Emiliano Brancciari celebra 30 años de NTVG: el secreto detrás del verdadero nombre de la banda y cómo superó la timidez en el escenario

No Te Va Gustar celebrará su hermosa historia con un show en Vélez. Aquí, un encuentro íntimo con el líder argentino de la banda uruguaya, con un corazón dividido entre dos orillas

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Emiliano Brancciari
Emiliano Brancciari

Por la ventana entran los primeros rayos del día y Emiliano Brancciari da vueltas en la habitación mientras una melodía le resuena en la cabeza. Agarra su guitarra, se acomoda y empieza a tocar “No soy un extraño”, de Charly García. Su mente navega por los recuerdos y revive viejas sensaciones, como cuando hace cinco años tocaba con él ante miles de personas en el último show de No Te Va Gustar, en el Estadio Vélez. Pero un ruido rompe con todo. El teléfono de la habitación no deja de sonar. Del otro lado, un empleado del hotel le avisa que la vecina llamó para quejarse de la música. “¿Sabés el ruido que voy a hacer a la noche?”, dice, entre risas, el cantante.

Fanático de la mañana –se levantó a las 7, luego fue al gimnasio–, empieza a planificar su día de trabajo en Buenos Aires. ”Tengo más energía para el día”, argumenta mientras se prepara para empezarlo. En su cabeza se quedó pensando en esa canción que le interrumpieron –es su favorita de Charly– y en ese escenario, el cual en 2015 los recibía para cumplir un sueño: tocar por primera vez en un estadio de la Capital Federal. Hoy, ocho años después, el lugar vuelve a despertar las mismas emociones en Emiliano, porque esa noche está a punto de revivir. NTVG cumple 30 años y, para celebrar su historia, proyecta un show en ese mismo templo, el 6 de abril.

“(Vélez) es un lugar maravilloso para ver, escuchar y tocar música: se ve precioso de todos lados. Recuerdo dos fiestas, porque fueron dos noches, y no solo por la música. El cantante se sincera y aflora su lado futbolero, su otra pasión: “Nunca fui a ver un show a Vélez. Fui a ver fútbol nada más. Un partido, que me acuerdo es el primero del campeonato 1996: jugaba Boca (Juniors) contra Gimnasia de Jujuy y jugaba Maradona. Hizo un gol. Ese lo tengo clarito, grabado”.

Emiliano Brancciari nació en Argentina pero No Te Va Gustar se formó en Uruguay, en 1994
Emiliano Brancciari nació en Argentina pero No Te Va Gustar se formó en Uruguay, en 1994

Fanático de Boca desde la cuna, Emiliano se crió en Munro, en una familia 100% xeneize. De chico su papá le inculcó el amor por el club y lo llevó muchísimas veces a la cancha. Ya viviendo en Uruguay simpatizó con Peñarol, aunque su corazón siguió siendo azul y oro. “Prefiero el fútbol argentino, el uruguayo es bastante aburrido, salvo dos equipos”, sostiene el autor de “A las 9″.

En estos 30 años cambiaron muchas cosas, incluso parte de la formación de la banda, pero no el poder de la música de NTVG para emocionar y destapar toda clase de recuerdos. “Es el puntapié inicial de la gira por Argentina. Vamos a tocar en otros países, obviamente, pero el primer show de esa gira por toda Argentina va a ser en Vélez, un lugar que ya nos recibió en 2015. La idea es dar un espectáculo que sea diferente, que la gente vaya y escuche un montón de canciones que fueron parte de su vida, pero intentar traerlas al sonido actual de la banda y no emular lo que fuimos”.

A lo largo de esos años el propio Emiliano fue cambiando, dejando atrás la timidez que en un principio lo caracterizaba. El primer paso lo dio en una fría madrugada montevideana del 24 de junio de 1994, en la Plaza Alto Perú. Con solo 16 años quería subirse al escenario y darle rienda suelta a su sueño, aunque la tensión y los nervios lo consumían, por eso pidió unos anteojos negros antes de salir a escena.

—¿Cómo recordás ese primer show?

—En la presentación del primer disco, que para nosotros fue uno de los shows más importantes de nuestra carrera, tenía tanto miedo que pedí unos lentes prestados, que me quedaban horribles, aparte. Canté tres o cuatro temas con los lentes negros, hasta que me los saqué. Pero sí, fue un sufrimiento.

Emiliano Brancciari nació en Argentina pero No Te Va Gustar se formó en Uruguay, en 1994
Emiliano Brancciari nació en Argentina pero No Te Va Gustar se formó en Uruguay, en 1994

—En estos 30 años, ¿hay algún momento de la banda al que te gustaría volver?

—El primer show de la banda, que fue en el 94. Me encantaría poder ver cómo era todo, si es como lo recuerdo yo o si es distinto. Me encantaría. No tenemos nada, ni fotos, ni grabación, ni filmación, ni nada.

—Y ese regreso, ¿sería como espectador o para cantar?

—Como espectador. Me gustaría vernos como espectador en cualquier lado. No es lo mismo verlo en una pantalla. Me gustaría estar ahí y ver cómo suena la banda realmente. Porque te lo cuentan o te lo dicen, pero no es lo mismo.

—¿Cómo tocabas al principio y qué hiciste para mejorarlo?

—En principio tocaba sin mirar al público, miraba para el costado. También tocaba en un costado del escenario; después pude pasar al medio, pero lo hacía con los ojos cerrados. También el alcohol me ayudó a vencer esa timidez, y ahora ya la llevo mucho más fácil, con más naturalidad.

—Con esa timidez, ¿cómo llevaste ser frontman?

—No era algo que me gustara, siempre fue muy difícil porque soy tímido, pero con el tiempo aprendí a disfrutarlo por momentos. Es el lugar que me tocó y trato de representar lo mejor posible a mis compañeros.

NTVG está conformada por Emiliano Brancciari (voz y guitarra), Martín Gil (trompeta), Denis Ramos (trombón), Mauricio Ortiz (saxo), Diego Bartaburu (batería), Pablo Coniberti (guitarra), Guzmán Silveira (bajo) y Francisco Nasser (teclados)
NTVG está conformada por Emiliano Brancciari (voz y guitarra), Martín Gil (trompeta), Denis Ramos (trombón), Mauricio Ortiz (saxo), Diego Bartaburu (batería), Pablo Coniberti (guitarra), Guzmán Silveira (bajo) y Francisco Nasser (teclados)

El origen

El nombre del grupo surgió como una casualidad. Emiliano y otro de sus compañeros tenían uno en mente, y cuando un tercero preguntó cuál era, le advirtieron: “No te va a gustar...”. La respuesta fue: “¡Genial!”, y así se instauró como el nombre de la banda. El dato curioso es que se desconoce ese primer nombre que el cantante había pensado en un comienzo.

—¿Por qué nunca lo revelaste?

—De hecho, hay compañeros que no lo saben, que entraron después. Hasta nuestras familias: mi vieja no lo sabe, mi hijo no lo sabe. Decidimos no contarlo y las cosas van bien, ¿para qué cambiar? Me lo llevo a la tumba.

—Si pudieras volver el tiempo atrás, y sabrías que van a tener éxito, ¿qué cambiarías?

—Haría todo igual. De hecho el nombre que tenemos no me gusta mucho, pero ya está, es como una marca. En parte generó curiosidad en un montón de gente, que después nos terminó escuchando, así que no cambiaría nada.

—Tenés tu corazón repartido entre Uruguay y Argentina. ¿Cómo te sentís en cada país?

—Me siento cómodo en los dos porque me siento orgulloso de tener dos nacionalidades; o sea, para mí es todo lo mismo.

—¿Sentís diferencia de tocar en uno u otro país?

—No tengo conflicto en ninguno, disfruto de la intensidad de los shows acá en Argentina, del público que es súper intenso y efusivo. Y disfruto también de tocar allá, que es nuestra casa, de donde salimos, donde están nuestros seres queridos. Ahí la presión es un poco más grande porque va desde el almacenero de tu cuadra hasta tu vieja.

Emiliano Brancciari lanzó su primer álbum solista. Comenzó presentándolo en Montevideo y luego lo llevó por Buenos Aires, con dos sold out en el Teatro Vorterix más varias ciudades del Interior; ahora, prepara el cierre de su gira presentación con un show en el Club Museum de San Telmo, el 17 de noviembre (Fotos: Adrián Escandar)
Emiliano Brancciari lanzó su primer álbum solista. Comenzó presentándolo en Montevideo y luego lo llevó por Buenos Aires, con dos sold out en el Teatro Vorterix más varias ciudades del Interior; ahora, prepara el cierre de su gira presentación con un show en el Club Museum de San Telmo, el 17 de noviembre (Fotos: Adrián Escandar)

En soledad

Después de 30 años con NTVG, a fines de 2022, el líder de la banda uruguaya se lanzó como solista con su proyecto EMI, y estrenó su primer disco: Cada segundo dura una eternidad.

—¿De dónde surgieron estas canciones del disco?

—Había pensado qué hacer con canciones que habían quedado por el camino, que la banda había desestimado o que ni siquiera se las había presentado. Qué pasaría con esas canciones, si alguna vez se grabarían y de qué forma. Se fue dando, y aparecieron canciones nuevas.

—¿Qué sentimientos te surgían en la pandemia?

—Fue un tiempo súper reflexivo para mí, de ahí salían las canciones, y de pensar en lo que estaba ocurriendo, en la incertidumbre, preocupaciones, en mirar para atrás y ver qué había hecho bien, que había hecho mal, qué cambiaría.

—Y ahora, ¿qué se viene? Estuviste trabajando con el productor Nicolás Cotton en Uruguay.

—Nico es un crack, como persona obviamente, como productor tienen mucha facilidad y rapidez de trabajo y de trato con todos los músicos. Hicimos cuatro temas para el proyecto solista, las grabamos durante una semana, él me iba mostrando todas las opciones a una velocidad que me motivaba mucho, tiene mucho talento.

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