Con apenas 24 años de edad, Ian D´Angelo, conocido por su participación en programas como El gran premio de la cocina y Masterchef, fue hallado sin vida en su domicilio este martes. De acuerdo con informaciones proporcionadas por fuentes de la policía, se presume que la causa del deceso fue un infarto.
Este lamentable suceso fue revelado por personas de su entorno más íntimo, en particular sus amigos y compañeros de trabajo, quienes preocupados por la falta de comunicación durante varios días, decidieron ir hasta su casa. El lunes, D´Angelo tenía que asistir a su lugar de trabajo, un restaurante en Villa Devoto, no se presentó y tampoco brindó información sobre su paradero desde su entorno laboral.
Ante esta situación, su amiga Natacha decidió ir a su hogar en Caseros junto a un amigo de él. Al no tener respuesta, ambos ingresaron al domicilio por el techo. Allí se encontraron con el peor panorama posible: el cuerpo de Ian estaba sin vida tirado sobre su cama.
Su llegada a El gran premio de la cocina se produjo en la quinta temporada y allí dio detalles de su dura infancia y cómo logró sobrellevar las adversidades desde muy corta edad: “Yo tenía creo que 8 años y en ese momento mi mamá cayó detenida y mi papá no estaba en ningún lado, no aparecía en ningún lado, entonces me iban a mandar a un lugar de esos para chicos que se quedaban así, sin nada, sin familia”.
Fue en ese instante que un hombre llegó para encaminar su vida: “Me llevó a vivir con su familia, con su mujer y sus hijos. Enrique es mi viejo porque me dio de comer, me tapó de la lluvia, me llevaba al colegio, me enseñó a trabajar. Me enseñó a ser responsable, y eso me lo remarcaba siempre, ‘Vos tenés que ser responsable, cabeza’, me decía”. Al respecto, destacaba que Enrique también había pasado por experiencias duras en su vida, y él se apoyaba en su experiencia para no corregir los mismos errores. “Como yo no tenía a otra persona y él me contaba y me hablaba, yo iba por ese camino, porque en realidad el camino cercano mío iba por otro lado, y no por el que está bien”.
A través de sus textos, queda la sensación que Ian siempre tuvo claro de dónde venía y a quién debía rendirle gratitud: “Hoy veo el pasado y le agradezco un montón, porque que una persona como Enrique, que no era familiar, me saque de la lluvia, me llene la panza, me ayude a terminar la escuela”, evocó. “A la vez que lo iba escuchando, iba aprendiendo. Y aprendí a los golpazos, pero esto reconstruido de cosas buenas”, añadió.
Agradecido con el hombre que encaminó su pasado, se refirió a su presente: “Siempre trato de agarrar actividades que hagan bien a la cabeza. Con la historia que uno tiene, si uno se basa en el pasado, te terminás matando. Entonces trato de esos espacios ocuparlos en otras cosas que me hagan bien, como por ejemplo la cocina”, señaló sobre su oficio y su pasión. “La cocina te llena el alma, te saca sonrisas, te saca tristezas, te llena la panza, te reúne con amigos, te deja enseñar, te deja aprender. Yo veo todo eso en la cocina, es una complejidad de cosas buenas”.
Su vida de carencias e incertidumbres cada tanto aparecía como un fantasma en sus recuerdos. “Si uno se deja llevar por las cosas malas o por los malos pensamientos, la cabeza entra en perturbación y te vas para lados que no son los correspondientes. Entonces yo le agradezco a la vida que pude terminar la escuela, que es lo primero y principal, y encarar para el lado de la cocina que es lo que me gusta, que es lo que ocupa mis días, mi lugar, mis horas, es mis sábanas, mi cama, es todo. La cocina me cura, me encanta”.
Tras su paso por el ciclo en la temporada 5, volvería en la octava edición, en el marco de una competencia entre exparticipantes, en la que quedó en la sexta ubicación. Su paso por la televisión continuaría un tiempo después, pero ya detrás de cámaras, siendo parte de la producción gastronómica de Masterchef en su edición del año 2020. “Es otra parte de la gastronomía donde nos toca trabajar de una manera más estratégica, en la cual hay que usar la cabeza y no tanto el físico, donde hay que ir al detalle, conocer infinidades de productos y mucha cosas más, una experiencia linda diferente y sobre todo para aprender. Lo mejor es compartirla con buenas personas como lo son Gonzalo Ortiz y Emmanuel Escobar. Gracias a la gastronomía por tanto”, explicó en ese momento sobre el nuevo desafío profesional.
Su última publicación en Instagram, en tanto, había sido una semana atrás, cuando mostró una foto suya en la cocina. Junto a la imagen había puesto una profunda frase respecto al futuro y sus sueños. “Creé en vos, hacé lo que te gusta, lo que te apasione, que aflojar no sea tu opción ni tampoco la opción de los que te rodean. Compartí tu experiencia, no te guardes nada, aprendé de los que saben si querés ser bueno. Concentrate en tu objetivo, desealo, pensalo todo el tiempo y no pares”, comenzaba diciendo la carta.
En este sentido, el joven siguió su texto resaltando la importancia de la persistencia: “No te dejes manipular ni que te vendan sueños que no existen. Siempre seguro, firme, con criterio, humildad y callándose la boca cuando corresponda, siempre profesional. Desde chico me gustó liderar y de grande ser maestro de cocina y para eso me levanto todos los días. ¿Me falta mucho? Sí, claro y sé que siempre me va a faltar porque soy un obsesivo de lo bien hecho. Hoy corresponde seguir creciendo y aprendiendo, los resultados vienen solo, el éxito no es necesario pero la gloria si y la gloria es la voluntad que vos le pongas a tu proyecto para ser feliz. Abrazo y gloria para todos los que buscan su objetivo”.