Valeria Mazza, una de las modelos argentinas más populares, cumplió 50 años y estrenó una docuserie de tres episodios. La producción disponible en Paramount+, titulada Valeria Mazza: un sueño dorado, recorre las cinco décadas de esta figura de de las pasarelas que logró, a base de esfuerzo y perseverancia, una carrera llena de éxitos en su vida profesional y personal.
En este documental, ella asegura que cuando daba sus primeros pasos las agencias solían aprovecharse de las modelos para ganar mucho dinero. “Las agencias te robaban”, recuerda Mazza, quien formó parte de la agencia de modelos de Pancho Dotto, pero luego decidió seguir por su cuenta con la ayuda de su marido, Alejandro Gravier.
Este martes, la pareja y su hijo Tiziano asistieron al lanzamiento de la película El Rapto, protagonizada por Rodrigo de la Serna. En medio de este contexto, Mazza y Gravier hablaron del conflicto con Dotto, quien había asegurado sentirse ninguneado por la narración del documental.
“Esperaba que gustara, pero sorprendida gratamente por tanta demostración de cariño”, dijo la modelo muy contenta sobre la buena repercusión del documental en una entrevista con el programa Socios del espectáculo (El Trece).
“Yo nunca la representé, estoy con Valeria hace 33 años, yo me puse de novio cuando ella vino de Paraná. La verdad es que ella empezó a viajar y queríamos conservar esta pareja. En un momento, ella tenía 18 años y estaba desprotegida, entonces yo la ayudé”, señaló Gravier respecto a su rol en la carrera de su esposa.
Recientemente, Dotto había manifestado su enojo por el lugar que le dieron en el documental Sueño dorado. “Valeria Mazza nunca hubiera llegado a ser Valeria Mazza si yo no hubiera estado en el medio. Valeria Mazza es Valeria Mazza a pesar de Alejandro Gravier, no por él. Alejandro y Valeria son una sociedad”, había declarado.
Cuando le preguntaron sobre estas declaraciones, Alejandro respondió: “Con tantas buenas opiniones, que haya una persona que no le gustó, también está bueno. A él se lo invitó a que participe y no quiso participar. Nadie lo ninguneó porque aparece en el documental”.
“A mí me aburre el tema”, manifestó Valeria, con tono de indignación. “A mí no me jode, el documental está buenísimo y recibimos miles de mensajes de gente que le gustó. Está bueno, hay gente que no le gustó, es un porcentaje mínimo”, opinó Alejandro. En el final, Valeria dijo en tono irónico: “Nos despedimos desfilando, siempre hay que ir con la verdad, no hay que faltar a la verdad, hay que tener memoria”.
A poco del lanzamiento del documental, Valeria reflexionó en una entrevista a solas con Infobae sobre la presión constante relacionada con su figura y apariencia. “No vale la pena enfermarse por entrar en un vestido”, confesó en la docuserie, evidenciando los desafíos y expectativas poco realistas que enfrentan las modelos. “Yo he tenido que hacer un montón de sacrificios, muchos sacrificios: de hacer gimnasia, de probar diferentes dietas”, agregó la modelo pero a su vez hizo hincapié que no hay que obsesionarse con eso. “Llega un momento que vos decís: ‘Bueno hasta acá llegué’”.
También se refirió a la familia que formó con Alejandro: “El deseo de ser madre y de formar una familia, siempre estuvo muy presente en mí, desde muy chica”. Más allá de su carrera en el modelaje, se mostró como una madre entregada a sus cuatro hijos que tuvo con su marido. “Mis hijos son mi mayor logro, me han enseñado más de lo que yo podría enseñarles a ellos”, afirmó en uno de los episodios, resaltando la profundidad de su rol materno.