Un día como hoy pero de 1957 y en la Ciudad de Buenos Aires nació Ricardo Darín. El gran actor argentino cumple hoy 67 años e inicia un nuevo ciclo en el que reafirmará su vigencia en la industria del entretenimiento: desde sus primeros pasos en la televisión, su estrellato en el cine y también un marcado paso por el teatro con los que se ganó tanto el reconocimiento de la crítica como también el cariño popular.
En los últimos años, los proyectos que Darín encabeza coquetean con los premios más prestigiosos del cine. Y eso es más que un mimo al alma: es la consecuencia de años de trabajo incansable y a disposición de la profesión. Hijo de actores (Ricardo Darín y Renée Roxana) y una hermana colega (Alejandra Darín), desde que tiene uso de razón su vida estuvo ligado a las tablas, a los escenarios, al punto que debutó a los 10 años al hacer teatro con sus padres. Así fue creciendo pero sin formarse académicamente, ya que nunca pasó por una escuela de interpretación. A continuación, algunos momentos en la vida del actor con los que torció su rumbo y lo trajeron hasta este presente venturoso.
Sus comienzos como “galancito” de las telenovelas
Muy poco tardó Darín en comenzar a ser una cara conocida en los programas de la televisión argentina desde finales de los años 70. A los 16 años protagonizó telenovelas como El tema es el amor y Vos y yo, toda la vida, de Alberto Migré, uno de los creadores más exitosos. En 1979 e impulsado por su incipiente popularidad, incursionó de manera efímera en la música al grabar un álbum en el que se lo escucha recitar poesías: titulado De a dos, vendió muy pocas copias y fue un fracaso comercial. “En ningún lugar del país vendió nada, pero en Bahía Blanca vendió siete mil copias. Nadie sabe por qué”, contó el propio Ricardo tiempo después acerca de la suerte de este disco que hoy en día los coleccionistas lo venden como rareza.
Ya en la década de los 80 comenzó a incursionar en el cine, siendo su primer papel protagónico el que interpretó en La Carpa del Amor, de Adolfo Aristarain. Casi en paralelo y mientras crecía en popularidad, era parte de los célebres “galancitos”, un grupo de jóvenes actores que llevaron los éxitos en televisión al teatro y cosecharon una fama increíble en el país: Carlos Calvo, Raúl Taibo, Adrián El Facha Martel, Darío Grandinetti y Norberto Díaz, entre otros, eran algunos de ellos.
El romance con Susana Giménez
Era el comienzo de 1981, ella tenía 33 años y él 21. Juntos, protagonizaron el romance más escandaloso de aquella temporada. Eran Susana Giménez y Darín, quienes estuvieron en pareja por unos siete años. “Tuvimos mucha conexión, mucha química. Éramos príncipe y mendigo, todo junto. Una noche en medio del escenario le dije que seamos pareja. Le propuse amor y todo eso y ella me sacó cagando”, recordó el actor sobre aquel romance, al cual guarda en un lugar muy especial de su corazón. “Mi primer departamento lo tuve gracias a ella, cuando hicimos teatro juntos, solo no lo hubiese logrado nunca”, dijo.
“Él quería ir a vivir a una casa y yo a un departamento. A Ricardo no le interesaba mucho la plata. Era una especie de romántico empedernido y me alegro de cómo va su vida”, contó por su parte la conductora acerca de qué cosas fueron las que los terminaron separando después de siete años juntos, pero dejando en claro que mantuvieron una buena relación con el correr del tiempo.
El flechazo eterno con Florencia Bas
A finales de 1987, ya separado de Susana, estaba consolidado como galán tras protagonizar Estrellita mía y ser parte del elenco de Sugar en el teatro Lola Membrives. Hasta que ocurrió el flechazo. Un día, una joven estudiante de traducción llamada Florencia Bas paseaba por la calle cuando vio al actor comiendo en una pizzería de calle Corrientes. En ese momento, él tenía 30 años y ella 18. Y cuando él la vio, se levantó de la mesa y fue a hablarle. El romance se produjo de manera casi inmediata y, cinco meses después, en abril de 1988, se casaron.
Desde aquel entonces hasta hoy, prácticamente no se separaron a excepción de un tiempo que se tomaron en el año 2001, provocado por una crisis. “Me acababa de separar de mi mujer. Razón por la cual tengo un poco deformada la época. Había entrado en un túnel medio oscuro, que duró un año y medio o dos”, contó el actor en una entrevista de la época. Cuando se dio cuenta de que no podía vivir sin ella, fue por la reconquista y se mudaron juntos a una casa en el barrio de Palermo, la misma que fantasearon ocupar cuando eran novios. “Florencia nunca es la misma. Va cambiando constantemente, está en permanente movimiento. Todos los días me asombra de alguna manera, es increíble. Es una mujer que no te permite ningún tipo de rutina. Decir que ella ha dado sentido a mi vida es quedarse corto; sin duda, me la ha salvado”, dijo Darín sobre su mujer.
La paternidad
En enero de 1989 nació Ricardo Mario Darín, hoy conocido como Chino, el primer hijo de Ricardo y Florencia. Y en mayo de 1993, llegó Clara, la segunda del clan. “Florencia es una luchadora feroz y no le tiene miedo a nada. Y lo que ella ha hecho por nuestros hijos es impresionante. Yo también he aportado mi grano de arena, pero no se puede comparar”, contó Ricardo sobre cómo la mapaternidad reconfiguró la pareja con Bas.
El Chino siguió los pasos de su padre y ya estuvo involucrado en importantes proyectos cinematográficos y de televisión, como Los Únicos, Farsantes, El Ángel o La odisea de los giles, por solo nombrar un puñado. En tanto, Clara es artista, licenciada en Bellas Artes, apasionada tanto por la música como por el diseño, esta última pasión que canalizó a través de diversas marcas de ropa que fundó.
La consagración como el gran actor argentino
Al ingresar a los años 90, Darín decidió torcer su destino de galán y comenzó a explorar en perfiles más maduros y dramáticos. Después del éxito que supuso el programa Mi Cuñado (coprotagonizado con Luis Brandoni), le dio vida a papeles que le valieron buenas críticas, comenzando por su protagónico en Perdido por perdido. Otras películas que lo posicionaron en otra liga fueron El faro y El mismo amor, la misma lluvia, pero todo terminaría de cambiar cuando se puso en la piel de Marcos, el encantador y odioso ladrón de Nueve reinas, películas en la que compartió cartel con Gastón Pauls y se convirtió en un clásico moderno del cine argetino desde su estreno.
En la década siguiente Darín fue parte de más éxitos cinematográficos como El hijo de la novia -nominada a los Premios Oscar como Mejor película extranjera-, Kamchatka y Luna de Avellaneda. Para 2009 llegaría otro gran papel cuando le tocó protagonizar El secreto de sus ojos, dirigida por Juan José Campanella, la segunda película más taquillera en la historia del cine argentino. El filme ganó el Oscar y Darín, por su interpretación de Benjamín Espósito, obtuvo premios prestigiosos como el Cóndor de Plata al mejor actor y su primera nominación a los Goya.
En la última década se hizo evidente su diversidad al encabezar películas Carancho, Un cuento chino y Elefante Blanco, en paralelo a su vuelta al teatro, cuando interpretó Escenas de la vida conyugal, junto a Valeria Bertuccelli. El hasta ahora último éxito de Darín en cine fue Argentina, 1985 (de Santiago Mitre, con quien previamente había trabajado en la notable La Cordillera) y falta cada vez menos para que se pueda ver su esperada interpretación de Juan Salvo en la miniserie de El Eternauta.