Desde que tomó estado público su separación de Daniel Osvaldo, Daniela Ballester había elegido un bajo perfil en las redes. Su breve e intenso romance con el futbolista finalizó entre versiones de infidelidades y fuego cruzado en las redes, y cobró un nuevo sentido cuando el ahora cantante publicó un contundente video en sus redes, donde contó que está atravesando una depresión y se refirió a sus adicciones a las drogas y el alcohol.
En todo ese momento, la conductora de C5N se mantuvo al margen y limitó el uso de sus redes con motivos vinculados a su profesión. En Twitter, replicaba mensajes referidos a los informes de su señal, de la cual es una de las periodistas más reconocidas. Y en Instagram, su feed había quedado congelado el 2 de marzo, junto cuando empezaron las versiones de la última crisis que desembocó en la ruptura definitiva.
Ahora que bajó un poco la espuma mediática, Ballester volvió a sus habituales publicaciones en Instagram, donde tiene casi 170 mil seguidores. En las últimas horas, la participante de la primera edición de Gran Hermano dejó tres posteos en su feed, dos en los que muestra sus respectivos looks para conducir el noticiero y otro que refleja un resumen de una de las noticias más importantes de la jornada.
En la primera foto, tomada desde abajo, se la ve sonriente, con un traje sastrero rosa de chaleco y pollera y una sonrisa que da a entender que pasó la tormenta y que es un momento de felicidad. “Silencio”, escribió como única palabra y una flor como emoji. En la siguiente imagen, una Daniela también sonriente y sentada sobre el escritorio de la escenografía luce mono floreado en tonalidades pastel. “Silencio y amor” escribe esta vez, nuevamente escueta, pero dispuesta a dejar todo atrás. La siguiente publicación es un video en el que resume una de las noticias del día, el indicio que faltaba para dar cuenta de la vieja normalidad.
Ballester y Osvaldo vivieron un romance breve, de poco más de seis meses, pero con una intensidad y una exposición que hizo parecer que fueran mucho más tiempo. Los rumores habían comenzado en diciembre pasado, cuando fueron vistos juntos por primera vez luego de haber compartido un recital bajo la lluvia.
Luego de la sorpresa por el vínculo entre la periodista y el actual cantante de Barrio Viejo, se supo que hacía unos tres meses que estaban juntos. Desde entonces, intentaron mantener un perfil bajo y evitaron dar detalles frente a cada cámara de televisión que los buscaba para saber si lo que se decía en las redes, y lo que ellos mismos sugerían con posteos más o menos enigmáticos, era cierto.
Con el tiempo empezaron a mostrarse muy enamorados: compartían fotos de sus apasionados encuentros, de sus reuniones con amigos, de sus vacaciones en la playa. Al igual que cualquier pareja, aunque a ellos los seguían las cámaras. Él siempre se mostró reacio a hablar de su vida privada en los medios, y ella desde que abandonó Gran Hermano buscó cambiar su perfil, enfocado a su presente al frente de un noticiero.
Se fueron de vacaciones a la playa, festejaron el día de los enamorados y después aparecieron los primeros cortocircuitos. Primero, dejaron de seguirse en Instagram, luego eliminaron las fotos que habían compartido anteriormente, y finalmente decidieron desactivar sus respectivas cuentas. El motivo habría sido una supuesta infidelidad del exfutbolista de Boca. Superaron la crisis y volvieron a estar juntos, pero por unos pocos días.
“Quiero aclarar que Daniela y yo no estamos más juntos. Fin del comunicado”, escribió él su cuenta de Instagram, la misma en que -una vez más- había borrado todas las fotos que compartió en los últimos meses. Ella, por su parte, eligió llamarse a silencio y volver a dar de baja su usuario en la red social. “No suelo hablar de mi vida privada, ni cuando estoy bien ni cuando estoy mal”, respondió la periodista a Teleshow.
Horas más tarde, la madrugada del jueves 14, Osvaldo publicó el video de casi 10 minutos en el que habló a flor de piel y reveló que está haciendo tratamiento psiquiátrico por una depresión, y que también tuvo problemas de adicción a las drogas y al alcohol. Allí, además, le pidió disculpas públicas a Ballester por sus palabras. Y cinco días después, la periodista parece dispuesta a retomar la rutina habitual de sus días.