Federico Bal, le dijo adiós el protagónico de Kinky Boots. Dejó los tacos, las uñas pintadas, todo el maquillaje que lo transformó en “Lola” el personaje con el pudo lograr muy buena crítica y el aplauso del público. “Cuando Ricky Pashkus me lo propuso me corrió algo por el cuerpo y le tuve que decir que sí porque pocas veces me corrió esa electricidad cuando me llega una propuesta de trabajo. El cuerpo me dijo que sí, no podía vivir la vida sin haber hecho este personaje. Fueron mis primeros pasos en la comedia musical, y con un personaje tan importante y protagónico donde hay que hacía una transformación, porque quise encararlo desde lo femenino, lo real y lo más respetuoso hacia el transformismo. Nunca pensé que me podía pasar algo así y amar esta vocación que es transformarse”.
Después de terminar la última función de teatro en Mar del Plata, comenzó a armar las valijas, tomó su pasaporte y se subió al avión que lo esperaba para iniciar una nueva temporada de “Resto del Mundo”.
—¿Te da vértigo viajar todo el tiempo, lo sufres o te da angustia?
—No, no me da vértigo, mostrarles a los argentinos cómo es viajar conmigo es mucho más que un entretenimiento, es un programa de servicio. Es increíble lo que pasa con el programa, hay gente que me pregunta a dónde viajan en el próximo programa, no podemos viajar, pero lo hacemos con vos. Yo estoy más que agradecido, a todo el público que nos sigue. Pero veces respondiendo tu pregunta, a pesar de ser muy inquieto y muy “polvorita”, extrañas un poco al mes, a los dos meses, sin estar en tu cama, extrañando un bife de chorizo, los lugares que uno frecuenta todos los días, a veces te complica, pero disfruto muchísimo viajar, es el mejor trabajo que me podían ofrecer, soy muy curioso y me encanta seguir siendo parte de este programa y además que la gente me diga que están esperando mis anécdotas, mis historias.
—¿Cuál es la hoja de ruta para esta nueva temporada?
—Empezamos por la exótica selva mexicana, un lugar turístico donde están los monos colgados por ahí y al mismo tiempo las mejores fiestas electrónicas, gastronomía de alta gama, está muy bueno el lugar, se van a sorprender. Después el próximo será desde Las Vegas. El recorrido sigue por Canadá, hacemos Toronto, Ottawa, Ontario y Quebec. Desde allí, vamos a México. Tenemos pensado hacer Cuba, Japón, hay muchísimos destinos programados como Colombia, Marruecos, queremos cruzar fronteras y sin límites.
—¿Ideal México para reencontrarte con tu novia?
—Florencia, en principio, me acompaña a Canadá y todo el recorrido que te mencioné. Después, ella se vuelve y nos vemos en México. Tenemos una relación muy especial, y logramos que la distancia no nos traicione.
—¿También se pueden casar en Las Vegas?
—(Se ríe) Con Florencia, todavía no tenemos planes de casamiento, ni de convivencia, al menos por ahora que los dos estamos con mucho trabajo y venimos muy bien los dos, extrañándonos, y cuando nos vemos son muy lindos esos encuentros después de día de no vernos. Ella es un sol, disfrutamos mucho de estar juntos.
—¿Cuál sería otra ciudad en la que te gustaría vivir, además de Buenos Aires?
—Podría decirte Tel Aviv, me encantó la gente, su cultura, la comida. Me sentí con mucha emoción caminando por sus calles y además son mis raíces, de donde viene mi viejo, mis abuelos y sentí ahí lo que no sentí en otro lugar. Me sentí como en casa.
—¿Y un hijo, tienen deseos de ser padres?
—Me gustaría, creo que ya estoy más grande y es un deseo que lo veo cada vez, un poco más cerca, pero se tienen que dar los tiempos.
—Qué sorpresa tu respuesta, no la esperaba...
—Si me hubieras hecho esta pregunta hace unos meses, te decía que no, un bebé, un hijo por ahora no, para nada, pero todo lo que estoy viviendo con mi pareja, claro que me gustaría, creo que ya estoy más grande y es un deseo que lo veo cada vez un poco más cerca. Y lo venimos conversando con Florencia en la intimidad.