Después de un prolongado tiempo alejada de los medios, Raquel Mancini volvió por unos días a la exposición televisiva al ocupar una de las sillas de las angelitas en LAM. Es sabido que una de las características del ciclo que conduce Ángel de Brito es rotar a sus panelistas, un hecho que ocurre más a menudo durante los períodos de vacaciones. Y en ese contexto se produjo la reaparición de la modelo, que tenía muchas cosas para contar y otras tantas para vencer.
En otra de las marcas del programa, las panelistas pueden pasar de opinar de los temas del espectáculo a ser ellas mismas las protagonistas de la historia .Y esto ocurrió con Raquel, quien a lo largo de estos días fue revelando detalles de su vida personal. “Me cansé de que en un momento los programas me llamaran para hacer rating y a mí no me interesaba más que sepan de mi vida”, sentenció el día de su regreso, en diciembre pasado, y agregó. “Me sentí usada, que me hicieron bullying. Pasé cosas muy jodidas”.
En aquella oportunidad, la modelo puso sobre la mesa cómo habían tratado algunos programas los problemas de salud que tuvo debido a una serie de operaciones. “Lloraba mucho. Sufría. Mi familia la pasó muy mal. Entonces decidí alejarme y hacer otros emprendimientos. Estar bien y tranquila hasta que afloje”, señaló. Y volvió a reconocer como “error” haber pasado por el quirófano cuando tenía 18 años.
A casi dos meses de aquel debut, el paso de Mancini por LAM llegó a su fin y en las últimas horas del viernes hizo un balance de su paso por el programa. “Venía con una fantasía, con miedo a vencer de mostrarme cómo soy a poder ser yo. Venía en busca de una revancha y la tuve”, destacó, con la voz firme, sosteniendo los embates de la emoción.
“Tenia miedo de entrar en pantalla y que me sigan lastimando, tenía un trauma terrible y lo pude vencer. Pude ser yo, lo pude contar, obvio que me costo largarme, pero me pude largar”, prosiguió. “Un programa en vivo es complicado, pero me sentí comodísima. Y me reencontré con la gente”, afirmó, destacando el buen feedback con el que se había encontrado. “Perdí el miedo a opinar”, resumió, antes de agradecerle al conductor, a las angelitas, a la producción, a los técnicos y a todos los que había facilitado su desembarco otra vez en el medio. “Me recibieron todas re buena onda”.
Luego mostraron un tape en el que aparecía su hermano Rafael junto a Carmen Barbieri y el cronista Alejandro Castelo. Pero lejos de entrar en el juego mediático que lo proponía como un posible candidato para la conductora, Raquel eligió en su última intervención hablar con el corazón. “Lo amo, gracias a él tuve los hijos que nunca pude tener, que es lo que más deseaba en la vida. Sus hijos son mis hijos. Te amo, amo a Twiggy, a Augusto, a Luis y a toda mi familia”, expresó.
“Fue una etapa increíble, me hicieron sentir como en mi casa y pude romper ese prejuicio con la televisión”, le dijo Mancini a Teleshow algunas horas después del programa, con las emociones un poco más en orden pero todavía a flor de piel. “Estoy feliz y sé que voy a volver, esto es un hasta luego”, añadió.