Ricardo Iorio a través de sus canciones: la lucha por el metal, su mirada de la Argentina y los guiños al tango y el folkore

La muerte de Ricardo Iorio causó conmoción en la música argentina y un profundo dolor en el ámbito del metal. Es que más allá de sus opiniones, sus acciones y sus polémicas, la obra de V8, Hermética y Almafuerte atraviesa los corazones de cuero negro y tachas, que nunca se cansó de gritar en cada recital “Iorio en lo más grande del heavy nacional”. Trinchera y bandera, voz y actitud, sus canciones a partir de hoy adquieren otro lugar simbólico.

V8 - Destrucción

El primer tema del primer disco de la primera banda realmente popular de heavy metal. El grupo grabó Luchando por el metal editado por el sello independiente Umbral y bajo la tutela de Pappo que hizo las veces de nexo para que se los incluyera en el BARock. “La solución, destrucción”, planteaba el tema firmado por el baterista Gustavo Rowek y compuesto bajo la influencia de Black Sabbath. Desde un lugar habitualmente secundario como el del bajo, Iorio no tardaría en adquirir un perfil de liderazgo de lo que dio apenas una muestra al soltar su legendaria frase “Parcas sangrientas. Y los hippies que se mueran” en el megafestival.

Hermética: Tú eres su seguridad

Publicado en el primer disco de Hermética, “Tú eres su seguridad” se convirtió en uno de los himnos de la segunda oleada del público heavy. El contexto de país había cambiado y el fin de la primavera alfonsinista y el clima de hiperinflación le daban letra a un Iorio cada vez más atento a lo que ocurría a su alrededor. El riff del Tano Romano prepara el escenario para que la pluma de Iorio interpele a quien lo escuche a seguir sus propios designios, porque de otra manera nadie lo hará por ellos.

Hermética: “Del camionero”

Con “Gil trabajador” reflejan al laburante de los primeros ‘90 plasmada en su segundo disco Ácido argentino. Un homenaje a las clases trabajadoras, de las que él provenía con orgullo, y del que se nutría buena parte de su público. El foco en la ruta, otra de sus grandes temáticas, escenario de desbordes y remansos.

Hermética: Ideando la fuga en el Penal de Olmos

El 17 de agosto de 1993, el penal de Olmos, en las afueras de La Plata, recibió el primer concierto de ese tipo en la historia del país. Hermética tocó junto a Pilsen, Attaque 77, A.N.I.M.A.L., Massacre, Lethal y los británicos UK Subs, heavies y punks hicieron a un lado su grieta y compartieron escenario para los reclusos. Las actuaciones se registraron para un disco en vivo, catalogado durante mucho tiempo, y para un documental que se estrenó en 2019, ambos con el nombre de Radio Olmos en referencia a la emisora que funcionaba en el penal. Las imágenes muestran el despliegue y las formalidades para que se lleve a cabo el recital, con requisas exhaustivas que conectaron a los músicos con los tiempos de la dictadura.

Iorio y Flavio: Allá en Tilcara

En 1997, Ricardo Iorio y Flavio Cianciarullo, bajista de Los Fabulosos Cadillacs, publicaron Peso Argento, un disco pesado, de netas raíces folklóricas. “Allá en Tilcara”, compuesto por Iorio y la encantadora guitarra de Claudio Tano Marciello, fue el corte de un trabajo criticado y elogiado en su época. El encuentro de dos mundos en apariencia incómodos -el perfil latino y mainstream que transitaban Los Cadillacs, la identificación nac, pop y trabajadora de Almafuerte- regaló versiones cruzadas de “Mal bicho” y “Gil trabajador”, y la presencia de León Gieco y Rubén Patagonia.

Almafuerte: Sé vos

En modo payador, Ricardo Iorio se corre del lugar de mesías y dialoga con “Tú eres su seguridad” para instar a su público a seguir sus propios sentimientos. “Sé vos, nomás, y al mundo salvarás ¿Por qué engañarse y mentirse?”, plantea el bajista en uno de los clásicos de Almafuerte. También refuerza la búsqueda encarada con Flavio y plantea el debate sobre las etiquetas que todavía acompaña a la banda. Lo concreto es que la guitarra acústica de Marciello adquiere cada vez más relevancia y lo pesado en algunos casos, pasa más por la actitud.

Almafuerte: A vos amigo

En esta oda a su amigo Marcelo Tommy Moya, Ricardo Iorio sintetiza los lazos indestructibles que se forman en la primera adolescencia alrededor de una banda. Códigos de vestimenta, de actitud, de . El intercambio de vinilos los domingos en los parques de la ciudad es una contundente foto de época. Y si bien la letra dialoga con el primer V8 y la crítica a los hippies, la figura aplica a cualquier tribu de los 80, cuando la música circulaba de boca en boca. Con el mismo espíritu documental, “Toro y pampa” sitúa al músico en tiempo presente. Editado en el álbum homónimo de 2006, el riff melancólico de Marciello sitúa un paisaje más bucólico, lejos de la ciudad, en un elogio de la argentinidad en torno a la amistad, la carne asada, el pan y el vino.