“Estoy bien, estoy cansado con la duda de si empezaba hoy o el miércoles para ver como seguía la historia, pero acá estoy”, dijo Jorge Lanata este lunes al reintegrarse a Lanata sin Filtro, su programa de Radio Mitre, después de haber pasado tres semanas internado en la Fundación Favaloro por una infección urinaria que se le complicó. Y, aunque ninguno de sus compañeros esperaba que regresara al trabajo tan pronto, el periodista se hizo cargo del ciclo desde el estudio que tiene montado en su domicilio.
Lo cierto es que, cuando el reloj marcaba las 13 hs., Lanata se despidió de sus oyentes y salió del aire, desconcertando a todos sus columnistas. En ese momento, Jesica Bossi, encargada de reemplazarlo durante los días que estuvo con licencia, tomó la posta e hizo la última hora de programa con el segmento de espectáculos a cargo de Juan Etchegoyen, quien está cubriendo por estos días las vacaciones de Marina Calabró. Y nadie hizo ninguna alusión a la decisión del conductor de retirarse antes de tiempo.
Este martes, sin embargo, fue el propio Jorge el que se vio en la obligación de dar una explicación. “Se deben haber dado cuenta todos, pero lo cuento para los que no se dieron cuenta. Ayer terminé el programa una hora antes”, dijo mientras se escuchaban las carcajadas de sus colaboradores. Y siguió: “Les pido disculpas por esto a todos, básicamente disculpas a Jesica Bossi que tuvo que reemplazarme”.
¿Qué fue lo que le pasó? “Yo dije: ‘Chau’. Y después me dicen: ‘Che, falta una hora’. Y recién acabo de decir: ‘Son las 2 de la mañana’. No sé si estoy más normal, que ahora me importa todo más un pomo, ojalá sea eso. O que estoy desconcentrado, también puede ser eso”, señaló Lanata. Y cerró: “Quiero decir con esto que todo puede pasar, que sean las 2 de la mañana o que termine una hora antes el programa, o una hora después, no tengo idea, hay que dejarlo fluir”.
Cabe recordar que, al regresar a su lugar, el también conductor de PPT en ElTrece dio detalles de su internación. “Estuve complicado, pero es todo tan eventual que de golpe no te pasa nada y de golpe te pasa, es totalmente eventual. Hubo tres etapas que tuve y la última fue más complicada que se llama shock séptico (una infección generalizada). La sensación que tengo ahora es que tuve como cuatro o cinco meses afuera y no porque en verdad estuve un mes, pero cuando lo ves parece más”, dijo. Y reflexionó: “Tengo la sensación que si no lo tomás demasiado en cuenta, son cosas que pueden o no pasar. No sabés. Eso es lo que lo hace maravilloso y raro. ¿Por qué estoy acá y no me quedé? Es raro. ¿Cuál es la fuerza que te hizo reaccionar?”.
Por otra parte, Lanata admitió que de todas las internaciones que tuvo en los últimos años ésta fue la más difícil. “Fue peor que el trasplante, que es otro tipo de quilombo. Lo que va a pasar es lo que tiene que pasar. Vas preparado. Acá no hay plan. En un momento estuve asustado porque fui y volví de la terapia varias veces. Me asusté cuando pensé: ‘¿Cómo sigue esto?’”, manifestó. Y concluyó con un toque de humor: “Mi mensaje universal después de todo esto es que garchen todo lo que puedan, quiéranse, no pierdan el tiempo. Ya sé que suena a discurso hippie pero no lo es. Es así, no hay tiempo. Es la vida y la muerte. Hagamos menos planes, es lo que a mí me quedó de esos días y démosle para delante”.