No hay dudas del amor mutuo que hay entre el público argentino y la banda mexicana Maná, quienes desde que irrumpiera en la escena musical internacional logró cautivar con sus hits, con sus poemas convertidos en canciones, por lo que no debía sorprender que tuvieran que sumar un quinto show en el país, en el marco de la gira mundial México lindo y querido.
Así, la noche de este martes en el Movistar Arena de Villa Crespo se cerró el telón, dejando una clara muestra de su inalterable conexión con el público local, en un evento que significó mucho para el grupo, especialmente considerando que Cama incendiada, su más reciente álbum, fue lanzado en el año 2015. La actuación de la banda en el escenario reflejó su disfrute y pasión, energía que fue eficazmente compartida con los asistentes.
Así, esta serie de presentaciones sirvió como una plataforma para que la banda pudiera interactuar nuevamente con su audiencia, proporcionando no sólo una experiencia musical, sino también un momento de reencuentro emocional. Sobre todo, teniendo en cuenta que Fher y los suyos se destacan no solo por su permanencia en lo más alto del rock latino sino en la particular conexión que logran con sus fans alrededor del mundo.
Sonaba Sex Machine, de James Brown en el estadio, y los miembros de la banda se reunían por última vez antes de enfrentar a la gente, en lo que fue una catarata de hits y guiños compartidos tanto arriba como abajo del escenario. La gente en ningún momento los dejó solos y coreaba cada uno de los temas como si fuera la última oportunidad de sus vidas, algo que desde el escenario agradecen constantemente. El amor mutuo lo conocen y lo celebran.
Con una lista de temas repleta de éxitos, haciendo un recorrido musical que incluyó desde baladas hasta rock latino, pasando por el new wave y el reggae, en el concierto nada quedó librado al azar, y el cantante destacó tanto por su energía en el escenario como por su emoción al recibir todas las muestras de gratitud de quienes estaban abajo. “No dejan de sorprendernos”, le dijo al público local, que a pesar de los años siempre se las ingenia para dar un plus.
Desde el inicio del espectáculo, Maná ofreció a sus fans un repertorio que incluyó temas como “De los pies a la cabeza” o “Corazón espinado” -la clásica colaboración con Carlos Santana-. En una noche que también incluyó momentos destacados como ese momento intimista con el público donde el frontman los iluminó y les agradeció que hayan estado afinados en el coro, al sorprender con un segmento acústico que tuvo lugar en un escenario secundario, donde interpretaron clásicos en un tono más relajado.
Con esta serie de conciertos en Buenos Aires, la banda no solo reafirmó el amor de su público, sino también el compromiso de los músicos con sus ideales artísticos y sociales, demostrando que su música sigue siendo un vehículo para el cambio y la solidaridad a través de las fronteras.
Por caso, en el cuarto show de la banda se vivió por caso un momento muy emotivo, cuando invitaron a subir a Gaby, una niña de 10 años que sufre de una enfermedad terminal y lucha por mejorar su salud. “Hice quimioterapia, me banqué muchos pinchazos y estoy muy agradecida con todos ustedes. Siempre estoy escuchando sus canciones, desde que era chiquita escucho sus canciones...”, le dijo la nena a la banda y emocionó a todo el estadio por su entereza.
“Vamos a cantarte la canción que nos pediste hace un ratito. No la teníamos en la lista pero te queremos complacer en todo lo que podamos, Gaby. Esta noche es tuya y todas las noches son tuyas. Te deseamos mucha suerte, fuerza, alegría y ahí te va esta canción que nos pediste, que se llama ‘No ha parado de llover’”, anunció el vocalista y provocó una gran ovación de la multitud.
La niña acompañó a los Maná con la letra del clásico, el cual editaron en su cuarto álbum de estudio llamado Cuando los ángeles lloran (1995). Al finalizar, se llevó de recuerdo el aplauso del público y los saludos de su banda favorita. “Amé este concierto, fue el mejor día de mi vida. Gracias, Maná...”, dijo Gaby antes de despedirse del escenario.