Su caso cobró notoriedad hace diez años, cuando Sandra Mihanovich, madrina suya y pareja de su madre, Marita Novarro, le donó un riñón para salvar su vida en un segundo trasplante. Desde entonces, Sonsoles Rey se convirtió en un referente para todos aquellos que atraviesan situaciones similares. Y ella se hizo cargo del lugar que le tocó ocupar. Incluso ahora que, después de que le confirmaran que necesitaba un tercer reemplazo del órgano y Pachu Peña se ofreciera a ser su donante, sintió como sus esperanzas de tener una vida normal se desmoronaban junto con los resultados de los análisis que indicaban que pese a la compatibilidad inicial el actor no podría ayudarla.
“La semana pasada no quería ni hablar porque me caía en un vacío, por el vértigo verdadero de la vida que es que me quedo en el INCUCAI qué se yo hasta cuándo”, comenzó diciendo Sol en diálogo con Socios del Espectáculos, por ElTrece, visiblemente agotada después de haber pasado por una sesión de diálisis.
¿Por qué necesita un nuevo trasplante? “La respuesta precisa no la tengo. Dicen que los riñones tienen vida útil. A mí me llegó a escribir gente que me dice que no crea que duran diez años, porque por ahí está trasplantada hace veinticinco y está perfecta. Yo tuve mala suerte. No sé, tal vez es porque tengo que hablar de esto y estar acá para pegarle un cachetazo a todo el mundo y mostrarle que la vida va por otro lado. Y para que se den cuenta de que hay que donar, que todos tenemos que ser donantes y que la Ley Justina tiene que estar efectiva en todo el país pero de verdad”, explicó la mujer en el ciclo conducido por Adrián Pallares y Rodrigo Lussich.
Y siguió: “Encima, de mil personas que pueden llegar a ser donantes, solo cuatro lo pueden donar. Porque si tuviste alguna enfermedad no podés. Y porque si la persona se mueren en un accidente y hay muerte del cuerpo, tampoco se puede, tiene que haber muerte cerebral. Y es un tema de mie...”.
Sol también explicó el problema burocrático y el costo que implica hacer un trasplante con alguien que no es familiar directo. “La primera abogada a la que llamé para hacer esto con Pachu me quería cobrar 4800 dólares. Porque tiene que intervenir la Justicia para demostrar que yo no le estoy pagando, que no hay negocio. Pero, si él me donara y yo le quisiera regalar un departamento, ¿qué les importa a los demás? Es un gesto”, señaló.
Y explicó que, cuando recibió el riñón de Sandra, su situación era de vida o muerte. “Ahí era urgente porque no entré en diálisis. Hoy, con diálisis, yo puedo bancar un tiempo, con una calidad de vida que no te la regalo. Igual, los jueces te la hacen rapidísima. Pero, sí o sí, tenés que hacer todo el proceso y tener el dinero”, explicó. Y agradeció que, finalmente, Fernando Burlando se ofreció a hacerle toda la gestión sin cobrarle honorarios.
Finalmente, sobre las sesiones de diálisis que se ve obligada a enfrentar tres veces por semana, Sol explicó: “Tenés que tener la cabeza tan bien...Porque te atan a una máquina durante cuatro horas en las que la cabeza está pensando. Así que tenés que estar muy fuerte. Porque, aparte, pasan cosas. De repente, el brazo no te anda bien, entonces vas de urgencia al quirófano y te ponen un tubo en el cuello. Me pasó y estuve cuatro meses atada del cuello, ¡imaginate el relajo!. Y, después, estuve un año con el catéter colgando del costado y, durante todo ese tiempo, no me pude bañar. Hasta que te hacen esto que se llama fístula, donde te juntan una arteria con una vena para que se banque la presión de la máquina. Entra por un lado y sale por el otro para filtrar la sangre, que es lo que hacen los riñones”.