Rodeada de diversas comodidades, y con los ojos puestos en lo que decían sus compañeros, Agostina pasó 24 horas a puro relax y confort en Gran Hermano. Después de ser ‘expulsada’ y pasar todo el día en un cuarto de control secreto, la policía tuvo tiempo para analizar el juego de la casa y repensar una nueva estrategia.
A lo largo de todo ese tiempo, la jugadora pasó por todos los estados emocionales al escuchar las conversaciones de sus compañeros. Sin embargo, en un momento dado tuvo que reingresar a la casa y reencontrarse con los demás participantes, para así llegar a la competencia por la casa propia.
Pero antes de que esto suceda, Santiago del Moro habló con la última líder de la casa, le contó los pasos a seguir y le dio vía libre para hacer lo que quiera con la información reunida. Agostina podía elegir contar o no todo lo que había visto. Desde la indignación que le causaba Furia al enojo contra Emmanuel. Pero antes de salir confesó: “Tuve mucho miedo, pero valió la pena lo mal que me sentía por cómo la pasé”.
Así las cosas, el conductor apareció en pantalla para llamar la atención de toda la casa y darle vía libre a Agostina para reingresar con sus compañeros. “Me extrañaron”, expresó la policía mientras el resto de los jugadores corrían a recibirla. Todos fueron a sus brazos, excepto Furia, que se quedó en el living abrazada a su reno y poco a poco se fue acercando.
Entre todas las muestras de cariño, Agostina decidió romper con la expectativa y reveló: “Los vi 24/7, ojito. Chicos, se ven increíbles en tele. Vos (Lisandro) potrazo. Vos (Emmanuel) un nido de carancho, cortá ese pelo. Chicas (Rosina y Zoe) increíbles”. Causando sensación entre sus compañeros, y llevándose todas las miradas, la joven continuó: “Nunca pasé un día tan increíble, de lo mal que me fui dije: ‘Chau, se me derrumbó la vida’. Comí, me esperaron con picada, rogel. Me preguntaron, ¿qué elegís, 24 horas películas, o ver a tus compañeros? Escuché todas las conversaciones, ojo”.
Al mismo tiempo, la jugadora relató paso a paso cómo fue su salida tras atender el teléfono rojo: “Los vi hablando de mí. Los vi cómo dormían chicos. Lo que me pasó fue lo más de lo más. De acá me fui re mal, temblando como una hoja, me agarran afuera, me tapan afuera tipo secuestro, me dijeron caminá, llego a un lugar, me dicen ‘sentate, tranquila’. Yo seguía llorando, me angustiaba haber terminado esto de esa forma, no porque me sacó la gente, sino por un llamado, era horrible”.
Por último, antes de competir por la casa Agostina contó sus sensaciones y dio más detalles de su estadía privilegiada: “Es increíble lo que me pasó. Me dejaron ver y escuchar todo lo que hablaban. El mejor día, se los juro por Dios. No me daba más la panza para seguir comiendo. Caramelos, alfajores, chocolate, helados, picada, jamón y queso, donde veía había comida. Absolutamente todo, era un hotel ocho estrellas. Me bañé, me dieron perfume”.
Si bien la policía contó la situación que vivió y reveló el premio que había recibido, aún resta conocer cómo usará esa información en su beneficio. De entrada ya advirtió a los demás participantes que escuchó lo que habían confabulado aquella noche y cómo hablaban de ella.