Entre paredes de ladrillo y casas de colores, Martín Herrera da una vuelta por la Villa 31, su barrio. Sobre su cabeza, unas zapatillas descansan sobre los cables del lugar y el sol brilla sobre los techos. Mientras camina entre los pasillos estrechos, una música le llama la atención. El ritmo, la movida, la gente bailando, fue ahí cuando descubrió un nuevo mundo y lo que era capaz de hacer el dembow. Así vio una forma de cambiar la realidad en las villas.
Con ese deseo en mente, y con la idea de llevar su esencia y sus raíces, el joven se convirtió en mhtresuno. Esa misma idiosincrasia es la que busca trasladar en sus canciones, donde sus letras, su impronta y su carisma desnudan cómo es vivir en el barrio. Ese objetivo está enmarcado en su nuevo disco: De La Villa Pal Mundo.
En un costado de su cuello, su lema resalta entre líneas rojas y negras: ‘Malditos bendecidos’. “El mensaje que quiero dar es que a pesar de donde somos podemos llegar al éxito, tenemos esa capacidad”, comienza diciendo en una charla con Teleshow, donde deja sus objetivos claros.
A diferencia de otros exponentes de la música urbana, Mhtresuno decidió tomar la bandera de este género para crear un nuevo movimiento: “Al hacer dembow yo busco abrir un movimiento para también generar laburo y que los pibes que bailan dembow puedan vivir de eso. Sería abrir una puertita más allá del fútbol y el RKT que está ahora, que salva un montón de vidas”.
Con ese material, pisó fuerte en la escena con un álbum de 23 canciones, un poderoso canto a sus orígenes e influencias. Un recorrido por géneros que abarcan todo el continente latinoamericano: desde el potente dembow argentino al corrido más sentimental; o de divertidos tintes de funk brasilero.
En esa idea por mostrar la realidad de su barrio, uno de los videoclips del cantante refleja una dura situación de robo en la villa. “Queríamos hacer un parkour saltando por los techos, como escapando de alguien. Le tengo tanto cariño por eso, porque es una vez más demostrando una realidad del bajo mundo que llevamos nosotros”, afirma el joven sobre el video de ‘Visionario’ .
- ¿Cuál es el mensaje detrás de tus canciones?
- Muestro el ida y vuelta de lo que es vivir en el barrio. También lo que viví yo. Quiero marcar un concepto en base a lo que estoy haciendo, junto con mi filosofía de vida. Tratar de plantar mi bandera en el género, en la escena, de que estoy acá y que vengo con un movimiento.
- ¿Cómo descubriste el dembow?
- Yo lo venía escuchando mucho en el barrio, en la villa. En todas las joditas que se hacían siempre se escuchaba y había pibes que bailaban, eso siempre me llamó la atención. Me decía, ‘cómo puede ser que esté tan impuesta está movida si no es de acá, es República Dominicana’, y me puse a averiguar de dónde había salido. Los pibes sabían bailarlo tal cual como se debía. Y ahí dije ‘acá hay un movimiento que nunca se hizo acá en Argentina que se tiene que hacer’.
- ¿Cómo fue tu infancia en la villa?
- Cuando era mas chico, no tengo familia que haga música, pero de un lado u otro me fui interesando. Empecé tocando la guitarra, vino un tío mío y me dijo, ¿'vos querés tocar? Tengo una guitarra’. Ahí fue mi primer interés, yo solito y empecé a aprender a tocar la guitarra. Buscaba en internet, terminaba el colegio y me iba a tocar.
- ¿Y cómo lo tomaba tu familia?
- A mis viejos no les gustaba que hiciera música, ellos querían que estudie, que haga la diferencia, ellos no pudieron estudiar entonces decían ‘dejate de joder, estudiá’. Yo lo re entendía pero les dejé en claro que iba a seguir mi sueño. También me he ido de mi casa por esos motivos pero siempre con respeto, pero porque quiero buscarme algo mejor o mi propia vida, y todo por la música.
- ¿Cómo te fue con los estudios?
- Llegué hasta la secundaria y terminé quinto año, me quedó una materia. Que ahora la tengo que dar, no ando estudiando por el trabajo, es la realidad, estoy metido mucho en la música. Pero es uno de mis planes darle el título a mi madre, que era lo que me pidió toda la vida.
- ¿Llegó a ser un tema de discusión con tu mamá?
- Lo super entendió, mi vieja siempre me dijo que ella quería que yo fuera feliz. Ella me dijo, ‘yo te puedo brindar hasta acá y de acá depende de vos, vos sos adulto y sabés lo que querés’.
- ¿Cómo desarrollaste esa mentalidad?
- Creo que viene de mi mamá, ella siempre me enseñó a ser luchador. Yo aprendí mucho viéndola a ella. Más que ella me lo decía todo, pero como que fue una persona que me demostró con hechos lo que hablaba. Ella me enseñó un mensaje, que yo siempre les doy a todos, y es una realidad que en todos los barrios siempre atrás de un pibe ‘perdido’, hay una mamá que está sufriendo. Detrás de las cosas que hace uno de chico sin saber de las maldades en las que uno se mete siempre hay una madre sufriendo. Y a mí me tocó vivirlo por el lado de mi madre.
- ¿Y qué dice sobre tu presente?
- De a poco va entendiendo, el hecho de ver lo de la música y la gente que va a mi casa a pedirle saludos míos. Pero ella no está en internet, tampoco en las redes, vive todavía en el barrio pero no ve todo el trasfondo que está pasando.
- ¿Cómo nació tu relación con Dillom?
- Yo lo conozco desde hace mucho, desde que tenemos 15 años. Nos conocimos haciendo música, él era el productor, yo estaba haciendo rap en ese momento. Él me hizo un par de pistas. Él siempre con su idea muy revolucionaria, con su forma de escribir, controversial.
- ¿Con quién soñás colaborar?
- Me gustaría con Duko directamente. Y después internacionalmente con el Alfa. Serían como las dos personas que tengo, son mis referentes. Al Duko le gustó mucho el disco me lo han llegado a hacer saber. Él también lo ha compartido y tenemos la mejor.