Los amigos más íntimos de Ricardo Piñeiro quedaron consternados con la noticia del fallecimiento del exrepresentante de modelos, ocurrida el miércoles pasado en el Sanatorio Otamendi de la ciudad de Buenos Aires. Si bien Ricardo había tenido un ACV hemorrágico con pocas posibilidades de recuperación, nadie esperaba un desenlace tan abrupto. Así fue como luego de realizarse la autopsia de rigor, sus allegados decidieron realizar el entierro en el Cementerio Memorial de la localidad bonaerense de Pilar el domingo pasado.
Hasta allí se acercaron muchas de sus amigas, exmodelos de los años 80 y 90, figuras destacadas del ambiente de la moda y amigos cercanos al empresario. También estuvo Carlos, su hermano con quien no se hablaba hacía diez años. Este lunes, en horas del mediodía se llevó a cabo una misa en honor a Ricardo, que fue organizada por su círculo más allegado a él, pero en esta ocasión no contó con la presencia de su hermano.
El lugar elegido fue la iglesia Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. Junto a la comunidad del Comedor Los Peregrinos, que era donde Piñeiro colaboraba como voluntario, se llevó a cabo la ceremonia religiosa en homenaje al exrepresentante de modelos. “Estamos despidiendo a un amigo, a un hermano”, expresaron algunos miembros de la comunidad eclesiástica desde los parlantes mientras Teresa Calandra, Mario Massacesi, Mora Furtado, Evelyn Scheidl, Andrea Frigerio y Martín Cabrales, entre tantos otros, se acomodaban en los asientos de la iglesia de Recoleta.
Todos los presentes se dispusieron a escuchar las sentidas palabras del Padre Eduardo Pérez. “A Ricardo lo teníamos muy cerquita. Siempre nos encontrábamos en la plaza y teníamos la oportunidad de charlar”, comenzó diciendo de manera íntima acerca del vínculo de amistad que mantenía con el empresario. “Él se implicó en la historia de nuestra casa en un momento en el que él se sintió muy desilusionado, en el que estaba pasando un período difícil de su vida, y acá encontró un lugar donde ser escuchado y escuchar a otros. No son muchos los voluntarios varones que nos ayudan, pero él se ofreció y al principio venía diariamente a darnos una mano... ¡y eso que el comedor no tiene nada de glamoroso! Pero él también encajaba muy bien en un mundo tan sencillo y humilde como el de nuestro comedor porque era un señor, y eso lo vimos hasta los últimos momentos de su vida”, contó acerca de las acciones solidarias que hacía Ricardo cuando decidió abandonar su profesión como representante de modelos y volcarse a un estilo de vida más sencillo, alejado de los flashes de la farándula.
Más adelante, el sacerdote continuó expresando los detalles que admiraba de Piñeiro. “Tuvo una vida luminosa que también contuvo sus espinas, sus dolores y su soledad, pero él no dejó de ser pintón, de vestirse bien y de ser una persona muy atractiva. Se mantuvo intacto en situaciones muy distintas: de euforia, de alegría, de tristeza, de fama”, destacó ante las lágrimas de emoción de sus amigos y vecinos.
Después, fue Teresa Calandra quien subió al altar para dar un cálido discurso en homenaje a su amigo. “No tenía nada preparado. Muchos de nosotros lo despedimos en las redes sociales subiendo recuerdos de los mejores momentos con fotos muy lindas de él, y entre tantos mensajes, yo leí esto que escribió Delfina Frers, y que es algo que sentimos muchas de las personas que trabajamos con él y lo consideramos un compañero de ruta”, sostuvo emocionada. “Parte de nuestra historia queda en nuestra memoria con un principio y un final. Cerramos una etapa con su partida, y duele. Fue espléndido, simpático, cariñoso, leal, generoso, nos cuidó y lo cuidamos. Casi lo perdemos una vez que su corazón quiso romperse, pero no era su día y continuó entre nosotros. Nos divertimos compartiendo comidas y tardes en su quinta con todos sus perros. Y en Punta del Este más de una vez nos hospedaba y llenaba de jazmines las tardes de mar y las fotos. Fue en los 80, 90, una época dorada de muchas de nosotras, que él se brindó siempre. Era nuestro amigo y hermano, y seguirá estando en nuestros corazones. Volá alto Ricardo, siempre estarás con nosotras”, concluyó con la voz ceñida por la tristeza.
Luego, también dijo unas palabras el periodista Mario Massaccesi. “Cuando las espinas llegan, pinchan, lastiman, duelen y sangran, pero siempre alguien te rescatará... Yo creo que este es el mejor lugar para darle la despedida y el hasta pronto a Ricardo porque es el lugar donde lo rescataron, y son los lugares que tenemos que cuidar”, destacó.