Fátima Florez siempre supo lo que es el esfuerzo personal, ese que merodea a la meritocracia, pero que viene más de abajo y es profundamente visceral. Toda una declaración frente a la vida. María Eugenia Florez, “con z”, como siempre tuvo que aclarar en la escuela, es hija de una familia de clase media acomodada en la coqueta localidad de Olivos; en el bonaerense partido de Vicente López. Sus padres se separaron cuando ella tenía 9 años.
Hoy es la novia del flamante presidente electo de los argentinos, Javier Milei. Fátima no pasó la mejor de las adolescencias, pero ese tiempo le sirvió para volverla fuerte y resiliente. Sufrió trastornos alimentarios -anorexia- y ella misma precisó que -luego de años de terapia- el trastorno tenía que ver con la oposición que había en su casa a su temprana vocación artística.
Vaya paradoja: la casa de los Florez la habitaban en un edificio de 20 pisos a una cuadra de la quinta presidencial de Olivos. Su padre Oscar, a quien ella consideraba severo, es arquitecto. Y su madre, Marta, profesora de geografía. Además, cuenta con una hermana dos años mayor, Agustina. Su primera gran fan.
En varias entrevistas con Teleshow, Florez explicó, “me veía en el espejo y no veía la realidad. No comía. Empecé con problemas hormonales, llegué a pesar un poco más de 40 kilos y los médicos se dieron cuenta de que no me estaba alimentando. En ese momento tenía la autoestima como un felpudo”. En esa adolescencia errante, Florez reconoce que se acercó a la Iglesia, “comencé a leer la Biblia y a quererme más y eso me ayudó muchísimo”.
Nace una estrella
Fátima mientras se reconstruía de sus tristezas juveniles, afirmaba casi en paralelo su vocación artística. Tenía sueños importantes. Eligió el camino del canto, el baile y más tarde iba a llegar la complejidad de la composición de otros personajes: la imitación; que le iba a brindar foco y ayudar a perfilar su talento.
Imitar a otro es una de las ramas artísticas más exigentes porque demanda de un método, una mirada precisa y analítica sobre los otros, mucho trabajo y aprender de la frustración. Nada sale en el primer intento.
Tal vez ahí radica su gran conexión con el hoy electo presidente de los argentinos, su pareja y el líder de la Libertad Avanza, Javier Milei. Ambos se flecharon en un estudio de TV, sentados de noche en el programa de la icónica conductora Mirtha Legrand. Una atracción que, casi, fue de dos almas gemelas. Nada sale en el primer intento
Talento y perseverancia
Fátima canta, baila e imita. Es una artista completa. Se hizo famosa en la Argentina por imitar a la ex presidente Cristina Fernandez de Kirchner. Pero, además, imita a Tini, a Jennifer López y Marilyn Monroe. Su despliegue en escena es formidable: lo deja todo.
Realiza 20 cambios de vestuario que incluyen zapatos y pelucas. Además, hace lo que ella llama el “camarín mágico”: se lookea delante de la gente. “Para que vean cómo es el detrás de escena”, le explicó a Teleshow y hasta confesó: “Adelgazo por lo menos 2 kilos por función”
Su amor con Milei
Milei y Fátima están juntos desde julio de 2023, y sin vueltas ella reveló: “Somos tal para cual. Somos felices, nos hacemos bien el uno al otro”.
La primera entrevista juntos la dieron en el programa de Mirtha Legrand, allí donde se habían conocido a finales del año pasado. “Fátima imitó a Cristina Fernández de Kirchner y ahí armaron como un paso de comedia donde él la peleaba”. En el mismo living de Legrand, recordaron aquel flechazo y dieron muestras de su amor con gestos y con palabras.
Más adelante, la pareja contó algunos detalles de su intimidad, como la canción “Flowers” de Miley Cyrus que es la favorita de ellos. Acto seguido, Milei se animó a dedicarle un corazón con las manos a su novia, y unieron sus manos para graficar su amor. “Somos muy explosivos, como adolescentes, nos saca esa parte de niño interior que nos encanta”, sonrió la comediante.
A sus jóvenes 19, Fátima Florez integró el grupo musical, “Las Primas” que nació en 1985 y es conocida por temas como: “Saca la mano Antonio”, “Dame una alegría” y “Los nenes con los nenes”. La imitadora no formó parte del elenco formalmente, sino como un reemplazo de una de las cantantes principales.
Fátima también trabajó como bailarina y asistente de coreografía de Pepe Cibrián, en obras como Drácula y El jorobado de París. Su vida comenzó a cambiar tras viajar a Perú para participar del programa La Paisana Jacinta, donde conoció a Norberto Marcos, quien fue su primer novio y hasta ahora único marido, además de productor y manager, por más de 20 años. Cuando se conocieron e iniciaron su relación ella tenía 19 y él 40.
Fue el propio Marcos quien le recomendó cambiar su nombre original, por el de “Fátima”, debido a la devoción que el productor sentía por la Virgen de Fátima y además consideraba que impactaría mucho más en el público.
Florez también trabajó en teatro junto Carlos Perciavalle como vedette principal en Revivamos el Concert y con Jorge Corona en El Mundial de la Risa, donde empezó a realizar algunas imitaciones. Recién en 2012, luego de protagonizar las obras El Gran Burlesque y La Revista de Buenos Aires, llegaron las primeras obras con su nombre, como “Fátima es única” y “Fátima para todos”.
Pero ese fue solo el inicio de su protagonismo. Whitney Houston y Céline Dion son las cantantes que le gustaría interpretar y que todavía no lo ha hecho, pero que probablemente estén presentes en su próximo espectáculo. En la reinvención apuesta a cosas nuevas y por qué no verla en la plataforma streaming estrella: “A mí me encantaría hacer algo en Netflix, algo hasta por ahí dramático con tinte de humor, alguna ficción”.
Milei flamante presidente electo de la Argentina irá a vivir a Olivos y Fátima, su novia, probablemente lo acompañe. La maternidad y la paternidad no se instaló, en ambos, como una deseo vital. Comparten el amor por los animales, perros y gatos, a los que consideran familia. Fátima hasta solo se enciende cuando habla de trabajo y de sus innumerables proyectos artísticos, en la Argentina y en el exterior. Se trata de una historia de amor que aún se está escribiendo.