La emotividad embargó a todos en la última emisión de Los 8 escalones, cuando se confirmó que Adrián era el nuevo ganador, el participante que, acompañado por su esposa, relató desde el comienzo del envío los detalles que lo llevaron a presentarse, abriendo su corazón ante el conductor, el jurado y el público.
Apenas iniciado el programa, Guido Kaczka preguntó a los concursante quién deseaba comenzar a contestar, y fue en ese momento en que el hombre sin dudar extendió su brazo haciéndose notar. Allí, como forma de empezar a conocer cada una de las historias de quienes competirían, el conductor le preguntó a qué se dedicaba, y fue allí cuando comenzó a desvelarse cada una de las instancias que lo llevaron a presentarse.
“Soy carnicero, empleado de comercio, actualmente estoy desocupado porque hace 20 días perdí el trabajo”, empezó su relato ante la atención de todos los presentes. Tras ello, explicó: “Trabajaba en un supermercado muy grande, en el sector de carnicería espectacularmente bien, pero me cambiaron el jefe y fue todo mal”.
Desde ese instante, su trabajo comenzó a volverse un dolor de cabeza: “El sector se maneja verdulería-carnicería, y él ascendió como verdulero. Y no le caí bien y me empezó a sancionar por un montón de cosas, pedí cambio de sucursal, a la empresa no le gustó y decidieron echarme”, explicaría, a la vez que relató que hacia el estudio se dirigió acompañado por su pareja: “Vine con mi polola hermosa”.
Tras un prometedor comienzo en el que debía contestar a qué ramal de tren correspondía la estación que se le mencionaba, su ascenso, con pocas respuestas incorrectas, lo fue llevando al escalón número 8, a la instancia final en que se responderían preguntas realizadas por los jurados, de entre los que se encontraba como invitado Gabriel Oliveri.
“Llegó a la final el carnicero, llegó Adrián”, se mostró exultante el conductor al confirmarlo como finalista, momento en que todo el estudio comenzó a aplaudir y su novia, desde la tribuna, no ocultaba su emoción. “No lo puedo creer, me anoté tantas veces, hace tanto tiempo que me vengo anotando. Desde que estaban dando un millón me encanta el programa, juego desde casa y me anoté por última vez hace menos de un mes y cuando me llamaron no lo pude creer. Ya soy un ganador”, reveló emocionado.
Al último escalón llegaría junto a Edgardo, quienes con algunos errores producto quizás de la tensión que se vivía en el estudio, respondieron en forma afirmativa un bajo promedio de preguntas. Así las cosas, en la consulta definitoria, la cuestión versaba: “¿Cómo se llama el sombrero femenino que se impuso a mediados del siglo XIX y que normalmente se lleva ladeado o inclinado hacia un ojo con un detalle de plumas o adorno al costado?”.
En ese instante Edgardo tenía solo una respuesta afirmativa, en tanto que Adrián tres, y debido a que apenas faltaban solo dos preguntas más, al responder de forma afirmativa no habría posibilidad de su contrincante para alcanzarlo. El carnicero se volcó por la opción “Eugenia”, mientras el adversario se volcó por “Panamá”. Fue en ese momento que se confirmó que quien había emocionado a todos con su historia desde un comienzo se alzaría con los tres millones.
Una lluvia de papeles y aplauso al que se acoplaron todos tapaba la voz del conductor, quien luego de afirmar “Adrián, tres millones de pesos”, irrumpió en el estudio su novia para abrazarlo, sin poder contener las lágrimas. Fue en ese instante que el oriundo de San Martín sacó del bolsillo de su camisa un pequeño papel dorado y con la voz entrecortada explicaría su origen: “Me lo dio la polola, mi novia Gabriela. Es un papelito que lo encontramos ahí y me dijo ‘te van a llover estos papelitos’, y me lo puso acá de cábala”.
“Lo necesitábamos, nos viene recontra bien, yo perdí el trabajo injustamente y ella también lo perdió al tiempito, pero ella consiguió al toque, así que lo recontra necesitábamos. No lo puedo creer”, expresaría, para luego confirmar que volvería el programa siguiente con la intención de alzarse con seis millones de pesos.