El fin de año en Bailando 2023 estuvo signado por las polémicas entre la producción y los participantes. La suma de pedidos de vacaciones, las nuevas ofertas laborales y las acusaciones de privilegios motivaron que desde el programa tomen una decisión tajante: no se podrán hacer más reemplazos, y si un participante que no se presentara a la gala, la pareja quedará automáticamente fuera de la competencia.
Uno de los más afectados por esta situación fue Yeyo De Gregorio. El actor tenía cerrado unas vacaciones con su novia, y según su versión estaba todo acordado con la producción, al punto que le habían asignado un bailarín a su compañera, Martu Morales. Sin embargo, horas antes de emprender el vuelo le avisaron que si se iba de vacaciones, el pareja y su coach Flor Díaz quedaban afuera del certamen. El exChiquititas manifestó su enojo al respecto, y en el programa del lunes fue su regreso a la pista, cara a cara con el conductor.
“Cambiaron las reglas para todos. Hay personas que quedaron eliminados. No podemos hacer más reemplazos ¿cuál es tu calentura?”, quiso saber Marcelo Tinelli. “Pasaron un montón de cosas”, recapituló el actor. “Te agradecí el gesto, pero fue feo. Estamos muy contentos acá, desde el primer día. Vengo avisando esto hace 50 días. Entiendo los bolonquis que pueda haber, pero que el día 49, estoy con la valija en lo de mi novia y me digan que no, me jode”, expresó con rostro serio.
“Las cosas cambiaron. No es individual con ustedes. Anita Martínez se enteró al aire que no seguía, y tenía un bailarín ensayando para ella”, repitió Tinelli, en un intercambio siempre respetuoso pero con algo de tensión. Entonces, el tema viró al poco ensayo que había tenido la pareja para practicar el ritmo urbano. Y en este momento, el participante rompió en llanto. “Es mucha carga, en un momento me sentí que nos eliminaban por culpa mía, tengo miedo de hacer un papelón y bailar como Kennys, o como El Tirri”, señaló, permitiéndose una broma para descomprimir.
A continuación, De Gregorio contó que pensó seriamente en la posibilidad de renunciar. “Me quedo por Martu y con Flor, que no las voy a dejar tiradas”, sentenció. Y aquí intervino su compañera: “Ayer estuvimos llorando los tres, era mucha impotencia porque queremos estar acá, nos gusta bailar, nos gusta el show. Queremos llegar a la final”.
Quien también participó desde la tribuna fue Beatriz, la madre del protagonista. “Stéfano es un chico de palabra. El pidió un permiso, le dijeron que sí. Y diez horas antes de un vuelo, le dicen que si viajaba se quedaban afuera. Me hizo una videollamada y se puso a llorar”, reveló la mujer, que en ese momento le dio un consejo: “Si estás solo te diría que te vayas igual de vacaciones. Pero está Martu, está Florcita, ustedes son un equipo, quedate”. Aquí Marcelo dejó en claro que no era nada contra su hijo, y repitió que era algo que había decidido la producción. “Pido disculpas si no es lo más justo, pero es lo que necesita el programa en este momento”.
“Cortemos con tanta cháchara que me voy a olvidar los trucos”, dijo Yeyo, para pasar al baile. Con solo una hora y media de ensayo, los augurios no eran los mejores. Sin embargo, la pareja sacó fuerzas de esta dificultad y resolvieron la prueba con autoridad. “Me encantó verte con esas ganas y con ese espíritu combativo”, lo felicitó el conductor, emocionado y al borde de las lágrimas.
En la misma sintonía, la que habló fue Flor Díaz, la coach: “Pido perdón si algo que actuamos o dijimos por impulso cayó mal, pero esto es un sueño para mí y sentir que se acababa me daba mucha tristeza”, dijo emocionada. A su turno, el jurado fue contundente con la pareja: Ángel de Brito les puso un 8 y les colgó el cartel de candidatos para ganar el certamen; Pampita elogió cómo transformaron el enojo en actitud sobre las pista y los calificó con un 10 al igual que Moria, redondeando el segundo puntaje más alto en la ronda, a la espera del voto secreto de Aníbal Pachano.