“Gracias por este abrazo tan grande a nuestra música. Vamos a dejar el alma en cada canción y el corazón en cada escenario. ¡Arriba corazones nostálgicos del piberío biónico”. Las palabras de Santiago Chano Moreno Charpentier durante el primer show de Tan Biónica en su regreso a los escenarios todavía retumban y se hacen más intensos a medida que pasa el tiempo.
Con ese recuerdo a sus espaldas, el cantante empieza a despedir un año inolvidable. Atrás parecen haber quedado sus episodios de salud y adicciones que preocuparon a su círculo íntimo y a sus seguidores. Como punto de partida para esta nueva reinvención aparece en el retrovisor su actuación en el festival Lollapalooza, en marzo pasado. Allí reunió a sus viejos compañeros de Tan Biónica y activó una fibra en sus fans que no tuvo freno.
En el sprint final del año, el grupo integrado por su hermano Bambi Moreno Charpentier, Seby Seoane y Diega Lichtenstein dio una muestra de popularidad que sorprendió a propios y extraños, con una fiebre compartida por los seguidores de siempre y los que se sumaron durante la separación y alimentaron el mito. Fueron dos shows en el estadio de Vélez, otros dos en el Diego Armando Maradona de La Plata, el cierre en el Monumental y la agenda continúa. De hecho, este viernes se presentará en Open Park de la ciudad esteña, y durante el verano tiene pautados shows en Mar del Plata, Córdoba, Paraguay y Uruguay, todos con producción de DF Entertainment.
En plan de recargar energías y reencontrarse con el público local, el músico arribó a Punta del Este. A su llegada al aeropuerto, saludó a quienes lo reconocían, una tarea para nada difícil ya que Chano no pasó desapercibido con su atuendo deportivo y casual.
El autor de “La melodía de Dios” vistió un conjunto deportivo de de dos piezas con un diseño de estampado predominante en tonos azules oscuros y detalles en blanco. La campera, de cierre frontal y cuello estilo mao, y los pantalones a juego son de corte recto y cuentan con rayas laterales blancas.
Para contrastar el uniforme y equilibrar los colores, Chano optó por zapatillas de color rojo con rayas blancas, y sumó lentes de sol con montura oscura para complementar un aspecto relajado. En una mano, su infaltable cigarrillo, en la otra el pulgar bien arriba y la sonrisa de transitar un fin de año en plenitud luego de atravesar etapas muy oscuras.
“Si algo te tira, te levantás”, cantó Chano al finalizar aquel a esta altura legendario primer show en Vélez, y ante la ovación del público que esperaba sus palabras tanto como su música. En febrero de este año, el cantante enfrentó una complicada situación con su salud por un cuadro relacionado con adicciones. Estuvo dos semanas internado en el Sanatorio Otamendi, en terapia intensiva y sedado para tratar de combatir una infección producto de una neumonía y otros problemas asociados bajo un pronóstico “reservado”.
A los quince días, cuando le dieron el alta, fue el propio Chano quien se expresó en sus redes sociales. “Hola amigos y amigas: Espero que estén bien y felices. Quiero contarles que ya estoy absolutamente recuperado gracias al sanatorio Otamendi y listo para seguir disfrutando de la vida”, escribió por esos días. Y se refirió a sus próximos pasos: “Les cuento que por mi parte sigo haciendo al pie de la letra mi tratamiento”. Luego llegaron sus controvertidos shows en La Plata, la presencia en Lollapalooza y el parate indefinido que se cortó con el regreso biónico.
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