“Sean de la religión que sean, quiero pedir una cadena de oración para mi hermana que la está peleando. Está evolucionando bien, por suerte, pero todavía le falta mucho. Está solita, junto con mi hermana allá en Santiago del Estero. Manden buenas energías, recen, lo que sea para que salga”, fue lo primero que dijo Sol, la hija de Huguito Flores en un enlace con Telenoche (El Trece).
La triste noticia del trágico fallecimiento del cumbiero sacudió a la sociedad y es por eso que un móvil del noticiero fue hasta Ituzaingó, ciudad en la que vive Sol. “Estaba en su mejor momento, eso hacía que lo viéramos poco cuando venía para acá. A veces no lo veíamos. Venía un jueves, tocaba, se iba un lunes y lo veíamos por ahí una hora. A veces yo volvía de trabajar ya se había ido. Vivía a full”, caracterizó la joven respecto al estilo de vida de Flores.
“Teníamos miedo, siempre le decíamos que se cuide. Si bien él no manejaba, cada vez que veía a Buenos Aires sí, porque venía con la mujer y con mis hermanas. Es lo que le pasa a todos los músicos y cantantes, el miedo a las rutas y todo eso”, agregó.
“Tuvo dos episodios con un pico de estrés, se descompensó en los boliches. Varias veces salieron a matarlo porque tuvo que suspender un show por cuestiones de salud. No le daba el cuerpo ya, era grande y le hablábamos, le decíamos que afloje un poco a veces. Tener 25 bailes una persona de 57 años, en dos o tres días, y llegar a horario... A veces no podía sacarse fotos con la gente porque tenía que cumplir horario con otro boliche y la gente se enojaba”, relató Sol.
“Le hablábamos, yo como hija y Karina, su mujer, le decíamos que parara, que no haga tantos bailes. Pero bueno, no me quiero meter en el tema de los representantes y todo eso, porque no viene al caso. Vivía de eso, si no no comía. Era su trabajo”, caracterizó Sol.
“Lo de las rutas es un desastre. No sé cómo ese camión podía andar por la calle. No lo entiendo”, se lamentó después al hablar puntualmente acerca del accidente y la imprudencia en las rutas argentinas de muchos conductores de vehículos.
“No dependía solo de él. El tenía gente a la cual pagarle: los músicos, el sonido... Había un montón de cosas atrás de él. Le decíamos que parara un poco, que no hiciera tantos bailes, pero tenía gente atrás a la cual pagarle y que dependían de mi papá”, subrayó Sol sobre la actividad del cumbiero.
“La música era lo que a él le gustaba, siempre. Siempre le gustó cantar y se pudo dedicar a eso, desde chico, siempre cantó y tuvo un grupo, desde que yo tengo memoria. Vivió de eso y murió de eso”, agregó después, entre lágrimas. “No puedo creer lo que pasó, todavía. Y los mensajes que recibí de gente que no tenía idea que conocían a mi papá. Estoy muy agradecida con eso y también con la gente del barrio, que se acercó. El amaba venir acá, estar con la familia aunque sea un ratito. Hoy iba a estar al mediodía tocando y seguramente no lo íbamos a ver hoy. Seguro lo íbamos a ver el lunes o el martes y un ratito, también. Pero siempre que venía era motivo de juntarnos y comer. Y después se iba de vuelta, por uno o dos meses, y no lo volvíamos a ver”, se lamentó Sol.
“Estuvimos todos en el casamiento de él. Viajamos el jueves, nosotros volvimos el sábado. La pasamos re bien, estaba feliz. Era la primera vez que yo iba a Santiago del Estero, a la casa de él, que no la conocía. Estaba súper feliz de que estuviéramos todos con él, festejando”, cerró muy conmovida.