A más de tres años de aquel inicio a escondidas, con una separación y versiones de infidelidades, Cande Tinelli y Coti Sorokin se casan esta tarde con una fiesta que imaginan inolvidable. La influencer y el músico superaron los prejuicios y las tempestades y construyeron su historia de amor en base a los cimientos sólidos. La música, las pasiones, los animales, el vino, los viajes, la familia. Así enfrentaron las adversidades y las exposiciones en universos en los que no estaban del todo acostumbrados.
Famosa casi desde su nacimiento, hija de Marcelo y Soledad Aquino diseñó una imagen de alta exposición en sus redes pero lejana al juego mediático. Autor de ”Color esperanza”, “Nada fue un error” y “Antes que ver el sol” entre otros títulos del cancionero popular, Coti Sorokin mantuvo su vida privada separada de la pública hasta que conoció primero a su suegro que a su futura esposa. Fue cuando le acercó una canción inédita llamada “Por ahí”, para que sea la cortina del Bailando que se iba a emitir en 2020. La pandemia suspendió el programa y postergó un año ese acuerdo. Pero entre reunión y reunión nacía la historia de amor menos pensada.
Hablar de los comienzos de la relación entre ellos es hacerlo del mundo que vivíamos y que elegimos olvidar. En ese tiempo, Coti vio que había buena onda con la hija de Marcelo y se animó a invitarla al recital que iba a dar con su grupo Los Brillantes. Aquel primer encuentro fue en un autoconcierto. Sí, los shows en vivo habían mutado en experiencias llamadas burbujas, con mayor o menor índice de aislamiento. Y se veían recitales de rock o películas desde adentro de los autos.
Después de esa situación que hoy parece parte de una pesadilla, la influencer y el cantante empezaron a verse todavía a escondidas, hasta que en noviembre viajaron a Mendoza y la relación empezó a colgarse de a poco el cartel de “oficial”. Hasta entonces ninguno de los dos se animaba a decirlo. Él se estaba divorciando de Valeria Larrarte, con quien tuvo cuatro hijos Maia e Iván, quienes nacieron en 1995, y Leyre y Dylan, en 2004. Por su parte, Lelé había terminado a mitad de año su romance con Federico Giuliani, a quien había conocido a través de su hermana Micaela.
Pero a él le surgió ese viaje a la provincia cuyana para cumplir un compromiso laboral vinculado a su emprendimiento de vinos. Y decidieron viajar juntos, sabiendo a lo que podían exponerse. Fue cuestión de tiempo para que empezara a hablarse del romance. Primero, la sorpresa. Enseguida, la desconfianza. ¿Los argumentos? La diferencia de edad (47 a 30). Los mundos en apariencia diferentes. La dificultad para ensamblar las familias. Pero ellos estaban dispuestos a intentarlo, desoyendo los malos augurios y acercando las posiciones.
La confirmación llegó en el mundo virtual: “Que estés tan solo con lo bueno que estás”, escribió ella en su cuenta de Instagram. Luego compartieron la misma foto en la que se los veía juntos en un hotel en Mendoza. Los emojis de corazones valieron más que mil palabras. Y la música, eso que los había acercado sin proponérselos, terminó siendo el terreno fértil en el que construyeron el vínculo. “Cande canta divino, en casa nos la pasamos cantando juntos, algunos los grabamos y subimos, todo de forma muy espontánea”, contó el músico en PH, Podemos hablar, cuando la relación ya era un hecho.
Antes ya había visto aire La Academia de ShowMatch, donde finalmente se emitió la cortina musical que había funcionado como celestina. “Por ahí” puede leerse tanto como una canción premonitoria de esta boda como una pintura autorreferencial de su autor. En cualquier caso, Coti la llevó al programa para interpretarla a dos voces con Pichu Straneo. Luego regresó, esta vez para cantar con Karina La Princesita. Allí bromeó con su suegro y hablaron de comidas de mesas largas y familias ensambladas. “Con Cande estamos bien. La idea es seguir viviendo y disfrutando la vida. Haciendo música, haciendo arte y todo lo que sabemos hacer y para lo que vinimos al mundo”, le dijo a Teleshow luego del programa.
Todo marchaba sobre ruedas y el 24 de octubre celebraron un año, poniendo fecha a aquella incertidumbre inicial. Y a Cande no le entraba tanto amor en el corazón que lo hizo público como nunca antes: “Estoy tan feliz con vos que no tengo casi palabras, solo pido que sigamos riéndonos de todo, disfrutando cada detalle. Que sigamos cantando en casa con los perros a upa, y que todas esas pequeñas cosas jamas se pierdan, y cada vez construyamos más y más este hermoso castillo. Te amo Coti, gracias por devolverme la sencillez y la sonrisa. Sin vos siento hoy que no soy nada. Sos una persona increíble, tan sensible, generosa, y humilde. Te amo eternamente, octubre por siempre a tu lado”, expresó la it girl. En tanto, la respuesta de Sorokin no se hizo esperar y respondió al posteo con dulce palabras: “Ay me quebré. Te amo eternamente flaca hermosa”.
Los novios hicieron de Madrid su segundo hogar y se acompañaron en sus respectivos proyectos. Hasta que sus mundos volvieron a unirse, otra vez en un estudio de televisión y con Marcelo como conductor. Fue durante su experiencia en Canta conmigo ahora, donde Cande y Coti fueron jurados, otra muestra de amor en la joven para la cual la tele nunca había sido una zona de confort.
Allí el rosarino le regaló un paso de comedia y una declaración de amor, cuando simuló ser uno de los participantes anónimos que buscaban consagrarse en el certamen de canto. “En el barrio me conocen como Coti, me insistió mucho mi novia, pero el que me anotó fue mi suegro”, dijo el músico, que entonó “Color esperanza”, y se animó a hablar por primera vez de una posible boda: “Estamos cerca, todavía no hablamos fecha, pero el año que viene seguro”.
Sin embargo, durante la convivencia en el reality empezaron las versiones de roces entre ellos, que se hicieron cada vez más fuertes y se confirmaron durante el verano de 2023. Todo se precipitó cuando ella hizo referencia en sus redes a una supuesta infidelidad de parte del músico. “Es muy impulsiva, después lo borró. Ya la conozco, está todo bien. Es así”, señaló él.
Pero su flamante expareja no opinaba lo mismo. “No me gustó nada la nota que dio sobre mí, siento que no me cuidó y que no es así como él dice, porque yo quedo como una loca, que soy impulsiva y que me arrepiento de las cosas que hago y que por eso borro los mensajes. Él siempre quedando bien parado, que es lo que más le importa”, disparó Lelé. Y no se quedó ahí: “Le deseo lo mejor, estoy bien, estoy tranquila, volví a ser yo, volví a recuperar momentos míos con mi familia y con mis amigos que cuando estaba con él no lo podía hacer, me siento libre”.
Este fue apenas un extracto de lo que dijo Cande, que habló como nunca antes de su intimidad. Sus palabras dejaban ver algo de tristeza por una relación que se terminaba, y un enojo con su ex a quien prefirió pese a todo medir las palabras. Como si inconscientemente dejara una puerta abierta a la reconciliación. El tiempo pasó, y Madrid siguió siendo escenario, esta vez por carriles diferentes. A ella se la vio con el piloto uruguayo Santiago Urrutia. Pero los caminos parecían destinados a cruzarse, y para eso era necesaria una fecha muy especial.
El 14 de junio Coti cumplió 50 años y la influencer publicó un saludo que presagiaba la reconciliación. “Feliz cumple, Roberto Fidel”, escribió en una cena romántica para dos y saludando por sus nombres de pila al musico. Un mes después, aquel casamiento que se había esbozado en un estudio de televisión empezó a cobrar forma. Primero, en la presentación de “Quiero verte”, el tema que grabaron juntos, y que documentaron en un clip con la temática de una boda. En la presentación para la prensa, se los vio cariñosos y a los besos y hasta cortaron una torta.
El 12 de noviembre, Coti se presentó en el Gran Rex y la realidad superó a la ficción. Ella subió al escenario con sus mascotas y antes de interpretar “Quiero verte”, el cantante se arrodilló y le presentó una bolsa de pana que contenía un estuche con una alianza. Entre lágrimas, Lelé abrió el envoltorio y descubrió la joya que su futuro esposo le había obsequiado. En ese instante la pareja compartió un beso apasionado que fue celebrado con una ovación del público.
Cande y Coti no hicieron otra cosa que confirmar lo que era un secreto a voces. Hacía tiempo que la prensa, sus allegados y ellos mismos especularon sobre cómo sería su fiesta de bodas. De a poco fueron quedando algunas certezas. Que sería en Buenos Aires y no en Punta del Este; que sería netamente pet friendly y que se buscaría que los alrededor de 400 invitados se abstengan de usar el celular.
Pero mientras se pueda, cada uno comparte los movimientos previos al día que soñaron, con despedidas de soltero familiares, pequeños adelantos del vestido de novia, las bromas entre el suegro y el yerno y el apoyo incondicional de sus seres queridos. Como para contradecir a cada uno de los agoreros, que no les veían futuro allá por finales del 2020. Riéndose de todo, dejando que los sorprenda el amor. Y aunque quizás las cicatrices no se borren del todo, van decididamente en busca de la felicidad y un poco más.