los dos velatorios de mis papás porque estaba completamente drogado. No estoy a favor de la adopción después de esto que viví en carne propia”, confió ante la mirada de las angelitas.
Silvia relató cómo está su relación con su hermano Guido. “Estoy peleada con él desde que murió mi mamá en el 2019. No me gusta hablar de él, porque para mí está muerto y enterrado, y le tengo asco, se imaginarán por qué”, reveló en forma graciosa. “Es un psicópata, miente todo el tiempo. Si fuera por él dice que me ayudó en la jubilación, pero nunca me ayudó con nada, ni económico, ni moral ni nada. Para mí él no existe. No me importa. Guido es psicópata y mitománo”, concluyó sobre el mediático.
En cuanto a su nueva vida, la actriz reconoce que ella se acuesta y se levanta tarde. “Me duermo a los 10 de la mañana y me levanto a las 3 de la tarde, hago lo que quiero desde que estoy jubilada”, relató.
Finalmente, se metió en la polémica serie del momento, la de Guillermo Coppola. “Si me preguntás a mí si Pradón salía con Maradona, digo que sí, y que lo tapaba Coppola. Yo un par de veces salí con Maradona. Nos conocimos en Cocodrilo. Con Caniggia también. Con el Pájaro volé pero me llevó a la gloria el que tiene puesto el 10″, confesó.
Después, habló de otros de sus amores. “Con Cacho Castaña estuve ocho meses, me venía a buscar al teatro, íbamos a cenar a un restaurante de un hotel de Retiro y lo dejé porque un día llegamos a casa, yo me había quedado con apetito, me acosté, y él me fue a calentar la comida, ñoquis con estofado. Me lo trajo a la mesita y cuando se sentó en la otra punta de la cama las pastas volaron por el espejo y ahí se me bajó todo”, contó entre risas.
Antes de retirarse del estudio, Silvia destacó cómo está su salud. “Hace 6 años tuve un infarto, ahora estoy bien pero tengo algo que se llama sindrome de corazón roto´”, reveló haciendo un guiño a su vida pasada. “Ahora soy muy del jugo verde, apio, pepino, jengibre y cúrcuma”, confesó.