La madre de Tomás Holder lloró al ver las imágenes de su hijo y contó detalles de su dura infancia: “Siempre sufrió bullying”

Después del ataque de pánico que sufrió Tomás Holder en la última gala del Bailando 2023 (América), su mamá Gisela Gordillo habló con Intrusos (América) y dio detalles de la salud y del estado de ánimo de su hijo.

“Ver las imágenes de él me ponen mal. Ayer se fue al programa y me dijo que tenía fiebre. Yo le dije que por ahí está ansioso, que se tome un paracetamol. Después vi la tele y que se descompuso. No sabía a quién escribirle”, comenzó contando con angustia.

“Yo lo conozco y cuando lo veo llorar en la cochera, dije: ‘Está con un ataque de pánico’. Y me empezó a poner mal. Mis hijos más chicos estaban viendo conmigo y el más chico, que habla muy poco, empezó a gritar, a llorar, a decir: ‘Llamá a mi hermano, vamos a buscarlo’. Y no sabía cómo explicarle que estábamos lejos. No sabía qué hacer”, agregó Gisela, sumamente conmovida.

“Tomás siempre sufró bullying por cómo es, después empezó a entrenar un montón, formó el cuerpo que formó. En muy poco tiempo se hizo conocido en TikTok haciendo un personaje del ‘Tincho’, que es cómo se le dicen a los chetos. Cosa que no es así, porque venimos de una familia humilde. Y tiene que sostener el personaje de pibe millonario, careta, que tampoco lo es. Pero él se hizo conocido así y no lo puede sostener más”, subrayó la mujer.

“Es terrible, yo le vengo diciendo que se suelte, que no sostenga más eso, que la gente ya sabe que no es un pibe de guita de Rosario. Lo único que tiene es a su mamá, a sus hermanos. Se tiene que soltar, tiene que disfrutar. Todos los días hablo con él y le digo que vaya a un psiquiatra que lo ayude. Pero él no quiere, no quiere que lo mediquen”, explicó Gisela sobre la salud de Holder.

“El tenía miedo de ser el primero en irse del Bailando, igual que en Gran Hermano, que fue el primer eliminado. Y yo le dije: ‘¿Y qué importa? Si te vas, te vas. Disfrutá lo que estás haciendo’. Pero el bullying a la edad de ellos es terrible”, sostuvo la mujer.

“A mi me boludean, también, me decían que me quería levantar a (Marcelo) Tinelli. Pero a mi me importa tres carajos. Es un show. Pero yo soy adulta y a él le afecta todo este circo terrible que no es real”, agregó a continuación sobre los efectos de la fama en su hijo.

“Lo de las adicciones de él ocurrió en enero pasado, cuando a fiestas electrónicas -cosa que a él no le gusta, pero iba igual- y le ofrecían pastillas. Yo le dije para que también me escuchen un montón de mamás, porque a veces las mamás creemos lo que hacen nuestros hijos. Y a nuestros hijos les ofrecen de todo en los boliches. Está el que agarra y el que no agarra. Él agarró. Y cuando volvió acá, lo encerré 15 días en casa. Llamé a médicos clínicos, psiquiatras y psicólogos, que le dieron una dieta y salió adelante. Todo eso lo dejó, pero de ahí arrancaron sus ataques de pánico”, relató Gisela.

“Cuando él estaba en Rosario, estaba re contenido, porque vivía con su mamá, con sus hermanos, tenía a sus amigos. El de repente decide irse a Buenos Aires y está solo, no hay nadie, nosotros no tenemos una gran familia. Y yo no me podía ir, porque tengo a mis dos hijos chicos acá. Por eso le digo que busque ayuda, aunque tiene un grupito de amigos...”, contó Gisela.

En otro tramo de la entrevista, Gisela dio detalles de la dura infancia de Holder. “Cuando era chico, a él lo cargaban mucho conmigo, porque yo era muy jovencita. Y después, cuando iba a la secundaria, me dijo que no quería que yo lo fuera a buscar al colegio. Después lo cargaban con su cuerpo, porque era alto pero muy, muy flaquito. Y le costaba encajar, porque era muy tímido. No es muy de hablar, él habla más en un TikTok, en un Instagram, pero no es mucho de hablar. Y empezó a entrenar, a entrenar, se obsesionó con el entrenamiento y logró el cuerpo que tiene hoy”, contó.

“El papá de él no estuvo nunca, venía una vez cada tanto. Nunca nos pasó plata. Siempre recuerdo que yo me compré un termo, un café y un paquete de azúcar, y hacía café que vendía en la calle para darle de comer a Tomás. Lo llevaba a comer a una guardería maternal desde las 6 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Yo vivía en una villa con Tomás y el papá nunca estuvo, así que que ahora no venga a decir nada. Con él pasamos las mil y una”, contó entre lágrimas.