Recuerdos de Carola Casini: el auto carnívoro de Pappo, el protagonista que no sabía manejar y Araceli González como la Penélope Glamour criolla

Con argumento de novela pero formato de unitario, la historia pensada por Adrián Suar rompió moldes al poner una heroína al frente de una historia de fierros y motores. Los testimonios a Teleshow de Juan Palomino, Federico D’Elía, Malena Solda y Mario Segade, quienes aportaron fotos inéditas de las grabaciones

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La presentación de Carola Casini, con Araceli González

El automovilismo cuenta con miles de fanáticos que siguen con pasión a uno de los espectáculos más populares del mundo. La devoción por los motores es tal que a sus seguidores se los conoce con un apodo: fierreros. Ese mundo no solo es atractivo para fanáticos del deporte, sino que también lo es para la pantalla. Si algún lector lo duda, ahí están películas Contra lo imposible, Rush y Días de trueno para demostrarlo. Hasta la saga adolescente Herbie logra atrapar. Motores que rugen, pilotos que compiten, mecánicos que trabajan contrarreloj y carreras vertiginosas hacen una mezcla ideal para contar historias.

En 1997, Adrián Suar no era ajeno a este atractivo y se le ocurrió realizar una serie que buceara en esta pasión bien argentina, pero además le agregó un componente rupturista: el protagonismo recaería en una corredora de autos. Así nació Carola Casini. Para escribir la historia, Suar convocó a los guionistas Gustavo Belatti y Mario Segade. “Estábamos trabajando en Polka, escribiendo Verdad y Consecuencia y Adrián nos llama para esta historia, mientras además filmábamos Comodines. Eran épocas muy activas”, le dice Segade a Teleshow para poner el contexto de esa época.

Juan Palomino y Araceli González
Juan Palomino y Araceli González en Carola Casini (Gentileza Juan Palomino)

En el rol protagónico la elegida fue Araceli González. La modelo era una reconocida fierrera. Su pasión le venía desde los cinco años cuando su papá, que era mecánico, la llevaba al autódromo a ver las carreras. Toda su vida había soñado correr a alta velocidad y como Carola podría hacerlo. “Araceli ensayaba, pero tenía muchas condiciones para el automovilismo, lo decía la misma gente del autódromo”, rememora Segade.

Como coprotagonista el elegido fue Juan Palomino. “Había hecho mi primera intervención en Verdad Consecuencia y luego me convocó Adrián para Poliladron. Cuando terminaba me dijo que me quería para el próximo unitario que protagonizaría Araceli”, le cuenta el actor a Teleshow, mientras presenta The Full Monty/Sinvergüenzas en la Costa Atlántica y los fines de semana en el Metropolitan. Cuando el productor le dijo que la historia se vinculaba con el TC2000 y los autos de carrera, Palomino también sintió que se le cumplía el sueño del pibe. “Desde niño me gustaba ver las carreras de autos de Fórmula 1, TC, TC Pista. Amaba el buzo antiflama, el casco, y los guantes, y todo ese entorno que rodea a los autos de carrera y al NASCAR. Había como una mística alrededor de las carreras de autos, con Reutemann en la Fórmula 1, los Di Palma... Me encantaba Tom Cruise en Días de Trueno. Por todo ese mundo, la propuesta de Adrián era una gran oportunidad para subirme a un auto de carrera y divertirme”.

Carola Casini propuso una historia
Carola Casini propuso una historia rupturista con una mujer protagonista en un mundo de hombres (Gentileza Juan Palomino)

A Palomino no solo le parecía interesante el contexto de la historia sino el protagónico. “El hecho que la protagonista, Araceli, fuera una mujer, abriéndose paso en un mundo tan de hombres, me parecía que más que interesante, era necesario. Si bien estábamos acostumbrados a novelas con mujeres protagonistas, como Andrea del Boca o Luisa Kuliok, que una mujer se atreviera a subirse a un auto de carrera, y estuviese ahí, en un universo masculino, me parecía más que fascinante”.

Con el diario de hoy, el actor reconoce que en la historia se presentaba un universo muy machista y lo grafica. “En el capítulo que Carola debuta en las pistas, el personaje de Ivo Cutzarida le manda de regalo una esponja y un detergente y le dice que vaya a lavar los platos”. Sin embargo rescata que el unitario se haya atrevido a introducir un personaje “tan fuerte como el de Araceli, una mujer empoderada, con un universo distinto y propio que la corría de la típica heroína de las telenovelas de esa época” y finaliza contundente, apelando al recordado personaje de Los autos locos: “Era nuestra Penélope Glamour, pero con un rasgo de fortaleza que hacía temblar a los varones de esa época”.

En la historia creada por Belatti y Segade, Palomino era Santiago, un corredor de autos, hijo de Vicente Becerra uno de los capos del autódromo interpretado por Raúl Lavié, de novio con Débora (Florencia Raggi), también piloto. En el mismo equipo estaba Federico D`Elía, (Luis), el primer novio de Carola en la serie. Confirmando su fama de buen tipo, el actor le cuenta a Teleshow cómo fue convocado. “Después de dos años y medio terminaba de grabar Poliladron cuando Adrián un día me pregunta si sabía manejar. Le contesté que no y me dice: ‘Bueno, aprendé a manejar porque vas a tener que ser de piloto de carrera de autos’. Justo tenía un auto de mi viejo y tuve que aprender a manejar para este proyecto”.

Federico D'Elía y Araceli González,
Federico D'Elía y Araceli González, novios en la ficción (Gentileza Federico D'Elía)

Con experiencia entre cámaras de televisión pero no entre los autos, D`Elía reconoce que le daba mucho miedo manejar, aunque para muchas escenas contaban con dobles. Palomino no lo desmiente “Fede sufría, no la pasaba bien, pero se defendía. En cambio Araceli, como el padre había sido mecánico y corrido en karting, tenía un ejercicio de lo que significaba estar en un auto de carrera y de ese universo”.

Como piloto, D’Elía resultó un gran actor y lo demuestra con esta anécdota que comparte. “El primer día que nos mandaron a grabar al autódromo, una persona del lugar nos explicó cómo era el circuito y nos hizo subir a un auto de carrera que tenían, que era el que manejaban las mujeres, y que generalmente era el que usábamos nosotros”. Después de las explicaciones, el hombre le propuso dar una vuelta para conocer el auto. “Le dije ´'mirá que yo no voy a manejar mucho esto, seguramente lo usará un doble’. ‘Bueno, pero tenés que saberlo’, me respondió”.

Federico vio como el hombre pisaba el acelerador y el velocímetro se acercaba a los 200 kilómetros por hora, cuando el auto empezó a moverse sospechosamente. “Así, como si nada, en el mismo estado que me venía explicando lo que había que hacer, que tirar un rebaje, hacer esto o hacer aquello, me dice, ‘bueno, acabo de reventar una goma. Si te pasa esto no te preocupes, poné estas dos ruedas ahí por el ripio, dejá estas dos por acá... Mientras el auto se movía y se movía, y yo me quería morir”, cierra con humor.

Federico D'Elía, Pappo y Araceli
Federico D'Elía, Pappo y Araceli González grabando Carola Casini (El Trece, 1997)

Malena Solda por ese entonces tenía apenas 19 años y fue otra de las convocadas. Ante la consulta de Teleshow cuenta lo complicado que era grabar las escenas en el autódromo de Buenos Aires. “No solo me quedaba a trasmano sino que cuando hacía frío te morías de frío y cuando hacía calor te morías de calor”, recuerda divertida. En la memoria le quedó una imagen que no tiene que ver con la novela. “Nico Cabré fue otro de los convocados. La primera vez que nos tocó repasar una escena, él llegó leyendo Rayuela de Cortázar”. Si tiene que destacar algo de su participación, no encuentra una escena puntual pero sí un momento que atesora. “Entre escena y escena tenía que pasar mucho tiempo con Jorge Suárez adentro de un auto sin hacer nada. Así que charlábamos muchísimo de teatro. Era maravilloso”. También remarca que el clima de trabajo era excelente. “En las ficciones los protagonistas marcan el tono. Juan y Ara eran muy alegres, disfrutaban de sus personajes, no eran verticalistas y eso se transmitía. Todos estábamos contentos”.

Nadie se atreva a tocar a Pappo

Si la historia escrita por Segade y Belatti era rupturista, uno de los miembros del elenco causó sensación: el guitarrista y fanático de los fierros Norberto Pappo Napolitano. -”Macadam 3...2...1...0...”, uno de los tantos himnos tuercas que firmó con Riff, servía de cortina en cada emisión para presentar los títulos. Y no hay miembro del equipo que no guarde una anécdota desopilante con el músico.

Araceli González y Pappo se
Araceli González y Pappo se hicieron amigos durante las grabaciones de Carola Casini

Solda cuenta la vez que se ofreció a llevarla a su casa pero antes pasó “por la farmacia y a visitar a su mamá”. D’Elia narra el desopilante primer día de grabación. “Grabábamos en el autódromo. Estábamos citados a las 9 de la mañana, Adrián había ido a ver la grabación, y Pappo no llegaba, y no llegaba, y no llegaba. Habrá aparecido a las doce, la una. Adrián se le acerca, estábamos tres o cuatro ahí con él y le dice ‘¿Pero qué te pasó?’ Y él le responde, ¿y qué querés, Adrián? Me levanté, fui a agarrar el auto pero se transformó en una planta carnívora y no me dejó acercar’. Adrián -no me olvidó más- me miró y me decía, ‘¿y qué le digo a una persona que me dice esto?’. Fue un personaje lindo de conocer, muy particular. Grabábamos en su taller y estábamos cerca de la casa de la mamá, todo el barrio lo conocía mucho. Fue un personaje lindo de conocer, muy particular”.

Pappo y Palomino se conocieron durante las grabaciones de Carola. En esa época, el actor pasaba por un mal momento porque sus padres habían regresado a Perú. El rockero le decía que le hacía falta una familia y lo invitaba a su casa. Se hicieron inseparables, tanto que el actor le propuso que fuera el padrino de su hijo, Aaron. Su respuesta fue “Ni en pedo, chabón”. Para convencerlo el actor argumentó: “estamos a punto de salir a una carrera a 200 kilómetros por hora, pongo mi vida en tus manos y vos no te querés hacer cargo”. Pappo aceptó y se comprometió con su ahijado, iba a los cumpleaños y solía regalarle autitos.

Juan Palomino como copiloto de
Juan Palomino como copiloto de Pappo, a quien conoció en Carola Casini (Gentileza Juan Palomino)

Con Araceli, el músico tuvo gestos de mucha ternura. “Quería que ella protagonizara el videoclip de ‘Lily Malone’. Se la imaginaba como una especie de Charlize Theron manejando ese camión, pero no logró convencerla”, cuenta Palomino. Luego de las grabaciones, solía invitarla a la casa de su mamá a tomar leche con vainillas. También le propuso casamiento: “Quiero casarme con vos, Gallega (apodo que González tenía en Pol-ka) porque Toto tiene que tener un padre, yo quiero llevarlo y que conozca los autos y que sea fierrero”, le dijo él en su declaración de amor.

Pese a la calidad de las imágenes logradas por el director Sebastián Pivotto, la buena onda del elenco y la historia distinta, Carola Casini no fue uno de los grandes éxitos de la factoría Polka. Quizá porque su argumento era más propio de una novela que de un unitario. Sin embargo, para los actores fue una experiencia inolvidable. Palomino destaca que “pude debutar en el TC Pista y en el Super Car como copiloto de Pappo. Fui copiloto de Patricio Di Palma en una carrera donde corrieron, valga la redundancia, todos los Di Palma, allá en Río Cuarto, en el año 98, y ya corriendo profesionalmente. Realmente me impulsó a introducirme en el universo de los autos de carrera”.

Pappo y Juan Palomino forjaron
Pappo y Juan Palomino forjaron una amistad, al punto que el actor lo eligió como padrino de su hijo Aarón (Archivo CORSA)

Pero lo que realmente destaca no son los recuerdos pisteros sino “que ese universo me permitió, más allá de cumplir una fantasía de ser corredor de autos establecer contacto con muchísimos actrices y actores que continúan trabajando y que continúan siendo referentes. Me llevo el recuerdo de a ver trabajado con grandes compañeros como Marta González, Víctor Hugo Vieyra, Jorge Suárez, Valeria Bertuccelli, Florencia Raggi, Federico D’Elía, un ser entrañable, Raúl Lavié, Jorge Suárez”, enumera.

Segade destaca que más “fue toda una experiencia muy vital, muy hermosa, conocer a un ser absolutamente intrépido como Pappo”. D’Elía rescata no solo el programa, sino que lo disfrutó muchísimo y, sobre todo, que “aprendí a manejar a los 30 y pico de años”. Mirando capítulos de esa época no sabemos si la nostalgia que nos invade es por esa juventud que tuvimos o por esas ficciones que ya no tenemos.

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