Baby Etchecopar habló de su boda: “Esta fiesta es para reunir a toda la gente de mi vida y de la vida de mi mujer”

El conductor dio detalles de la celebración que llevará a cabo con Silvina Cupeiro este 9 de diciembre, rodeado de sus seres queridos

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El conductor realizará una boda con Silvina, tras siete años de relación amorosa

Baby Etchecopar festejará su fiesta de casamiento con Silvina Cupeiro este sábado 9 de diciembre, rodeados de sus seres queridos y amigos. Claudia Villafañe está a cargo de la organización de la boda del conductor del ciclo Baby en el medio (Radio Rivadavia) y del programa televisivo Basta Baby (A24).

A pocos días de esta celebración, el periodista fue entrevistado en Socios del espectáculo (El Trece): “Tuve dos años solos que me divertí como loco. Ahora hace siete años que estoy con Silvina. Necesitamos formalizar porque ella tiene que ser mi mujer. Esta fiesta es para reunir a toda la gente de mi vida y de la vida de mi mujer”.

Fiel a su estilo irónico, Etchecopar hizo una broma: “Es una despedida de toda la gente que pasó por mi vida. La próxima calculo que será en el velorio, por lo menos en esta los veo. La única diferencia es que en esta voy a estar sentado y en la otra, acostado (risas)”.

Cuando le consultaron sobre su amigo, Eduardo Feinmann, que tendrá un protagonismo en la boda: “Eduardo es familia de mi mujer. Por ende, pasó a ser familia mía. Mi suegro era como el padre de Eduardo. Mi mujer tiene más confianza con Eduardo que yo y trabajé con él durante 25 años. Es como su hermano y ahora mi cuñado”. Nuevamente, Baby aprovechó para hacer un divertido chiste: “Eduardo es uno de los testigos, le pedí que firmara todos los papeles sin mirar nada. Si dice propiedad tiene que tener igual su firma y su aclaración”.

Además, Adrián Pallares y Rodrigo Pallares, los conductores del programa de espectáculos, revelaron que fueron invitados a la boda que se llevará a cabo en la Costanera. Incluso contaron un divertido detalle relacionado a la organización. “Claudia me llamó para preguntarme por la comida”, aseguró Pallares, ya que se había olvidado de confirmar su asistencia y sus gustos respecto a lo que desea comer en la fiesta.

En una entrevista con Infobae, Baby había hablado de su propuesta de casamiento a Silvina: “Dijimos: ‘Bueno, ¿nos casamos?’. Porque, a ver: somos los dos grandes. Yo desgraciadamente enviudé, ella se separó, somos libres. Y un día le dije: ‘Che, Sil, ¿no creés que es conveniente que nos casemos?’. Me preguntó para qué nos íbamos a casar si ya vivíamos juntos, y le dije que yo necesito decir que es mi esposa, que necesito darle el título de compromiso. Porque creo que vale para eso. Y que yo valgo para eso. Entonces me dijo: ‘Bueno, nos casamos, es lo mismo’. Por supuesto que va a haber contratos prenupciales”.

Baby Etchecopar
Baby Etchecopar

Luego agregó: “Cuando enviudé, se me vino el mundo encima. Se me terminaron los proyectos. Parece mentira que lo que vos toda la vida amalgamaste para el futuro, un día se te derrumba. Se te derrumba la casa, se te derrumba la familia. No te olvides que es la madre y es tu mujer. En ese mismo momento te empezás a dar cuenta de que, como dice el tango, no habrá ninguna igual. Todo lo que no veías, lo ves. Y la madre para tus hijos: es terrible. Yo perdí a mi mamá de grande, pero me puse en el lugar de mis tres hijos. Además lo que era Adriana para ellos: era todo, era su continente. Se sacrificó por ellos, vivió por ellos, se mató por ellos. Y creí que ahí se acababa todo. Vos te sentás y decís: ‘Ahora, ¿cómo arranco?’. El futuro es un paredón. Estuve más de un año, un año y pico, casi dos, solo. La primera Navidad la pasé solo llorando con mi hijo en el balcón, con Federico, los dos viendo los fuegos artificiales. Después vino la otra Navidad y ya estábamos los tres, porque la última Navidad con Adriana la pasamos internados en el sanatorio mirando los fuegos artificiales por la ventana y ella llorando, sabiendo que eran los últimos fuegos que iba a vivir. Muy duro todo. Horrible. Bueno, ante eso tan horrible, tan terrible, que no te curás nunca, cuando creí que estaba todo perdido... de casualidad me encontré con Sil. Y ese día sentí como que alguien me tiró una soga. Aunque primero sentí culpa. Me pregunté: ‘¿Merezco estar feliz después de lo que me pasó?’. Después, el calendario: no me queda tanto tiempo para desperdiciar. Así que ya nos encontraremos; ahora, a vivir este momento. Después la duda: ‘¿Cuánto durará este momento?’. Y después, la certeza de que era para toda la vida”.

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