Amigos y familiares le dieron el último adiós a Johnny Allon

El conductor y músico falleció el domingo, a los 82 años, y sus restos fueron despedidos este lunes en una sala velatoria de Capital Federal

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Johnny Allon fue velado este lunes (RS Fotos)
Johnny Allon fue velado este lunes (RS Fotos)

Este lunes, entre las 18 y las 22 hs., amigos y familiares de Johnny Allon se reunieron en la sala velatoria Yarlori, de la calle Murguiondo al 3300 de la Ciudad de Buenos Aires, para darle el último adiós a Johnny Allon. El conductor y músico falleció este domingo a los 82 años. Y la triste noticia se la confirmó su hijo Gustavo a Cacho Rubio, amigo de la familia, quien le contó a Teleshow que el hombre estaba embargado por el llanto.

Cacho Rubio, amigo de la familia, asistió junto a su hija Alejandra (RS Fotos)
Cacho Rubio, amigo de la familia, asistió junto a su hija Alejandra (RS Fotos)

Meses atrás, el presentador había anunciado su regreso a la tevé. Y, unas horas antes de su fallecimiento, compartió en su cuenta oficial de Instagram un video en hablando frente a cámara para publicitar su vuelta al trabajo con el comienzo de su programa por Tivi Channel, un sitio de Internet. “¿Cómo están? Otra vez... hoy a las 13 horas y a las 22, de nuevo, los acompaño y ustedes me acompañan”, les aseguró Johnny a sus seguidores de las redes sociales. Y cerró con su clásica frase: “¡Cambiame la música!”.

Rodrigo "Vagoneta" Rodríguez fue uno de los presentes (RS Fotos)
Rodrigo "Vagoneta" Rodríguez fue uno de los presentes (RS Fotos)

Cabe recordar que Antonio Juan Sánchez -tal su verdadero nombre- nació en Buenos Aires el 14 de febrero de 1941. Hijo de un peluquero y una mama de casa, creció en Villa Lugano con los caprichos del hijo único consentido, hasta que a los 11 años nació su hermano. A lo largo de su pareja, declaró solo dos parejas estables a lo largo de su vida. Con Adela tuvo un hijo, Gustavo; al separarse conoció a Silvia, con quien fue padre de Julián.

El humorista Alfredo Silva y su pareja (RS Fotos)
El humorista Alfredo Silva y su pareja (RS Fotos)

Amante del rock (escuchaba Bill Halley y Elvis Presley) y admirador de Glenn Miller, cuando era adolescente empezó a cantar sus canciones en inglés, por fonética, o como el propio Johnny lo reconoció, haciendo “una sanata...”. En el secundario formó un grupo con sus amigos, hasta que llegaron a la televisión. Después vendría su lanzamiento como cantante solista, amparándose en su gran carisma.

Daniel y Juan Bifulco (RS Fotos)
Daniel y Juan Bifulco (RS Fotos)

Gran amigo de Sandro y Carlos Menem, a lo largo de su carrera estuvo al frente de esos ciclos que todos vimos al menos una vez, como Johnny Allon Show, Siempre Sábado y Johnny Allon Presenta (con el que llegó a Miami), entre otros. Excéntrico y hasta bizarro, registró frases que pueden escucharse en cualquier conversación cotidiana, como “dale power”. Todo comenzó en el Canal 2 de La Plata, en el ciclo Lluvia de estrellas, allá por 1968: Allon fue a cantar, pero como ese día el conductor no pudo estar, le propusieron -a falta de otra opción- que lo animara él. Y no defraudó. Quizás la televisión no lo esperaba. Ni falta que hacía: él se creó su propio espacio. “Siempre estuve en canales chiquitos -se lamentaba-, pero me copiaban los grandes”, se plantaba.

Los seres queridos del conductor se mostraron muy apesadumbrados (RS Fotos)
Los seres queridos del conductor se mostraron muy apesadumbrados (RS Fotos)

En su papel de empresario, Johnny llegó a producir shows de grandes referentes del rock nacional, como León Gieco, Soda Stereo y Los Ratones Paranoicos, entre muchos otros; todos ellos tocaron en sus boliches. Pero, consciente de que “a la gente hay que darle lo que quiere la gente”, en cierto momento comenzó a prestarle atención a otro ritmo al percibir su enorme potencial, si bien quizás no se adecuaba a su paladar musical. De esta manera terminó convirtiéndose en “el inventor de la bailanta”, según su propia definición. Pionero, fue; es indudable. Por caso, Gilda cantó en una de sus discos cuando recién comenzaba.

A la sala llegaron distintos arreglos florales (RS Fotos)
A la sala llegaron distintos arreglos florales (RS Fotos)

Solo la pandemia -que tanto le costó sortear, aburrido como estaba en su casa- pudo interrumpir su paso por la televisión. Se había volcado al humor: “La gente tiene que reír”, destacaba sobre su ciclo. Y si bien a su esposa ya no le parecía apropiado que buscara continuar con un ritmo tan vertiginoso en el umbral de los 80 años, Allon hacía caso omiso. Decía, a quien quisiera escucharlo, que quedarse en el sillón de su living significaba “esperar la muerte”. Y más: “Yo le voy a dar hasta que me muera, porque amo lo que hago”, advertía, pícaro y con una sonrisa. La misma que mostraba al señalar a la cámara antes de exclamar: “¡Caaaaaambiame la música!”.

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