Laurita Fernández: su rol como conductora, las comparaciones con Susana Giménez y la experiencia de convivir por primera vez con una pareja

Habiendo conducido grandes éxitos televisivos como Combate o Bienvenidos a Bordo, Laurita Fernández se prepara para encarar un nuevo desafío profesional. “Estoy con mucha alegría“, le cuenta a Teleshow sobre Bienvenidos a Ganar, el ciclo con el que desembarcará en El Nueve desde este lunes, a las 22.

Relajada, divertida y con buena onda, la bailarina y actriz que logró posicionarse en el rubro de la conducción cuenta lo que significa para ella volver al canal donde encaró su primer proyecto como conductora. Además, cómo es trabajar con su novio, Claudio Peluca Brusca, productor ejecutivo del ciclo y lo que significa competir contra Marcelo Tinelli y Guido Kaczka, dos figuras que la “formaron”, como destaca. Las comparaciones con Susana Giménez y su propio camino: “No son muchas las mujeres que hacen entretenimiento en tele; entonces, tener la posibilidad de ser una de ellas también me pone muy contenta”, dice Laurita.

—¿Cómo te preparas para este nuevo desafío en la conducción?

—Con mucha alegría, con todo lo que genera algo nuevo: la adrenalina, esas ganas, el cosquilleo... Es un canal que yo amo porque empecé a conducir acá, en El Nueve, y estuve cinco años haciendo Combate. Apenas me propusieron y me hablaron de la posibilidad de venir al canal, se me vinieron todos esos recuerdos a la mente. Fueron años muy felices para mí. Llegué y me reencontré con mucha gente querida y la estamos pasando muy bien. Es una propuesta nueva para el canal pero para mí es un lugar conocido y que me da muchísimo gusto volver.

—¿Qué me podés adelantar del programa?

—El estudio está buenísimo, es enorme. Yo me acordaba que acá, en El Nueve, eran estudios grandes. Quedó alucinante: las tecnologías, todo. Hay lugar para todas las propuestas que tiene el programa, hay un sector de humor, porque el humor es una pata muy fuerte de esta propuesta. Va a haber un jurado, que en realidad, más que jurados son figuras que nos acompañan. (Hernán) Drago, Ángela Leiva y Diego Ramos; me da muchísimo muchísimo placer que estén acompañándonos.

—¿Y cómo serán los juegos?

—Hay otra pata muy fuerte que tiene que ver con juegos de fuerza y de desafíos, para que la gente venga y se lleve premios y gane dinero. Entre ellos está La Físicoculturista, que es una bomba absoluta. Y la gente viene a jugar contra ella, en busca de premios. Por último, todo se reduce a que en cada sección del programa los que van ganando eligen una llave que es para abrir un candado, y ese candado abre una cápsula del dinero que, si eligen la llave correcta, se llevan todo el dinero que está volando en la cápsula, y si no, el dinero se va acumulando en cada programa hasta que alguien elije la llave correspondiente. Es como el gran Feliz Domingo, digamos. También ahora las puertas son giratorias, con los tradicionales parecidos, que es el favorito de todos pero con personajes nuevos.

—¿Hay algún juego nuevo que no se haya visto?

—Sí. Está la puerta de “Los que no quedaron en...”, que si no quedaste en algún casting, ya sea de que te pusieron cuatro cruces o el Bailando... o lo que sea, bueno, acá tenés la chance de venir y jugar por el premio, que es el dinero. Y después muchas secciones nuevas. El espíritu del programa en sí es que sea divertido, que la gente tenga una propuesta diferente y pueda pasarla bien.

—¿Estás donde querés estar hoy a nivel profesional?

—Sí. Yo empecé a conducir acá, gracias a Marcos Gorbán, que hacía Combate. Yo venía solamente de bailar y decía: “Por ahí la carrera como bailarina es como la de un futbolista, llega un momento que quizás no iba a poder bailar tanto o dedicarme tan de lleno como cuando era más joven”. Entonces dije: “La conducción es una veta”. Fue hermoso llegar y encontrarme con gente que conozco, abrazarlos y agradecerles porque siempre es muy importante esa primera persona que confía en vos a ciegas, esa primera oportunidad, y yo lo valoro y lo agradezco mucho. Y fue acá. Entonces para mí fue muy emocionante volver. Y no son muchas las mujeres que hacen entretenimiento en tele; entonces, tener la posibilidad de ser una de ellas también me pone muy contenta. Estar compartiendo de alguna manera el horario con Guido y con Tinelli, que son dos personas con las que me formé, para mí es un montón.

—¿Pensás en el rating?

—Mirá, en este caso, con esta propuesta puntual, la verdad que no, porque el canal no se fija en los números sino que busca que sea un buen programa, una linda propuesta, entonces no sentimos esa presión como equipo. También cada programa nuevo lleva su tiempo, su recorrido, tiene que instalarse. La verdad que se trabaja con una libertad y tranquilidad que está buenísima. Así y todo soy súper autoexigente y en todo lo que encaro a veces tengo dolores de cabeza o un inconformismo conmigo, aunque con el paso del tiempo empecé a quererme más y ser exigente, pero también valorar las cosas que salen bien.

—Se te ha comparado mucho con Susana Giménez. ¿A vos te gusta esa comparación?

—Sí, lo he escuchado, quizás más en Sugar. Obviamente, es un halago, es una mujer que admiro profundamente. Cada vez que me la crucé siempre fue súper amorosa, pero si te soy sincera, a mí me gustaría ser yo. Es mi camino. Y quiero construir mi propia historia: tratar de hacer lo que hizo otra persona me quita libertad.

—En una nota con Teleshow tu novio dijo que no era tedioso trabajar con vos, todo lo contrario: él se enamoraba del día a día. ¿Y para vos? ¿Es difícil trabajar con tu pareja?

—Él ya dijo que no, así que voy a decir lo mismo (se ríe). No, está buenísimo tenerlo a él como productor ejecutivo del programa, me da muchísima tranquilidad y seguridad de que todo va a salir bien. Nos conocimos trabajando y si yo tuviese que elegir a alguien para que esté en algún proyecto que encaro, sin duda me gustaría que esté él. Gracias a Dios este programa, como es de la misma productora (Kuarzo), se dio esa chance de una manera bastante fácil. A mí me encanta trabajar con él, lo admiro mucho y no lo mezclamos con nuestro vínculo personal. Entramos al canal y somos como cuando no éramos pareja. Yo tenía miedo porque quizás no era fácil, pero la verdad es que sí.

—¿En algún momento dejan de trabajar, o siguen cuando ya están en casa?

—Y... (risas). A veces pasamos el trabajo a casa y nos la pasamos hablando de cosas para el programa, hasta que decimos: “Bueno, basta, vamos a mirar la serie”. Eso es en parte porque a los dos nos gusta mucho lo que hacemos y no lo vivimos como un trabajo. Sí como un trabajo desde el lado de la responsabilidad, pero la verdad que es una vocación y como es algo que nos encanta le dedicamos el tiempo que tengamos que dedicarle para que salga bien.

—¿Algo positivo y algo negativo de la convivencia?

—Mirá, es la primera vez que convivo de lleno con alguien, y no le encuentro nada negativo. Si hubiese algo negativo, creo que no querríamos vivir juntos. Nos complementamos bien, tenemos estilos de vida parecidos y gustos parecidos, entonces fluye. Yo no me había animado a convivir 100% con nadie hasta el momento, porque soy como muy independiente pero de pronto todo empezó a encajar.