Desde octubre, Wanda Nara aceptó el desafío de participar en el programa Ballando con le stelle. El concurso televisivo emitido por la cadena RAI, similar al Bailando por un sueño que patentó en el país Marcelo Tinelli. Alejada de su familia, la mediática se instaló temporalmente en Italia mientras baila junto al multicampeón Pasquale La Rocca.
Antes de firmar contrato, la hermana de Zaira Nara le consultó a su médico personal si podía aceptar este trabajo porque le diagnosticaron leucemia y está realizando un tratamiento. Obtuvo la autorización, pero con el paso de los meses, empezó a sentir un enorme cansancio por los ensayos cotidianos que demanda preparar cada coreografía.
En el ciclo televisivo, la participante se quebró al admitir que extraña a su familia, en especial a sus hijas menores que están en Estambul, Turquía, al cuidado de su esposo Mauro Icardi: “Volví a mi casa. Estuve tres días y... no quiero llorar, perdón. La más chica vino con dos pruebas de la escuela. En una se sacó un 2 en la otra un 1. Me dijo que fue porque yo no estaba. Sí, extraño a la familia”.
Además, reconoció que siente un cansancio físico grande por la demanda de estar bailando a diario: “Acá en Roma todo el mundo es tan amable conmigo. Realmente no tengo fuerza, estoy cansada cuando termino los ensayos. Son muchas horas de ensayo”.
Esta no es la primera vez que Wanda llora frente a las cámaras. Tras su debut en el reality italiano, contó que había estado seis meses conduciendo el ciclo Masterchef de Telefe y que, cuando terminó, recibió un premio Martín Fierro. Luego se fue a hacer una serie de estudios de rutina previos a su viaje a Milán. “Allí me salieron valores un poco extraños”, señaló.
La empresaria recordó la repercusión que su problema de salud había tenido en los medios, cuando ella todavía no había hecho ninguna referencia al tema. Y explicó que sus hijos estaban tristes por todo lo que escuchaban. “Cuando me llegó la propuesta del Bailando, obviamente, ya se había estabilizado la situación. Así que le pregunté a los médicos, porque estoy haciendo un tratamiento, si lo podía hacer. Y me dijeron que sí, tranquilamente, al cien por ciento”, manifestó.
Además relató que sus niños se pusieron contentos cuando se enteraron de que iba a bailar, porque sentían que todo iba bien. En ese momento, mientras intentaba explicar lo que le daba el baile, Wanda no pudo contener el llanto. “Si lo hago es para demostrar que estoy bien”, reconoció entre lágrimas.
Luego, en un ida y vuelta con sus seguidores de Instagram, Wanda ya había contado que estaba exhausta por el baile. “La verdad es que estoy bien, pero estoy un poco cansada”, señaló la empresaria, e hizo especial hincapié en las intensas y prolongadas sesiones de ensayo junto a su compañero de baile. “Tengo poco tiempo, menos del que imaginaba que iba a tener. La verdad es que en otros Bailando del mundo, tenés de 15 a 20 días para preparar una coreografía y acá tenemos 4 días, es poquísimo”, comparó.
Incluso, reconoció que, además de su participación durante la emisión del programa más los ensayos, también están atados a una rutina extra: “También grabamos un montón de contenidos. Todos los bailes empiezan con un clip antes y ese clip lleva casi media jornada de grabación, de preparación, maquillaje, pelo, probar el vestuario para el clip, hacerlo y practicarlo”, detalló.
Recientemente, la modelo también publicó unas fotos en sus redes sociales que generaron preocupación entre sus cientos de seguidores, ya que mostraba los moretones que tenía en sus brazos, como consecuencia de los ensayos. “Todo está bien”, escribió junto a las selfies.
Ahora, Wanda volvió a Estambul para reencontrarse con sus hijos y su marido. Además, de pasar tiempo con su familia, aprovechó para grabar un video con Mauro, pero no aclaró de que se trataba. Quizás puede estar relacionado con su carrera musical que acaba de lanzar hace unas semanas. En la imagen, la pareja lució súper elegante.