Llegó el día y la Taylormanía invade Buenos Aires y más allá, con epicentro en el estadio de River Plate. En la noche de este jueves 9 Taylor Swift está cantando por primera vez en la Argentina y desde temprano unas 70 mil personas colmaron el Más Monumental para escuchar y ser atravesadas por los himnos de la popstar estadounidense.
Alrededor de las 20.40 comenzó la acción y, tras una cuenta regresiva de tres minutos, Taylor salió a escena y se despachó con “Miss Americana & the Heartbreak Prince”, la primera de una larga lista de 45 canciones en la que la cantante desmenuza buena parte de su carrera. La artista fue recibida por una sonora ovación que duró varios segundos y, por un instante, se detuvo a contemplarla, admirada por la fuerza de las swifties argentinas.
El primer acto del show, titulado Lover, siguió con los temas “Cruel Summer”, “The Man”, “You Need to Calm Down”, “Lover” y “The Archer”. Y ya comenzó con el bloque Fearless, con su canción homónima y también “You Belong With Me”, para el delirio de la multitud. En consonancia con el dinamismo del show, Taylor ya hizo distintos cambios de vestuario: salió con un body rosado que luego cambió por uno dorado; luego cambió a un vestido naranja coronado por una capa verde, para luego darle paso a un body rojo y negro con el que destacó el largo de sus piernas.
La serie de shows de Taylor, producida por DF Entertainment, se completará con dos funciones más este viernes 10 y el sábado 11. Y en la primera, los shows de Louta (que invitó a la ascendente Blair para cantar el hit “Ayer te vi”) y Sabrina Carpenter (entre temas propios como “Read Your Mind” y “Opposite”, hizo un cover de “Dancing Queen”, de ABBA) amenizaron la previa a medida en que el público se fue acomodando en sus respectivos sectores.
Una multitud joven, mayormente femenina y muy lookeada: las más producidas se vistieron de acuerdo a los colores de los distintos discos (o, en la jerga de Taylor, sus “eras”) de la estadounidense, a tono con este The Eras Tour. No tan ajenos al fenómeno Swift, padres y madres estuvieron en las inmediaciones del Monumental para acompañar a sus hijos e hijas fans de la artista.
Sin dudas, lo más visto entre el público que ya colmó el Monumental son las “friendship bracelets” (algo así como “pulseritas de la amistad”), infaltables en los recitales de Taylor. En el campo y las plateas, las chicas se intercambiaron las pulseritas que ellas mismas confeccionaron y para que no se corte este ritual swiftie.
Las puertas del estadio se abrieron a las 16 horas, pero desde mucho antes había alta expectativa en el lugar de los hechos: desde fines de mayo se montó un campamento swiftie con la intención de obtener los lugares pegados a la valla. Y en la madrugada del jueves, comenzó a formarse una larga fila detrás de las carpas.
En el momento en que dieron puerta, las primeras corrieron con todas sus energías para hacerse de los lugares más deseados. Y al instalarse, muchas personas compartieron su alegría en las redes sociales. El momento más esperado por fin llegó.
El de Taylor es una producción de primer nivel internacional, uno de los shows más grandes e imponentes del mundo en la actualidad. Cuenta con un escenario principal de 100 metros de longitud y una pasarela oblicua que la lleva hasta el centro del campo. La puesta además incluye pantallas gigantes, escenografías con guiños a sus videoclips, un poderoso set de sonido, un numeroso staff de bailarines y alrededor de trece de cambios de vestuario.
La idea que Swift trazó para esta gira es poner en escena diez “eras” de su vida, dividiendo la lista de temas en bloques temáticos que corresponden a nueve de sus diez álbumes de estudio. No están ordenados cronológicamente, sino que siguen el siguiente orden: Lover, Fearless, Evermore, Reputation, Speak now, Red, Folklore, 1989 y Midnights. Además, hay un bloque de “canciones sorpresa” interpretadas en clave acústica.